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Las horas claves y de máxima presión que atraviesa el ministro Varela

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El diseño gubernamental para enfrentar esta semana apuntaba, precisamente, a neutralizar los argumentos y capacidad de convocatoria de los estudiantes con el anuncio que realizó el lunes Piñera sobre el aumento de la gratuidad en la educación técnica. La idea era mantener coordinadamente, desde el Gobierno, el discurso de que no habrá más lucro en la educación y que la gratuidad “llegó para quedarse”, tal cual lo registró el propio Mandatario, parafraseando a Michelle Bachelet. Pero una vez más el jefe del Mineduc se salió de libreto y dicha estrategia se empañó.


Le ha costado cambiar el chip, no se acostumbra al traje de ministro, la mirada pública, las diferencias profundas que hay con la forma de actuar desde la vereda de lo privado y, por más que desde La Moneda han tratado de pedirle «prudencia comunicacional», para evitar salidas de libreto que compliquen a la actual administración, no lo han logrado. El titular de Educación, Gerardo Varela, enfrenta horas claves, con la primera demostración de fuerza que mañana le hará en las calles el movimiento estudiantil, pero también por la necesidad de no seguir cometiendo errores que le juegan en contra, encienden la pradera política y dejan la ruta del Gobierno de Sebastián Piñera sembrada de ripios políticos.

En La Moneda afirman que el Presidente sabe a cabalidad que en su gabinete hay cierto stock de ministros con nula experiencia en lo público, que eso ha sido un problema con algunos de ellos este último mes, desde el cambio de mando, y que les ha pedido en más de una ocasión que aprendan con rapidez la «lógica pública». En Palacio hablan de cierta «incontinencia» comunicacional de Varela y que eso pasa por el hecho de que se sigue viendo a sí mismo como columnista, pero que a estas alturas ya debió haber pulido, aunque fuera en algo, su estilo.

Conscientes de esto, incluso desde La Moneda se le fijaron al ministro ciertas pautas y límites sobre los cuales podía moverse comunicacionalmente en estos días, a fin de evitar tensionar gratuitamente el clima político con el mundo estudiantil. Esto, porque desde Piñera para abajo están convencidos en el Gobierno de que la capacidad de convocatoria para la marcha de este jueves no estará ni cerca de la demostración de fuerza que hubo en las calles durante la primera administración piñerista, que en el año 2011 tuvo su clímax, se convirtió en un catalizador político de la oposición al Mandatario y que lo tuvo con los niveles de aprobación ciudadana por el suelo.

El escenario cambió, explicaron varias autoridades de la sede del Ejecutivo. El movimiento estudiantil ya no tiene los ejes aglutinadores que tuvo hace siete años, el grueso de sus demandas fue recogido tanto por el Gobierno de Michelle Bachelet como el actual, por ejemplo, el anuncio de esta semana de ampliar la gratuidad para los CFT e IP.

Es más, el diseño gubernamental para enfrentar esta semana de presión apuntaba, precisamente, a neutralizar los argumentos y capacidad de convocatoria de los estudiantes con el anuncio que realizó el lunes Piñera, junto con mantener coordinadamente, desde el Gobierno, el discurso de que no habrá más lucro en la educación y que la gratuidad “llegó para quedarse”, tal cual lo registró el propio Mandatario en esa ceremonia, parafraseando a Michelle Bachelet.

La segunda fase implicaba un despliegue mediático del jefe del Mineduc para reforzar el avance de la gratuidad en la educación técnica, lo que iba acompañado de algunos cortafuegos para bajar  la “visibilización” de los estudiantes, como la decisión de la Intendencia –explicaron– de correr la reunión de ayer, fijada originalmente a las 9 de la mañana, para la tarde, donde se establecía el recorrido de la marcha, la que comenzará mañana a las  11:00 hrs. desde Plaza Italia.

