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Valhalla, el proyecto científico-sustentable que pondría a Chile en la cima de la energías limpias del mundo

La energía solar en otras partes del mundo, donde no tiene la radiación que hay en Chile, no es competitiva. Ahí el desierto de Atacama tiene una ventaja profunda. El norte de Chile tiene la mejor radiación del mundo. Esas afirmaciones son las que le dan sustento argumentativo a un proyecto de innovación que requiere una inversión de US$ 1.100 millones y actualmente está en busca de financiamiento. Los trabajos se realizarían entre 2017 y 2020, año en que comenzaría a operar. El trabajo de impacto ambiental ha sido realizado junto a la comunidad local para evitar alteraciones al medio ambiente.


Durante el Congreso del Futuro -que terminó el pasado sábado- se dieron a conocer grandes adelantos y se plantearon desafíos éticos frente a la aceleración creciente de los descubrimientos científicos. Pero también se discutieron problemáticas globales que afectan al planeta y al ser humano como especie.

Cada problema o crisis es también una oportunidad de cambio, repitieron de manera constante los expertos. En el discurso inaugural, el senador Guido Girardi -de algún modo el anfitrión del evento- apuntó a que Chile puede ser parte de la solución a la crisis mundial del agua y a la urgencia planetaria de contar con energías limpias. “Así como el Siglo XX fue especialmente egoísta con Chile (sin petróleo por ejemplo) puede ser tremendamente generoso en el Siglo XXI. Chile tiene el mayor potencial de energía solar del mundo y las reservas de aguas más puras del planeta”.

El senador llegó de decir incluso que respecto al potencial fotovoltaico, Chile podría alimentar de energía a todo el continente y que ésta en algún momento podría tener costo cero. Todo gracias a sus condiciones geográficas.

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En 1988 nuestro planeta alcanzó la mayor concentración de CO2 en al menos un millón de años. Desde esa fecha, cada año ha superado al anterior, y en 2015 alcanzamos la temida barrera de las 400 partes por millón.

En una hora, el sol irradia a la tierra cuatro veces más energía que lo que toda nuestra civilización consume como electricidad en un año.

El desierto chileno posee enormes potencialidades: se estima que si se utilizara el 0,25% de su área, se podría generar suficiente energía solar para todo el país, y con un 3% abastecer a toda la región. El problema es el almacenamiento de esa energía, puesto que de noche la generación cae a cero.

Una forma de solucionar este tema en el norte de Chile es una combinación de energía solar, utilizada para bombear agua marina mediante unos túneles subterráneos hacia la tierra durante el día, y luego dejando que el regreso de la misma al mar genere energía hidráulica, para suplir la energía que no se genera durante el día. De esta forma, mediante una central hidráulica de bombeo, como se conoce técnicamente, se podría generar energía de forma continua.

Proyecto Valhalla

Justamente de esto se trata el proyecto Valhalla, una iniciativa que se podría materializar cerca de Iquique, con una inversión de US$1.100 millones y actualmente en busca de financiamiento.

Juan Andrés Camus, gerente general de la iniciativa energética que fue expuesta por su socio Francisco Torrealba en el Congreso del Futuro, concuerda con Girardi que Chile tiene la oportunidad única de convertirse en un exportador mundial de energía limpia, entre ellas la solar.

La idea es que el norte de nuestro país siga siendo el motor industrial de Chile, tras el guano, el salitre y ahora el cobre, pero con una energía distinta, señala Camus, quien destaca que se trata de un proyecto que empezó como un emprendimiento universitario y ahora cuenta con más de 50 inversionistas.

Actualmente está en busca de asociarse con una empresa grande de energía para lograr el financiamiento. De iniciar la construcción este 2017, esperan empezar a funcionar a fines de 2020. En Japón existe un proyecto similar en una isla marina que funciona desde hace dos décadas, mientras que en Argentina funciona con agua dulce.

