Publicidad
Camas separadas: cómo se ha tensionado la relación entre los empresarios y Piñera MERCADOS

Camas separadas: cómo se ha tensionado la relación entre los empresarios y Piñera

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
Ver Más

La sensación respecto a las reformas sectoriales es lo que más nerviosismo ha generado en los grupos económicos: el impuesto a las aplicaciones tecnológicas, el impuesto verde, el impuesto al azúcar o la eliminación de bolsas plásticas, han dañado la relación de una parte de los empresarios con el Presidente. El escenario de la compleja relación actual es mixto y a la juguera se mete un montón de ingredientes: malos manejos comunicacionales de los ministros sectoriales y del propio Mandatario –recordemos la declaraciones de José Ramón Valente sobre invertir fuera de Chile y las de Piñera sobre el cierre de Iansa–; la evaluación mixta de las clasificadores de riesgo –Moody’s la bajó, Fitch la mantuvo–; las cifras de empleo que no arrojan una mejora significativa, pero que, de paso, parecen no estar tan bien medidas, por ejemplo, por la fuerte incorporación que se debería notar de la ocupación de la mano de obra extranjera. Confuso, por decir poco, está el ambiente.


El castigo ya se hizo, al menos, en las encuestas y el Presidente Sebastián Piñera vio afectada su aprobación de manera importante en las últimas mediciones. Criteria fue la primera que advirtió, hace ya dos semanas, que la baja en la aprobación del proyecto de Chile Vamos y su máximo representante en La Moneda estaba dada por el amplio margen que se abrió entre el eslogan de campaña de vivir «los tiempos mejores» y la realidad del momento actual de la economía, que tiene de bueno y de malo.

De bueno, la salud fiscal del país ha ido mejorando, el último Imacec aumentó 5% y el Gobierno muestra signos de reactivación, como el anuncio de grandes proyectos de inversión, la nueva etapa de la mina Quebrada Blanca y la expansión de la planta de Arauco.

Pero el escenario es mixto y en la juguera se mete un montón de ingredientes: malos manejos comunicacionales de los ministros sectoriales y del mismo Presidente –recordemos la declaraciones de José Ramón Valente sobre invertir fuera de Chile y las de Piñera sobre el cierre de Iansa–; la evaluación mixta de las clasificadores de riesgo –Moody’s la bajó, Fitch la mantuvo–; las cifras de empleo que no arrojan una mejora significativa, pero que, de paso, parecen no estar tan bien medidas, por ejemplo, por la fuerte incorporación que se debería notar de la ocupación de la mano de obra extranjera. Confuso, por decir poco, está el ambiente.

La semana pasada las palabras de Pablo Echeverría en el seminario de Moneda Asset –uno de los encuentros que marcan pauta el segundo semestre y al que asisten los empresarios y ejecutivos más representativos de Sanhattan– dejaron resonando una frase que le hizo eco a varios de los que no tienen tanta paciencia, como el Gobierno les ha pedido públicamente. «Chile requiere generar las condiciones para aumentar la tasa de inversión y ahorro. Pero tenemos que hacerlo no mirando las deudas que arrastramos del siglo pasado, sino las demandas que nos plantea el siglo XXI. Está en manos del Gobierno dar señales en este sentido. No olvidemos que el tiempo deprecia no solo el capital físico, sino también el capital político. Urge que aceleremos el paso de las reformas económicas», dijo Echeverría.

[cita tipo=»destaque»]Ese domingo 12, Valente dio por cerrada su agenda de medios con entrevista en el mismo matutino, advirtiendo que no había que hacer eco del negativismo. La instrucción del segundo piso de La Moneda ha sido que, en materia económica, lo ministros se replieguen y solo participen en pautas. Nada de salirse de la agenda. La advertencia es clara: la percepción y la relación no puede seguir empeorando. Por eso, hablar con la prensa de temas solo relativos a la pautas visadas desde Palacio es parte del diseño.[/cita]

Esa línea acerca de que todo se agota, hasta la paciencia, fue comentario obligado de varios empresarios, todos los cuales han mantenido una línea cordial con la administración de Piñera, pero que no han podido detener la sensación ni tampoco la desazón que otros empresarios han manifestado, con todas sus letras, sentir.

Desde la sensación, la Cadem terminó de confirmar el gusto amargo. De acuerdo a la medición, el 64% considera que la economía de Chile está estancada o retrocediendo, siendo este el registro más alto en lo que va del segundo periodo del Presidente Piñera.

Señales mixtas

Si bien los gremios han hecho esfuerzos por tener esa solicitada paciencia para con la agenda pro inversiones y también respecto de las definiciones del Gobierno, en los directorios que comienzan a evaluar sus presupuestos se ha comentado que es bueno esperar un poco para ponerles la firma a algunas inversiones, no solo por la situación interna y materias claves aún al debe, como la Reforma Previsional, sino también porque la economía está mostrando señales de alerta.