Pero, una vez más, Varela se salió de libreto y dicha estrategia se empañó. Durante toda la jornada del lunes en el Ejecutivo –según reconoció un asesor del Mineduc– todo marchó bien y “el ministro se controló”, una calma que llegó solo hasta ayer en la mañana, porque se le salió el alma de opinólogo y declaró que «si yo legislara, yo no pondría penas de cárcel para la gente que gana plata”.

[cita tipo=»destaque»]En La Moneda intentan bajarle el perfil, no cuestionarlo con dureza, aunque sus autoridades no desconocen los errores cometidos por el jefe del Mineduc. Dicen que es brillante, que tiene un buen manejo de piernas político en el Congreso, que su problema, además de no entender que ahora es un ministro de Estado y que todo lo que diga rebota en el Gobierno y en la figura del Presidente, es que «no logra hacerse entender» con lo que trata de decir, que hasta ahora lo salva que el Jefe de Estado se dio un tiempo –que nadie sabe cuánto es realmente– para que sus ministros menos expertos políticamente aprendan a manejarse sin cometer este tipo de errores.[/cita]

No se quedó ahí. Durante la entrevista a Radio Universo explicó que “las personas naturales tenemos una legítima aspiración de ganar más plata de la que gastamos. ¿Es eso lucro?”, al tiempo que comparó la penalización del lucro con “cortarles las manos a los niños, que son los que más roban”. Insistió y llamó a no criminalizar el tema, porque “la buena gente con las que queremos que vayan a las universidades la van a pensar tres veces antes de entrar”.

Esta visión de Varela “no es rara”, aseguran en la propia derecha. “Nuestra postura siempre ha estado en contra de penalizar con cárcel el lucro, es una medida extrema”, explicó un parlamentario de Chile Vamos. Lo que sí reconocen en la coalición de Gobierno es que “el momento» que eligió el ministro no es el adecuado y que, con ello, generó una señal  “contradictoria” con lo dicho por Piñera 24 horas antes: “Esto sí causa molestia, no puedes salir contradiciendo al propio Presidente, no estamos para díscolos aquí”.

El diputado de la UDI, Javier Macaya, aseguró que “el Presidente Sebastián Piñera habló bastante claro respecto a la gratuidad y el lucro”, pero «si la pregunta es si metemos presos a los que hayan lucrado, es algo que se puede discutir”. De todas formas, destacó que en cada uno de los sectores políticos “es claro que el lucro no se debe permitir en la educación superior”.

En la derecha, puntualmente en la bancada RN, recuerdan un viejo refrán que reza “por la boca muere el pez”, un dicho que consideran que Varela no ha escuchado o del que “hace oídos sordos”. Y es que confiesan que estas últimas declaraciones del secretario de Estado causaron un vendaval al interior de Chile Vamos, uno intenso pero soterrado, porque se acordó que nadie del oficialismo saldría a “criticarlo”, menos en una de semana tensa como esta.

En La Moneda intentan lo mismo, bajarle el perfil, no cuestionarlo con dureza, aunque sus autoridades no desconocen los errores cometidos por el jefe del Mineduc. Dicen que es brillante, que tiene un buen manejo de piernas político en el Congreso, que su problema, además de no entender que ahora es un ministro de Estado y que todo lo que diga rebota en el Gobierno y en la figura del Presidente, es que «no logra hacerse entender» con lo que trata de decir.

Entre los inquilinos de Palacio señalan que hasta ahora lo salva que el Presidente Piñera se dio un tiempo –que nadie sabe cuánto es realmente– para que sus ministros menos expertos políticamente aprendan a manejarse sin cometer este tipo de errores, pero también que su desempeño ha ido creciendo semana a semana, lo que hace equilibrar la balanza ante los ojos del Mandatario. Hasta ahora.

En la oposición y entre los estudiantes no fueron tan generosos con las declaraciones de Varela sobre el lucro. Lo vieron como una  provocación, más aún si esta “sinceridad del ministro se da la misma semana en la que convocamos a una marcha”.

