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La crisis de la economía chilena y la crisis del cobre (VI Parte)

La situación es tan grave que estimamos que la crisis de la economía chilena se explica fundamentalmente por la baja del precio del cobre, ocasionada fundamentalmente desde Chile.


El ingreso nacional, que mide lo que realmente dispone el país de la producción global, no ha crecido en los últimos cuatro años. Más bien en ese período, como promedio anual, ha tenido tasas levemente negativas. El ingreso per cápita en dólares corrientes ha bajado a los niveles de 1994. Esto refleja mucho mejor la crisis en el consumo, en la inversión y en la ocupación.



Este año el producto crecería en torno a 1,5 por ciento, e incluso puede acercarse a un 1 por ciento. El ingreso nacional de nuevo puede disminuir.



La disminución de los ingresos globales de que dispone el país, luego de un crecimiento elevado y sostenido por muchos años, refleja de mejor manera la sensación generalizada de que es una crisis económica severa y de las incertidumbres de la población sobre el futuro. En clases, en reuniones académicas y sociales ha empezado a surgir la interrogante de si el corralito podría darse en Chile. Esto nos ha impresionado, porque no habíamos pensado en ello.



En todos los análisis de académicos, del gobierno, de El Mercurio y de otros medios de comunicación asignan a la disminución de los precios del cobre, un rol importante en la explicación de los problemas de la economía chilena. En esas explicaciones se señala que la caída de los precios del cobre se explica por la disminución de la demanda mundial. Inicialmente por la crisis asiática, posteriormente por la situación recesiva de la economía norteamericana, y en general por los problemas de la economía mundial desde 2001.



Nuestra interpretación, a pesar de señalar elementos en común, es cualitativamente diferente. La fuerte disminución de los precios del cobre se debe fundamentalmente a una sobreproducción creada desde Chile por las grandes empresas extranjeras.



El incremento de la producción chilena de cobre en el período 1995-1999 fue muchísimo mayor que el incremento del consumo de todos los países del mundo, y mucho mayor aún que el incremento de las importaciones de cobre de todos los países del mundo, como se observa claramente en la gráfica.







Chile aumentó en el período 1995-1999 en 1,9 millones de toneladas. El consumo mundial no superó 1,6 millones. El crecimiento de las importaciones mundiales, no superó 1,3 millones, según Cochilco.



Esta situación fue prevista en nuestro trabajo La sobreproducción mundial de cobre creada por Chile: Su impacto en la economía nacional’, 1996, que fue descalificado y prácticamente ignorado.



La sobreproducción creada en el período 1995-1999 y el crecimiento de los stock mundiales -cobre que no se vende y permanece en las bodegas- constituye la explicación fundamental de la baja de precios del cobre que se manifiesta hasta ahora. Los precios empezaron a caer desde mediados de 1995. La demanda mundial de cobre tuvo hasta el año 2000, un crecimiento mayor que en períodos anteriores.



En 1995, el precio promedio anual fue de 133,2 centavos la libra. En los 40 años previos a 1995 fue cercano a los 140 centavos de dólar la libra. En los últimos cinco años el precio promedio en dólares de 1995 es menor a 69 centavos de dólar la libra.



La sobreproducción en los últimos años se ha agravado fundamentalmente porque la producción sigue creciendo. Y por primera vez en los últimos siete años se da en el año 2001 una profunda caída de la demanda mundial de cobre.



Los stocks mundiales de cobre en la actualidad son mayores a 3,2 millones de toneladas. Esto equivale a dos años de la producción de Codelco, o al 70 por ciento de la producción anual de Chile, que -como se sabe- es el principal productor mundial de cobre.



Según consigna Cochilco en un anuario reciente, en el período 1995-2001 la producción mundial de cobre ha sido superior al consumo mundial en aproximadamente 2 millones y medio de toneladas. A esto habría que sumar los stock globales a fines de 1994, que eran cercanas a 800 mil toneladas. Sólo en el año 2001 los stocks mundiales se incrementaron en cerca de un millón de toneladas.



La sobreproducción, a pesar de las disminuciones anunciadas por las empresas privadas y por Codelco para este año 2002, sigue siendo muy grave, y de nuevo se está produciendo una fuerte disminución de la demanda mundial.



