El actual primer vicepresidente de la Cámara es alguien que hoy detenta una cuota de poder, pero es un poder temporal, que solo le prestaron por un ratito, en una movida política digna de guion de serie de Netflix. Por eso, su poder aparente solo va a la baja.
Esta decisión deja al general director de Carabineros con pocas opciones para evitar su formalización, junto a otros altos mandos, en el marco de una investigación que reúne más de 1.300 causas de DDHH relacionadas con el estallido social. Esto, en momentos en los que su renuncia parece inminente.