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Soledad Bravo: «Puede que tengan una idea vaga de mí».

«He hecho tantas cosas con tanta gente y esa discografía es totalmente desconocida allá», dice, desde Lisboa, la cantora venezolana. Dueña de una de las voces más portentosas de Latinoamérica, Soledad Bravo se pondrá al día con el público chileno el próximo 5 de julio en Santiago.


"Voy a Chile simplemente como una mujer con su guitarrita", dice Soledad Bravo para describir lo que será su debut en los escenarios nacionales. No es, por cierto, ninguna novicia en el canto, sino una mujer hecha y derecha, una señora trovadora que por asuntos de fuerza mayor nunca antes ha cantado acá -y eso que está casada con un chileno-.



Pero la vida es así, y sólo ahora, después de treinta años liderando el canto latinoamericano brindará un bendito recital, el 5 de julio, en el Teatro Oriente de Santiago.



"Ha sido muy duro el no haber cantado nunca en Chile, pero hubo un golpe de Estado. He estado tan ligada a Chile desde lo afectivo y nunca me he presentado ahí. Cuando mi carrera estaba ascendiendo vinieron las dictaduras y el cono sur fue un terreno vedado hasta que se acabaron, pero en Chile ni siquiera canté después".



Es figura implicada en la divulgación del repertorio de la Trova Cubana, el canto sefardí, jazz, salsa, ritmos caribeños y un sin fin de sones más. En el oficio compartió con Omara Portuondo, Chico Buarque, Djavan, Ana Belén y Víctor Manuel, Joaquín Sabina, Ruén Blades, George Moustaki, Willy Colón, Milton Nascimento, Caetano Veloso y Gilberto Gil. La lista, se ve, es larga.



Al país viene con el guitarrista Dioni Velásquez, para acompañarse en el recorrido musical que incluye un par de temas españoles y una retrospectiva por su obra.



Entonces, los adeptos al canto latinoamericano pueden ir desempolvando antiguas grabaciones, pesquisando algún disco olvidado o guardado como huesito de santo y partir por repasar los temazos de la portentosa cantora, que, en todo caso está al tanto de la situación del sureño público.



"La gente que ha tenido noticias de Soledad Bravo puede tener una idea vaga, han pasado tantos años desde que comencé mi carrera. He hecho tantas cosas con tanta gente y esa discografía es totalmente desconocida allá", argumentó.



-¿Y con qué se podrían encontrar?
-Simplemente con una mujer que va a cantar sus cosas, que va a trata de dignificar la vertiente latinoamericana, venezolana y española.




»La cubanidad»En los años 80 editaron su arte en Europa. Después, cedió a Nicaragua los derechos del disco Cantares de Venezuela. Lo mismo hizo en los 90, pero a beneficio de las comunidades indígenas de la Amazonía colombiana.



En 1994 lanzó Raíces, antológica afrocaribeña de notyable factura, y en 1997 se presentó en la sala Le Diwan du Monde, en París, donde ofrece un CD single que re-edita el tema Hasta siempre, de Carlos Puebla, al que siguió Paloma negra.



En sus comienzos Soledad Bravo entonó temas de Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui. Luego, hizo amistad con Angel e Isabel Parra, y en la escabrosa senda del canto de raíz latina siguió hasta ahora. Hace menos de un mes cantó con Pablo Milanés en el teatro Teresa Carreño de Caracas y pocos días atrás salió a la venta el disco Soledad Bravo canta a Pablo Milanés, con temas a dúo entre ambos.



"Estamos conectados desde los años setenta. He cantado a Pablo y a Silvio toda la vida", dice ella.



En 1967 grabó Soledad Bravo canta y en 1973, su disco dedicado a la trova cubana. Hizo el mismo homenaje en España al movimiento musical caribeño.



"Ellos son de la misma edad que yo. Teníamos las mismas ideas, los mismo sentimientos, las mismas ganas de decir las cosas. Ellos rompieron muchos esquemas dentro de la música cubana y para mí era tan natural cantarlos, era como si alguien me estuviera escribiendo las canciones", dijo desde Lisboa.



-En Chile, al parecer, ahora no hay mucha audiencia para los trovadores.
-Ya no se trata de la nueva o vieja trova o la trova. Hay autores que son importantes, por ejemplo, Silvio Rodríguez es un autor importante dentro de América Latina, a la par que Chico Buarque, y que Milton Nascimento, lo mismo puedo decir de Pablo Milanés, que han hecho clásicos de la historia musical, como Para vivir. Si hay clásicos de Agustín Lara o de Armando Manzanero, también los hay de Pablo. No se trata de las audiencias, sino que de personas que han dejado una obra.



-En ese movimiento hubo un fuerte un vínculo social.
-Estaban vinculados a su patria, a su tierra. Eso es lo único a lo que realmente estaban vinculados y como tal han hecho cosas que tienen que ver la cubanidad, desproveyéndolo de tintes políticos. Lo que va quedando es lo que tiene calidad.




-¿Cómo ves a las nuevas generaciones?
-Ellos fueron una tremenda escuela. A lo mejor ahora no hay audiencia, pero el virus penetró en mucha gente joven a través de la guitarra, del hacer las cosas de manera más trovadoresca. La huella que ellos han dejado fue remozada con el tiempo. En Cuba también hay gente de la nova-nova-novísima-trova.



-¿Quiénes?
-Muchos chicos bellísimos.



-Acá no son tantos.



-Quizás tú no los conoces.

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