En plena discusión, uno de los asistentes al foro usó la pantalla y puso un cartel blanco con letras rojas en mayúscula en el que se leía: «Fuera Rozas de la masonería!!». Según contaron algunos asistentes ese día, la protesta se debió a que el general director de Carabineros pertenece efectivamente a la masonería desde hace poco más de dos años, donde tiene el grado inicial de aprendiz.
Nadie ha quedado indiferente a la delicada situación en la que se encuentra el general director de Carabineros, Mario Rozas, ante la lluvia de críticas que ha recibido la policía uniformada –nuevamente– por su manejo y control de las manifestaciones sociales, especialmente tras los sucesos del viernes 2 de octubre, cuando un joven fue empujado al río Mapocho por un efectivo uniformado.
Desde ese instante han sido cotidianos los llamados públicos de dirigentes y parlamentarios de la oposición a La Moneda pidiendo la renuncia del mandamás de Carabineros. Y la masonería no ha sido la excepción, donde además la figura del general ha sido tema de discusión a puertas cerradas.
El lunes 5 de octubre se realizó un nuevo encuentro de «Conversando la República», ciclo de debate político que realiza la masonería. En esta ocasión, la convocatoria vía Zoom se denominó «Desafíos Constitucionales: Reflexiones para el Chile del mañana», cita en la cual expusieron los diputados Matías Walker (DC), María José Hoffmann (UDI), Víctor Torres (DC) y el senador José Miguel Insulza (PS).
En plena discusión, uno de los asistentes al foro usó la pantalla y puso un cartel blanco con letras rojas en mayúscula en el que se leía: «Fuera Rozas de la masonería!!». Según contaron algunos asistentes ese día, la protesta se debió a que el general director de Carabineros pertenece efectivamente a la masonería desde hace poco más de dos años, donde tiene el grado inicial de aprendiz.
Si bien ya después del estallido social de octubre del 2019 hubo sectores que cuestionaron su presencia, las críticas internas se intensificaron desde los hechos del viernes en el puente Pío Nono, debido a la responsabilidad que le compete al general –explicaron– como jefe de una institución que se rige por la verticalidad del mando y cuyo actuar ha transgredido el respeto a los Derechos Humanos.
Integrantes de la masonería contaron que los últimos días ha sido tema obligado, en distintos chats, «la molestia interna» que impera por la permanencia de Rozas en una de sus logias e, incluso, circula una carta desde regiones en que la que se insiste en su expulsión.
Del episodio del lunes, nadie ha dicho nada oficialmente. En el seno de la masonería explicaron que impera un silencio oficial absoluto y que ello se debería a que el exrector de la Universidad de Chile, Luis Rivero, un conocido y poderoso masón, sería uno de los «padrinos» del general y, por ende, quien lo blindaría para evitar que las críticas internas sigan escalando.
