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Sting, el caballero suburbano de la épica sensual

El año pasado Sting presentó Brand New Day y éste dio a conocer All this time, un registro grabado en vivo el 10 de septiembre, durante un íntimo concierto realizado en la ciudad italiana de Toscana. En un ritual con más de 200 invitados, hizo una restrospectiva que incluyó hasta los temas clásicos de The Police, pero en nuevas interpretaciones.


Ecologista, voluntario de las causas humanistas, ambientalista, defensor del bosque, actor y músico. Y eso sin mencionar su facha casual de gentleman suburbano ni los mitos construidos en torno a su capacidad física, adquirida en las prácticas diarias de yoga que realiza en su casa de Londres, donde tiene un huerto orgánico.




Sting continúa en la misma ruta, pero ahora más madurito -eso no quiere decir veterano- y a los cincuenta años se re-cita a sí mismo en un nuevo disco, All this time, el compilado de melodías sutiles y puro ímpetu jazzístico en que hizo prácticamente de nuevo 16 temas clásicos. Ahora se escucha más relajado, sutil e intenso y una vez más se eleva por sobre el Olimpo, pero con el corazón en la raíz de la música negra.



La placa, que fue grabada en Toscana en vivo el 10 de septiembre pasado, trae lo que todo fanático quiere oír, de una vez y sin interrupción, pero mejorado con el acento que da la experiencia de los años. Abre con Fragilidad y está dedicada a los muertos en Estados Unidos el 11 de septiembre pasado. La historia del disco se entrecruzó con aquellos sucesos. Resulta que Sting iba a transmitir a través de Internet dos conciertos desde Italia, pero a causa de los atentados decidió resumir su actuación en uno solo, y ese fue el que grabó en el disco.



«Esta hubiera sido una ocasión llena de felicidad», dijo el inglés, «debido a los horribles acontecimientos de hoy, simplemente no puede ser una ocasión feliz. Tenemos tres opciones: una es que el espectáculo continúe, la otra es no hacer nada del todo, pero la banda y yo tenemos un compromiso. Nos gustaría hacer un número en esta transmisión por la red para que la vea el resto del mundo y luego cerrar la transmisión como una muestra de respeto a aquellos que perdieron la vida y a aquellos que perdieron a seres queridos en este evento terrible».



Y continuó: «Después, depende de cómo se sientan ustedes. Me gustaría ofrecer un minuto de silencio después de esa canción. No quiero aplauso alguno, sólo quiero que pensemos sobre lo que ha sucedido hoy. Es difícil para todos nosotros. Estoy enojado, confundido, tengo miedo y en verdad no quiero darle ningún crédito a este acto de violencia injustificada… Cantaremos una canción para aquellos que han perdido sus vidas. Gracias».



Así fue como impregnó de tanta humanidad a All this time, una historia fonográfica en que se da sus buenos gustos musicales; frasea a su antojo, insiste y resiste y despliega un potente apartaje sonoro. En este nuevo paso, el king absoluto de sensualidad melancólica regresa al origen con un tono de pasión fuera de la órbita terrestre. Por ejemplo, en Roxanne emana delicado, furioso y entrañable con algo de swing adicional en la voz brillante y dócil, se hace acompañar de un piano acentuando los tiempos débiles -ese secreto del swing-, que juguetea entre medio de la historia de la chica y transita de lo clásico al sonido destilado de una sugerencia de big band.

La retrospectiva musical incluye además canciones de The Police tales como Message in a bottle (’79), Don’t stand so close to me (’80), Every little thing she does is magic (’81) y Every breath you take (’83); y temas de su trayectoria en solitario, como Set them free (’85), Englishman in New York (’88), Fragile (’88), All this time (’90), If I ever lose my faith in you (’93), Seven days (’93), Brand new day (’99) y Desert rose (’99).



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