Opinión

Chile necesita un Ministerio del Mar

El espacio marítimo del país abarca unos 3.400.000 kilómetros cuadrados. Es decir, es 4,5 veces mayor que el espacio terrestre. Allí se realizan actividades tan diversas como la pesca –artesanal e industrial–, la acuicultura, los deportes, la conservación, la actividad turística y el transporte marítimo. El 95% de nuestro comercio exterior se realiza por medio del mar. Desde mayo del año 2018 Chile cuenta con una Política Oceánica Nacional. Ya es hora de aportar a esa política con la institucionalidad necesaria para fortalecer el rol de nuestro territorio marítimo.

El Gobierno ha puesto nuevamente sobre la mesa la idea –ya delineada por el Presidente Piñera en su mandato anterior– de trasladar la institucionalidad pesquera al Ministerio de Agricultura. Sí, al de Agricultura. Para ello, propone modificar el nombre de la cartera, agregándole los conceptos de “Alimentación y Desarrollo Rural”. La idea ha generado un rechazo bastante generalizado.

Organizaciones de la pesca artesanal, sin distinciones, han manifestado su oposición al proyecto del Gobierno. También se han mostrado en contra de la idea profesionales pesqueros, académicas y académicos de las ciencias del mar y organizaciones no gubernamentales especialistas en materias de conservación marina, además de colectivos asociados a otras actividades relacionadas con el territorio marítimo.

Por décadas, la pesca ha aspirado a contar con una institucionalidad propia para fortalecer la actividad de nuestro mar. Y no han sido pocos los gobiernos que han planteado la idea de crear un ministerio específico para esas tareas. Lo propusieron Salvador Allende, Patricio Aylwin y Michelle Bachelet, e incluso en la dictadura se habló también de crear una institucionalidad dedicada a velar por los intereses y recursos marítimos.

[cita tipo=»destaque»]A la fecha, la única externalidad positiva que ha generado el proyecto, es que ha unido a todos los pescadores del país en torno a la necesidad debatir sobre una nueva institucionalidad para el sector. Un debate por cierto necesario, que debe extenderse y en el que deberán primar los análisis participativos de todos los actores involucrados, la revisión de experiencias internacionales y la visión de los expertos y científicos, no solo los intereses de algún grupo o institución específica.[/cita]

Por diversas razones, la idea nunca ha prosperado y las actividades pesqueras están hoy supeditadas a una subsecretaría dependiente del Ministerio de Economía. No obstante, las actividades pertinentes al medio acuático marino involucran también a los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores, Transporte y Medio Ambiente.

Este complejo tramado burocrático no hace más que dificultar la gestión y la organización de las actividades marítimas. Nada de ello se resuelve ampliando el giro del Ministerio de Agricultura y sumándole nuevas atribuciones y responsabilidades a las que ya tiene. Resulta mucho más conveniente a los intereses del país crear un Ministerio del Mar. La bancada de senadores socialistas en su conjunto apoya esta idea.

El Ministerio de Agricultura ha cumplido, por décadas, un rol histórico incuestionable gestionando las actividades productivas de los campos del país. Es preferible que continúe haciendo bien ese trabajo y que sea un modelo para crear una institucionalidad moderna y eficiente, la que se dedique a las cuestiones relativas al mar.

El espacio marítimo del país abarca unos 3.400.000 kilómetros cuadrados. Es decir, es 4,5 veces mayor que el espacio terrestre. Allí se realizan actividades tan diversas como la pesca –artesanal e industrial–, la acuicultura, los deportes, la conservación, la actividad turística y el transporte marítimo. El 95% de nuestro comercio exterior se realiza por medio del mar. La pesca artesanal, en tanto, se distribuye en todas las comunas costeras, entregando trabajo y sustento a millones de personas.

A la fecha, la única externalidad positiva que ha generado el proyecto, es que ha unido a todos los pescadores del país en torno a la necesidad debatir sobre una nueva institucionalidad para el sector. Un debate por cierto necesario, que debe extenderse y en el que deberán primar los análisis participativos de todos los actores involucrados, la revisión de experiencias internacionales y la visión de los expertos y científicos, no solo los intereses de algún grupo o institución específica.

Desde mayo del año 2018 Chile cuenta con una Política Oceánica Nacional. Ya es hora de aportar a esa política con la institucionalidad necesaria para fortalecer el rol de nuestro territorio marítimo. Chile necesita un Ministerio del Mar.