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Izquierda Autónoma confirma quiebre con Boric y acusa una instalación de dinámicas poco democráticas y caudillistas Aseguran que el proceso de convergencia «fracasó»

Izquierda Autónoma confirma quiebre con Boric y acusa una instalación de dinámicas poco democráticas y caudillistas

A través de una declaración pública, el movimiento expresa que «pese a los ingentes y permanentes esfuerzos que llevamos a cabo para que la discusión se diera en términos políticos, se fueron instalando dinámicas propias de la política hegemónica que secuestraron el valor de la práctica deliberativa y democrática».


La Izquierda Autónoma confirmó este domingo el quiebre con el diputado Gabriel Boric, el principal referente del movimiento a nivel nacional, aduciendo razones de instalación de dinámicas que son propias de una política hegemónica y caudillista.

Por medio de una declaración pública que llegó a El Mostrador a través de un correo de Nodo XXI, el movimiento explica que la idea de su formación era el que fuese «una superación de nuestra historia estudiantil y de los trabajos parciales que estuvimos desarrollando en diversos ámbitos».

Admite que el proceso de concordancia fue dificultoso y rápidamente «se fue haciendo visible que la voluntad de convergencia se iba traduciendo en voluntad de compartir un nombre, pero no un quehacer. Pese a los ingentes y permanentes esfuerzos que llevamos a cabo para que la discusión se diera en términos políticos, se fueron instalando dinámicas propias de la política hegemónica que secuestraron el valor de la práctica deliberativa y democrática».

«Más allá de las intenciones, en los hechos se fue promoviendo un partido compuesto por una sumatoria de partes basada en una lógica federativa sin intención de constituir un todo coherente. Un partido-marca, con mucha flexibilidad para la participación electoral, caudillizada, y sin unidad en la táctica o en los planes inmediatos. Mientras duró la Mesa de Convergencia, permanentemente se instaló una política por la vía de los hechos consumados. Esta situación alcanzó su máxima cristalización cuando nos enteramos de la existencia de alianzas electorales con la Concertación en Ñuñoa y con el PRO en Temuco, iniciativas totalmente contrarias a nuestra historia y a nuestra vocación autonomista. Esto fue demostrando una divergencia relevante respecto a qué se entiende por constituir un movimiento político», señala la declaración.

La IA asegura que, a pesar de todas las vicisitudes, continuaron trabajando y que se aprobó en enero un documento político y orgánico nacional, a lo que se sumaron las elecciones internas, en las cuales se promovió un debate público entre las dos posturas en disputa.

«Afrontamos el proceso de elecciones internas, en el que obtuvimos mayorías en todos los frentes sectoriales y en la elección universal, con la convicción de que permitiría dotarnos de una orgánica capaz de tomar decisiones y zanjar así cómo enfrentar unitariamente los pasos que vienen. Una organización política no debe ser homogénea, pero sí requiere la capacidad de tomar acuerdos y la disposición a defender una postura reconociendo la posibilidad de que la militancia decida democráticamente otra opción», aseguran.

Explican que al tiempo la orgánica terminó desahuciada, en las reuniones no había consensos y «por la prensa nos enteramos que supuestamente como Izquierda Autónoma habíamos inscrito una candidatura municipal en Valparaíso y armado un primer comunal en Ñuñoa, así como también que para algunos militantes la participación en los cabildos del gobierno sería independiente de lo que definiéramos colectivamente. En definitiva, vimos cómo la democracia interna sistemáticamente no fue respetada, que las determinaciones alcanzadas colectiva y democráticamente simplemente no eran tomadas en cuenta».

«Las discusiones internas fueron consumiendo nuestro tiempo y creatividad. Esa situación sumergió a nuestro movimiento en un internismo asfixiante que impedía hacer aquello por lo cual todos nos desvelamos: organizarnos y movernos para transformar nuestro país. Se extinguía así la posibilidad, por ejemplo, de aportar para conquistar una reforma educacional que haga retroceder al mercado en la educación, aquella lucha por la que hemos venido movilizando y organizándonos hace años», señala el texto.

Respecto a su presencia en un encuentro en el Mineduc, lo cual causó la molestia del diputado Boric, la IA sostiene que esta reunión fue «para hacer ver que si la reforma pone en el centro la reconstrucción y expansión de la educación pública, haremos nuestros mejores esfuerzos para su éxito, pues esta es la manera de garantizar el derecho a la educación y de hacer retroceder a sus mercaderes. Y lo hicimos de la manera que nos caracteriza: públicamente, sin estar disponibles para cocinas ni acuerdos a escondidas».

Y se agrega señalando que el hecho de que «en la Convergencia hubiera grupos que por privilegiar la acumulación propia se opusieron a posibilitar una transformación de la educación solo hizo más evidente cómo deformaron y arriesgaron el proyecto autonomista. Pero como autonomistas seguiremos construyendo con más fuerza las condiciones para que se concrete una reforma que haga retroceder al mercado en educación. El fracaso de la reforma no sería solamente un fracaso del gobierno. Sería también –y principalmente– un fracaso de quienes hemos soñado con una educación distinta».

En ese sentido, precisan que muchos militantes de base se han sentido pasados a llevar por el conflicto interno y «haciendo una autocrítica de los últimos pasos, los convocamos a seguir construyendo una Izquierda Autónoma que se erija como un proyecto histórico alternativo al duopolio y que ayude a cerrar esta eterna transición a la democracia, pues aquí cada día es continuar».

El movimiento reconoce públicamente que el proceso de convergencia que se inició hace más de un año «fracasó y que como Izquierda Autónoma decidimos dar un paso al costado de la Convergencia. Pero este paso al costado tiene un objetivo claro. Dejamos atrás el internismo y la burocratización de nuestra fuerza para volver a avanzar hacia lo que siempre nos ha convocado: la transformación de esta realidad indignante desde una cultura política democrática y fraterna, sin burocratismos ni lógicas de cuoteo inmovilizantes, que nos permita impulsar entre todas y todos una acción política definida colectivamente. A este desafío invitamos a todas y todos quienes estén dispuestos a construir la fuerza transformadora que Chile requiere».

La declaración fue firmada entre otros, por el vocero de la IA Andrés Fielbaum, los ex dirigentes estudiantiles Víctor Orellana, Sebastián Aylwin, Giorgio Boccardo, Valentina Saavedra, Daniela López y Francisco Figueroa (estos dos últimos candidatos a diputados junto a Boric en 2013); el sociólogo Carlos Ruiz, presidente de la Fundación Nodo XXI; Matías Goyenechea, presidente de la Fundación Creando Salud, y la actual presidenta de la FECh, Camila Rojas.

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