«Comienzan a surgir algunas luces amarillas que pueden terminar afectando la fuerza de recuperación. En efecto, las expectativas de consumidores y empresarios se han deteriorado recientemente y el Informe de Percepciones de Negocios del Banco Central de agosto, muestra una mayor preocupación de los empresarios por la continuidad de la recuperación, lo cual está llevando a postergar inversiones. Además, el precio del cobre se ha reducido con fuerza y la incertidumbre y los riesgos de la economía mundial han aumentado», dijo el domingo 12 en su columna semanal en El Mercurio, Vittorio Corbo.

Para Corbo, «no solo la guerra comercial amenaza el crecimiento de la economía mundial. En Estados Unidos, dado el agotamiento de las brechas de capacidad, políticas monetarias y fiscales expansivas y una inflación que ya sobrepasa la meta, la Reserva Federal (Fed) sigue con su proceso de reducción del tamaño de su balance y de alzas graduales en la tasa de política. Dado que la economía ha tomado un renovado dinamismo y los efectos de la política fiscal expansiva irían aumentando en el tiempo, hasta llegar a su máximo en 3 años, todo apunta a que este proceso de alza de tasas continuará e incluso, puede ser necesario que vaya más allá de lo proyectado».

Ese domingo 12, Valente dio por cerrada su agenda de medios con entrevista en el mismo matutino, advirtiendo que no había que hacer eco del negativismo. La instrucción del segundo piso de La Moneda ha sido que, en materia económica, lo ministros se replieguen y solo participen en pautas. Nada de salirse de la agenda. La advertencia es clara: la percepción y la relación no puede seguir empeorando. Por eso, hablar con la prensa de temas solo relativos a la pautas visadas desde Palacio es parte del diseño.

Pero hay empresarios que ya creen que es muy tarde para eso. «Nos encontramos con una autoridad que, de la noche a la mañana y sin dar ninguna explicación, decidió desconocer la institucionalidad chilena en materia de telecomunicaciones y expropiarnos de facto el derecho a seguir usando el espectro sobre el cual tenemos concesión vigente”, frase que pertenece a Juan Hurtado, presidente de Entel.

Pocas veces habla, pero sacó la voz para realizar una dura crítica a la resolución de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) de congelar el uso de la banda 3.500 MHz. «Es muy fuerte leer un concepto como expropiación en voz de un empresario, sea quien sea, porque eran conceptos que estaban muy erradicados del lenguaje económico actual chileno», apunta un dirigente gremial.

La sensación respecto a las reformas sectoriales es lo que más está poniendo nerviosos a los grupos económicos: el impuesto a las aplicaciones tecnológicas, el impuesto verde, el impuesto al azúcar o la eliminación de bolsas plásticas, han dañado la relación. En este último caso, por ejemplo, el abogado Gastón Gómez, jurista cercano a Piñera, es quien representa a la Asociación de Industriales del Plástico. Una de las razones fue considerar que la medida, con altos niveles de aprobación ciudadana, vulneró uno de los principales ejes de la derecha: intervenir el quehacer de una actividad económica.

«Sobre la reforma tributaria, por ejemplo, en general esperamos puras malas noticias. Todos los impuestos sectoriales, porque lo bueno ya se dijo: integración y simplificación, entonces claro que el ánimo es mixto. Los gremios tratan de seguir en buena lid y los empresarios, bueno, cada uno tiene su opinión a discreción», plantea un alto ejecutivo.

Desde los bancos de inversión explican que, en general, se proyecta un año 2019 con bastante actividad, pues las compañías han querido esperar un poco que el escenario se estabilice, para el próximo año comenzar con una actividad más contundente.

Los ministros que tienen sintonía con el empresariado, como Alfredo Moreno, han recibido guiños del sector, señales de que el apoyo continúa, como, por ejemplo, la participación de Benardo Matte en la cumbre de La Araucanía que convocó el titular de Desarrollo Social. Aunque la lectura es que luego los empresarios exigirán al Gobierno trabajar en conjunto, como que en los proyectos de inversión que se anuncien cuenten con el apoyo de las autoridades zonales y ambientales, para no ver detenidas sus inversiones.

Mientras algunos empresarios escriben cartas para demostrar su desazón, otros aún le ponen fichas a la administración de Piñera. Así como Matte, la familia Said y el grupo Vicuña, socios de embotelladora Andina y Embonor, darán el vamos a una nueva planta de embotellado en Renca en conjunto con el ministro de Economía y otras autoridades.

En los gremios y a nivel ejecutivo –incluso en algunas charlas privadas que empresas han contratado economistas expertos de mercado y ex autoridades gubernamentales– la ruta de la incertidumbre la marca un tema: para dónde irá la reforma tributaria. La respuesta es la misma al consultarles a varios actores del sector. El rumbo que tome ese proyecto será decisivo en la relación entre los empresarios y el Presidente, pues el Gobierno deberá definir si «se rompen huevos» apostando a mostrarse como una derecha con una mirada mucho más social o si, bien, se canjea un mejor crecimiento económico por una reforma más mesurada.

Publicidad

Tendencias