El sistema penitenciario chileno sufre de una profunda crisis que se ve evidenciada en los altos índices de delincuencia, en la nula reinserción, en la paupérrima seguridad y condiciones de vida de los privados de libertad. Esto ha sido fruto principalmente de la desidia estatal y políticas públicas deficientes que se han centrado en gran medida en la inyección de recursos a un sistema que se cae a pedazos.
Chile se merece un sistema penitenciario digno y de calidad. Para esto propongo como modelo a seguir la exitosa reforma que ha llevado a cabo República Dominicana, la que ha logrado construir un sistema penitenciario que cuenta hoy con una de las tasas de reincidencia más bajas a nivel mundial (2,7%). Dicha reforma se concentró en crear cárceles modelo que fueran reemplazando progresivamente a las cárceles del antiguo sistema.
Estas cárceles cuentan con instalaciones adecuadas y dignas para albergar a los internos, con personal especializado y diferenciado para llevar a cabo la labor de reinserción, y de rehabilitación (para alcohólicos y drogodependientes) junto con seguridad desmilitarizada. Esto fue acompañado de la adquisición de herramientas efectivas por parte de los internos para poder trabajar en el medio libre; además de un método de acompañamiento postpenitenciario, que propicia la reinserción y la reunificación familiar, entre otras medidas.
[cita tipo=»destaque»]Todos estos elementos, considerados en su conjunto, han generado un sistema penitenciario de excelencia, teniendo una de las tasas más bajas de reincidencia en el mundo, equivalente a una 2,7%. Esta cifra dista mucho del porcentaje de reincidencia –con pena de prisión efectiva– que asciende al 50,5% en Chile.[/cita]
Todos estos elementos, considerados en su conjunto, han generado un sistema penitenciario de excelencia, teniendo una de las tasas más bajas de reincidencia en el mundo, equivalente a una 2,7%. Esta cifra dista mucho del porcentaje de reincidencia –con pena de prisión efectiva– que asciende al 50,5% en Chile.
En la actualidad República Dominicana cuenta con 20 nuevos centros penitenciarios de un total de 35, siendo lo más destacable que con pocos recursos, pero con mucha creatividad y voluntad política se ha logrado revertir en solo 12 años un sistema penitenciario que se caía, como el chileno, a pedazos.