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Ventaja comparativa

Valhalla, una palabra que remite al “paraíso” de los vikingos, es una empresa chilena que nació en el año 2011, con el objetivo de buscar soluciones innovadoras para resolver el problema energético que vive Chile, “desde la convicción de que Chile es pobre en energías del pasado pero infinitamente rico en energías del futuro”, según sus creadores.

Actualmente cuenta con el apoyo de más de 50 inversionistas -principalmente nacionales-, y es liderado a nivel de ingeniería por Carlos Mathiesen, ingeniero civil con una destacada trayectoria en el mercado eléctrico junto a un equipo multidisciplinario conformado por 26 personas.

Camus destaca que nuestro país tiene una enorme ventaja comparativa en el área de la energía solar.

“La energía solar en otras partes del mundo, donde no tiene la radiación que hay en Chile, no es competitiva. Ahí Chile tiene una ventaja que es profundísima. El norte de Chile tiene la mejor radiación del mundo y tiene que ver con un desierto extremadamente seco, con los cielos más claros del mundo. Por eso la radiación es única. Y la implicancia es que un panel que puesto en Europa, en China o Chile, acá produce más energía. Al mismo costo, produces más”.

Por eso, Camus cree que Girardi tiene razón cuando dice en su discurso de apertura que Chile tiene la oportunidad única de convertirse en un exportador mundial de energía limpia.

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El desafío de la intermitencia

El problema es que actualmente la energía solar y eólica es intermitente o variable: sólo generan energía cuando hay viento o sol.

“Ahí viene el almacenamiento como elemento esencial para masificar esta energía”, dice Camus. “El almacenamiento le da continuidad y seguridad a un sistema eléctrico intermitente que enfrenta una demanda continua. En Chile la demanda de las empresas y las casas es 24/7. No podemos interrumpir la entrega de energía porque una nube tapó el sol o dejó de correr el viento. Por eso necesitamos almacenamiento tremendamente eficiente”.

Y según Camus, el norte de Chile es ideal para los mecanismos de almacenamiento de energía dadas las características geográficas.

“Nuestra propuesta no es de cambio tecnológico, sino de uso eficiente de la geografía usando tecnología que ya existe, lo que hace que el uso de la energía sea muy barato”, dice. “Usamos la geografía del norte de Chile, básicamente entre Quebrada de Camarones hasta Tal Tal, donde la Cordillera de la Costa está muy cerca de la playa, con alturas de entre 500 y 1.000 metros, y que termina en una llanura, lo que se llama la pampa”, donde hay una serie de lagos secos.

“Llenar esos lagos de nuevo, y esa agua que está arriba, que la llevaste a través de los túneles desde el mar hacia arriba, es energía potencial, que puede estar disponible para ser generada por una hidroeléctrica cualquiera cuando no está el sol o corre el viento”, afirma.

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“Al final lo que tienes es sol o viento, más un sistema de respaldo de energía hidráulica. Eso te permite entregar mucho sol puedes entregar esa energía al consumo, y parte de ella se puede usar para elevar agua desde el mar hasta estas cavidades o lagos secos. Esa agua fría se convierte en energía potencial, entonces cuando se va el sol o el viento la puedes usar para generar electricidad mediante un mecanismo hidráulico, devolviendo el agua al mar”.

El proyecto Valhalla propone realizar el transporte del agua a través de túneles y no cañerías a cielo abierto “porque son horribles. Todo va por abajo”.  A esto se suma la experiencia minera de Chile, donde hacer un túnel no es un tema. El túnel de extracción de Valhalla está a 16 metros de profundidad, a 350 metros de la costa. Y las corrientes que se generan además son similares a las naturales.

Camus además destaca que el proyecto Valhalla, pudiendo optar por una declaración de impacto ambiental, prefirió realizar de forma voluntaria un estudio de impacto ambiental, en un trabajo donde la transparencia y trabajo con la comunidad, especialmente la caleta de pescadores de San Marcos, ha sido fundamental. “Para el mundo es imperativo entregar a las futuras generaciones un mundo sustentable”, concluye.

 

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