Publicidad

Primera muerte por fiebre amarilla alarma a las autoridades de Paraguay

Representantes de la OPS creen que el brote de esa enfermedad podría deberse al desplazamiento de «la población de monos al área peri-urbana» debido a la destrucción de los bosques.


Las autoridades sanitarias de Paraguay se declararon en alerta este martes tras confirmar la primera muerte por fiebre amarilla, una enfermad erradicada hace más de tres décadas en el país, cuando la atención se centraba en un posible rebrote de dengue.



El foco de fiebre amarilla selvática fue localizado en un poblado del departamento (provincia) de San Pedro, centro del país, donde residía el joven de 24 años que falleció el pasado día 1 en el Hospital de Clínicas de Asunción de ictericia y complicaciones hepáticas y renales, según fuentes médicas.



El director de ese hospital, el epidemiólogo Adolfo Galeano, confirmó la muerte por fiebre amarilla de ese joven campesino, quien, explicó, se había internado en los montes de la zona con un grupo de amigos para cazar monos u otros animales silvestres de los que suelen alimentarse.



Galeano indicó en rueda de prensa que la última prueba clínica, cuyo resultado conoció el lunes último, confirmó que «lo que estamos sospechando es definitivo», que el joven, cuya identidad no fue desvelada, se había contagiado de fiebre amarilla.



«Lo que estábamos sospechando es definitivo. Ya no se puede seguir callando esperando que se cumplan todos los criterios», aseguró Galeano, quien añadió que los resultados de la biopsia y la necropsia servirán para cerrar el caso.



El epidemiólogo afirmó que otro joven, Carlos Leiva, de 22 años, permanece ingresado en grave estado, desde hace una semana, en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Clínicas, con insuficiencia hepática, ictericia, así como con complicaciones renales tras haberle sido extirpado un riñón.



Leiva fue trasladado por sus familiares desde Calle 8000, un poblado situado a unos siete kilómetros de San Estanislao, capital de San Pedro, departamento que el año pasado fue arrasado por los incendios forestales que destruyeron miles de hectáreas de cultivos y bosques.



La representante en Paraguay de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carmen Serrano, afirmó en la misma rueda de prensa, que el brote de esa enfermedad podría deberse al desplazamiento de «la población de monos al área peri-urbana» debido a la destrucción de los bosques.



El hermano de Leiva, Raúl, dijo por teléfono que uno de sus vecinos, Egidio Fretes, que también fue ingresado con síntoma de la enfermedad, fue dado de alta ayer, mientras que las autoridades sanitarias reconocieron un total de cinco casos de la enfermedad, sin precisar si incluye a la víctima fatal.



La confirmación por parte del doctor Galeano de la primera muerte por fiebre amarilla ocurrió en una rueda de prensa en la que también participó el ministro de Salud, Óscar Martínez, quien sólo confirmó los cinco casos y quien dejó al especialista la explicación clínica de cada uno de ellos.



El ministro había convocado a los periodistas para informar sobre el avance en la campaña contra el dengue, enfermedad que como la fiebre amarilla es transmitida por el mosquito «aedes aegypti», y que el año pasado padecieron 27.000 personas en Paraguay de las que 17 fallecieron.



«Mientras avanza el proceso de investigación de brotes (de fiebre amarilla) se realizan intervenciones de bloqueo para eliminar vectores en la comunidad (donde se ha detectado) con rociado sistemático, fumigación y vacunación», aseguró el ministro.



Las autoridades sanitarias paraguayas declararon la semana pasada la alerta epidemiológica ante la confirmación este año de dos personas enfermas de dengue en el este y noreste del país, en la frontera con Brasil, y de más de 300 posibles casos en todo el territorio.



El director de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud, Gualberto Piñánez, dijo que la nueva situación «de hecho resulta en una emergencia epidemiológica real» ante el riesgo de propagación de la fiebre a amarilla selvática por el riesgo de que «se reurbanice en América».



Piñánez, quien recordó que la fiebre amarilla selvática es endémica en la región amazónica, dijo que además de la lucha contra el mosquito transmisor están vacunando a los habitantes de la zona y que las tareas inmunológicas se extenderán a otros municipios de San Pedro.



«Estamos en vísperas de mucho trabajo, de una situación muy seria que amerita el apoyo total de toda la población para evitar una propagación epidémica», apuntó Piñánez, quien advirtió que «la fiebre amarilla como el dengue hemorrágico está teniendo una mortalidad del 75 por ciento en los casos graves».



EFE

Publicidad

Tendencias