El ministro del Interior afirmó desconocer los datos revelados en los correos entre Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati para impedir que el jesuita se instalara como el sacerdote de Palacio. Aseguró que tiene una antigua amistad con él y que prefiere verlo donde está, «con los más pobres de los pobres».
«Antes de salir de Chile llamé a E.Correa [Enrique Correa, conocido lobbista y dueño de Imaginacción] para decirle que si el gobierno nombrara al personaje [se refieren a Felipe Berríos] capellán de La Moneda estaría armando un gran e innecesario conflicto, porque te obligaría a rechazarlo, lo cual crearía serias tensiones entre el gobierno y la Iglesia, y al interior de la Iglesia. Me dijo que lo transmitiría de inmediato» , dice el correo que el cardenal Francisco Javier Errázuriz envió el 28 de junio del 2014 al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, y que demuestran las gestiones para desactivar la intención de nombrar al jesuita Felipe Berríos como capellán de La Moneda.
Berríos como expresan los correos revelados hoy por El Mostrador, logró que los cardenales estuvieran sumamente molestos después de una entrevista que dio a TVN a su regreso de su misión pastoral en África, donde hizo críticas a un sector de la Iglesia. Por esas fechas Berríos con otros dos sacerdotes –Mariano Puga y José Aldunate– habían sido parte de un dossier con información entregada al Nuncio Apostólico Ivo Scapolo, donde se detallaban las críticas públicas que habían hecho a la curia chilena. En ese contexto se entiende la preocupación de Errázuriz y Ezzati respecto a que el sacerdote jesuita se instalara en La Moneda.
Si hubo gestión de Correa o no, lo cierto es que el elegido como capellán de Palacio fue el sacerdote Fernando Vives en noviembre del año pasado.
Una vez conocidos los correos, el Ministro del Interior, Jorge Burgos, fue consultado por las eventuales presiones a La Moneda a través de Enrique Correa. «No le podría decir eso, no creo. Enrique Correa es una persona amiga del Gobierno, con la que se puede conversar, pero no presiona», aseguró Burgos.
Sobre Berríos, reveló que con el sacerdote lo une una antigua amistad y que de cualquier forma prefiere verlo en su labor con los más desposeídos. «Yo tengo una amistad personal con Felipe Berríos, fuimos compañeros desde primera preparatoria, como se llamaba, en el colegio donde estudiábamos. No tengo idea de eso, pero me gusta más donde está: con los más pobres de los pobres. Y en eso, hace una labor maravillosa», afirmó