Para el presidente de la FEUC, Rodrigo González, la verborrea del titular del Mineduc responde a que “se da libertades que no puede tener”, y asegura que le parecen “preocupantes” sus declaraciones. La senadora DC, Yasna Provoste, puso el acento en  la contradicción al interior del Gobierno: “El Presidente de la República señaló que el lucro no sería permitido en la educación, eso significa establecer un marco regulatorio estricto y con severas sanciones para quienes lucren con recursos públicos” y añadió que “no es bueno que el ministro se preocupe de las platas o ganancias de las instituciones y no de la calidad educativa que reciben los estudiantes”.

La marcha de mañana esta convocada para exigir la eliminación del lucro, el fin del endeudamiento y levantar la demanda del derecho a una educación “no sexista”, un punto bastante sensible que no está evidenciado por el Gobierno, según los estudiantes. Para el presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional, Vicente Salinas, los retrasos y frenazos en la ley de Identidad de Género, son un problema para los estudiantes secundarios: “En el instituto hay dos compañeros transexuales” y “los menores de 14 serían relegados, si se aprueba este proyecto tal cual está concebido”, junto con explicar que los jóvenes “no solo se ven afectados a nivel de expresión corporal, sino que en el avance de su integración en la sociedad”.

La diputada del Frente Amplio, Camila Rojas (IA), aseguró que “enfermedades de transmisión sexual, embarazo adolescente y la incontinencia verbal del ministro se evitarían con educación sexual y no sexista”.

Los campeones

Pero ese no fue su único desliz comunicacional del ministro. Varela fue consultado por su posición respecto a la educación sexual y asumió ser “bastante liberal en esto, a mis niños los he educado sin abejitas. De hecho les he ido a comprar (condones)” y, si bien trató de esquivar pronunciarse sobre la opción de poner dispensadores de preservativos en los colegios, apelando a que sobre ese tema necesita educarse, terminó sentenciando que sus hijos «son unos campeones, necesitan más de tres parece (risas)”. Una “talla” que “literalmente” habría hecho “correr en círculos” al equipo de comunicaciones del Mineduc y que causó molestia al interior de la cartera de Salud.

El secretario de Estado explicó que “uno con sus hijos tiene ciertos niveles de libertad y responsabilidad que no  tiene con los niños ajenos, yo no le puedo decir a usted cómo tiene que educar a los suyos”, a la vez que recalcó el peso “valórico” de que una medida así es “relevante” y respecto al SIDA reconoció que “es bueno que tomemos medidas buenas y rápidas”. Una frase no menor, considerando que el Minsal ha estado en el foco público precisamente por el aumento de las cifras del Sida y su índices de mortalidad.

Este comentario del ministro Varela no sólo trajo consigo la indignación de la oposición, en el Gobierno tampoco cayó muy bien su “incursión” en materia de salud y educación sexual, porque, de paso, no solo complica a la cartera de Educación, sino que al ministro Emilio Santelices, quien –al igual que Varela– ha sido cuestionado al interior de La Moneda por su “bajo desempeño”, reconoce una fuente del ministerio.

Las palabras cayeron como un balde de agua fría en la oposición. El senador RD, Juan Ignacio Latorre, aseguró que “es impresentable que autoridades de Gobierno hagan vista gorda sobre esta tema país, y que sus declaraciones sean en un tono «burlesco» y no a la altura de proponer soluciones que vayan en la línea de una educación sexual al respecto”.

Desde el movimiento estudiantil, también criticaron la “ligereza” del comentario del titular de Educación. “Nos parece grave que se hable con liviandad sobre el tema, él no sabe lo que está hablando, no se refirió sobre nada concreto”, destacan desde la FEUC. El presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional señaló que le parece impresentable que el ministro “no asuma la realidad social. El problema de los condones no es un asunto para mofarse diciendo ‘que mis hijos son campeones’, como si el mantener relaciones sexuales fuera un logro. Se trata de un problema de salud, si se ve con altura de miras, y con ese comentario no lo está manifestando así”.

Los dichos de Varela sobre educación sexual prendieron las alarmas entre los secundarios y afirman que, si el ministro sigue en esta línea, “no será raro que nos vea marchando masivamente por tener condones gratis en los colegios”.

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