Publicidad
Francisco Molina, escritor: «Hay que sospechar de cualquier hombre que se refiere a sí mismo como feminista» CULTURA

Francisco Molina, escritor: «Hay que sospechar de cualquier hombre que se refiere a sí mismo como feminista»

Es el autor de “El amor de los salmones”, su libro debut publicado a fines de junio por la editorial Los Libros de la Mujer Rota (LLLMR). Molina fue ganador de la Beca de creación literaria del Fondo y la lectura en 2106 con este texto. Su cuento “Tenía un lunar en el iris” fue antologado en el libro “7 veces lucero + versión original”, publicado por LLLMR en 2016. Hoy, junto al poeta y traductor Matías Fleischmann llevan el proyecto Un pez con mi cara besándome.


Francisco Molina (Santiago, 1992), como narrador de El amor de los salmones, deriva entre las dudas constantes ante la posibilidad de amar y la ansiedad frente a los procesos personales de la escritura, adoptando y sobreviviendo en paralelo a la renuncia de ideales veinteañeros. Proponiendo también un camino personal y una alternativa colectiva para ambos procesos vitales.  El arte visual de este libro fue creado por Sofía F. Garabito, trabajo en conjunto que el Panchi define como “un reconocimiento a todos los años de camaradería”.

-En «El amor de los salmones» hablas de un proceso de negación, en donde ya no querías seguir contando tu historia, ¿cómo fue –por obligación- terminar un libro que no querías terminar?

-Tuve el privilegio de no tener que trabajar para estudiar o no tener que endeudarme para estudiar y esa misma experiencia te lleva a enfocarte solo en ti. Pero cuando te enfrentas a lo otro, te das cuenta de que no sirve de nada pasar tantos años mirándote. Yo no quería seguir tocando la misma tecla de victimizarme, me estaba autoflagelando, pero tenía que hacerlo porque había firmado un contrato de ejecución para hacerlo.

-Sin contar muchos spoilers, pero también mencionas un viaje con la plata de la beca que ganaste ¿te perjudicó esa decisión a la hora de empezar con la producción del texto final?

-Me vi teniendo una cantidad inimaginable de recursos y tuve un gasto totalmente irresponsable. Si me lo preguntai ahora, me arrepiento totalmente de habérmelo gastado todo en un viaje a Europa.

-¿Qué significó para ti lanzar tu primer libro con una microeditorial independiente que ha sido particularmente reconocida en esta última década en cuanto a la escritura nacional?

-La editorial «Los Libros de la Mujer Rota» (LLLMR) me ofreció las mejores condiciones para publicar en Chile. Imagínate que me pagó por adelantado los derechos. Hay autores a los que les cobran por publicar, que les pagan con libros y otros que jamás saben cuántos libros se imprimieron. A mí me dieron e hicieron sentir con las mejores posibilidades para publicar mi libro. Y eso es Independiente a que sigo siendo un trabajador informal que trabaja para el área de la cultura, en donde no hay boleta, no tengo ninguna seguridad respecto a mi previsión, pero al mismo tiempo me siento llenito de sentido.

-¿Te gustaría “ser descubierto” por grandes editoriales de carácter transnacional, que te permitan en cierta forma vivir de la escritura?

-No me interesa. Me interesa que mi trabajo esté todo orientado a la producción de conocimiento informal, fuera de los espacios tradicionales. Porque lo único que se hace ahora es conservar cierta posición de privilegio respecto a lo que es correcto o no o lo que se debe o no se debe resaltar en relación a la producción literaria. Estoy contento con mi trabajo, pese a esa precariedad y es un privilegio haber accedido a la publicación de este libro.

-La Secta, el taller literario que dictas, es un taller de corte separatista, ¿cómo es trabajar en el área de la literatura solo con mujeres?

-Es maravilloso porque las mujeres saben dar cara. Están deseosas de que su voz sirva para construir algo que no sea solo para ellas. Se toma y se llora y se abraza, porque nadie tiene miedo de que otra persona la vaya a juzgar, la particularidad que tiene es que terminas valorando esos aspectos que creíste que podían espantar a otra persona y en realidad puedes transformar esos aspectos en un texto que produce cosas hermosas por más perturbadoras que sean.

-LLLMR es una editorial que se caracteriza por tener participación en eventos de origen feminista y publicar a autoras que lideran o son referentes en este movimiento ¿te consideras feminista?

-Ningún hombre cisgénero se puede llamar a sí mismo feminista, porque no conoce y no conocerá la experiencia que es ser mujer. Uno puede ser un hombre antipatriarcal, pero hay que sospechar de cualquier hombre que se refiere a sí mismo como feminista, porque hay un interés más allá de eso.

-¿Por qué específicamente?

-Porque quién los autorizó para llamarse feministas, ¿las mujeres?, ¿todas las mujeres?, probablemente no, probablemente la única persona que lo aguanta es su mamá.

-Respecto a un heterosexual, ¿los hombres homosexuales cohabitan con las mujeres una posición de subalternidad a la heteronorma?

-Por muy cola que seas, por muy discriminado que hayas sido o por mucha violencia que hayas sufrido, esa violencia no reproduce una posición de subalternidad permanente, que es la que ha tenido la mujer desde los principios de la historia occidental. Puedes ser un cola combativo, disidente, pero nunca vas a ser mujer.

-¿No existe entonces una transversalidad de la homosexualidad con la ola feminista? en relación a la violencia y discriminación que también viven

-Sí, se nos censura, se nos violenta, se nos asesina en la misma medida que asesinan a las mujeres, quizás. Eso es un rasgo característico transversal a todos nosotros: no. Porque cuando eres cola la forma que tienen los hombres heterosexuales de invalidarte es feminizándote, pero si cortas esa conversación y respondes te validan como otro hombre. Una mujer no puede hacer lo mismo. Así que no deberían atribuirse nada que no les corresponda.

-¿Y de qué manera un hombre podría ayudar a un movimiento que es solo de mujeres?

-Primero que todo dejar de preguntárselo a las mujeres. Evalúate con justicia. Edúcate sentimentalmente. Reconoce que te equivocaste y reconoce que te vas a equivocar y no me refiero al ámbito de abuso y sexual, sino que a lo cotidiano, ¿te estás sentando con las piernas abiertas en el metro?

-¿Existe el hombre antipatriarcal?

-No se le puede exigir a un hombre ser el hombre antipatriarcal perfecto, porque eso sería ser cómplice a decir que todo está bien y somos perfectos. Estamos llenos de fallas y la persona que diga que no, conchatumadre, se te viene la funa.

­­­­­

Publicidad

Tendencias