En Estados Unidos el consumo de cobre disminuyó en 13,5 por ciento, y en el primer trimestre de este año la disminución es aún mayor, 19 por ciento. En Japón, en los mismos períodos, disminuyó en un 15 por ciento, y en el primer trimestre de este año descendió en un 21 por ciento. En Alemania en 2001 disminuyó en 17 por ciento, y en el primer trimestre de este año en 21 por ciento.



El único país importante consumidor de cobre que muestra un gran crecimiento es China. Pero este crecimiento ha sido muy elevado, por lo que estimamos que una parte de las compras chinas corresponden a actividades especulativas, dados los bajos precios, para vender cuando los precios se eleven.



Junto con la fuerte disminución de la demanda de cobre en Estados Unidos, ha disminuido programadamente la producción en más de 30 por ciento, desde 1997 al 2001. Estados Unidos es un gran productor y han seguido las señales del mercado. Junto a la gran disminución de precios se observa un crecimiento inusitado de los stock en la Bolsa de Metales de Nueva York. A fines de 1996 eran de 26 mil 150 toneladas de cobre. A fines del año 2001 llegaron a 267 mil 223 toneladas de cobre, y al 30 de septiembre de este año son de 345 mil toneladas. Es decir, los stock en la Bolsa de Estados Unidos se incrementaron en más de mil 200 por ciento.



En las otras bolsas, en Londres y en Shanghai, los stock también han crecido extraordinariamente, aunque menos que en Estados Unidos. Esto se produce en la época del internet y de la información en tiempo real, que ha permitido introducir exitosamente en la gestión de las empresas, los stock justo a tiempo. Esto se ha constituido en uno de los paradigmas de la empresa moderna, que ha permitido grandes disminuciones de costo.



Frente a esta grave situación, en Chile se siguen informando aumentos de producción, y tanto El Mercurio como Estrategia la siguen promoviendo. Por otro lado, las principales facultades de Economía y casi todos los economistas a los que los medios de comunicación le dan presencia, hacen mutis por el foro.



Sin embargo, el ejecutivo máximo de Escondida, la principal empresa mundial de cobre ubicada en Antofagasta, mostró en una entrevista en Estrategia el 10 de septiembre de 2002, mostró su gran preocupación por la crisis de la industria minera, y se refirió a la reducciones de producción por ellos efectuada y las nuevas que estarían estudiando, así como sus opiniones sobre royalties e impuestos en Chile.



La situación es tan grave que estimamos que la crisis de la economía chilena se explica fundamentalmente por la baja del precio del cobre, ocasionada fundamentalmente desde Chile. Este demoró 90 años para producir 1,6 millones, de toneladas en 1990. En seis años, hasta 1996, aumentó la producción en una cantidad similar a la que había aumentado en 90 años. Y en diez años la aumentó en más de dos veces. En 2001, la producción es superior a 4,7 millones de toneladas.



Por esta razón, en varios de nuestros trabajos recientes hemos afirmado categóricamente que si las condiciones no cambian, durante todo el gobierno del Presidente Lagos los precios del cobre serán bajos y posiblemente más bajos que los recientes. Después de eso los precios van a subir.



En instituciones del gobierno se estima que el precio de equilibrio puede ser de 100 centavos, o más de un dólar. Compartimos estas estimaciones. Los precios actuales del cobre han caído mucho más que otros metales, y esto se debe a que desde Chile se ha distorsionado el funcionamiento del mercado mundial del cobre.



En la actualidad, Chile tiene capacidad de corregir esas distorsiones del mercado. Se deberían disminuir los stock de cobre en por lo menos unos dos millones de toneladas. Para ello proponemos que se estudien por lo menos las siguientes medidas:



1. Una disminución de la producción que sea el doble de las que habían anunciado las grandes empresas mineras mundiales en Chile y en otros países del mundo donde ellas operan. Por su parte, Codelco debería disminuir su producción. Las cantidades de disminución deberían ser fundamentalmente de las empresas extranjeras, ya que han sido fundamentalmente ellas las que han provocado la situación expuesta. Seis empresas más grandes del mundo tienen grandes explotaciones en Chile.



2. Posponer y reprogramar las nuevas inversiones y ampliación de las empresas ya existentes. El Comité de Inversiones Extranjeras debería suspender transitoriamente las nuevas inversiones en minería del cobre.
3. Chile podría transformar parte de sus reservas internacionales, que están en fundamentalmente en dólares y en oro, en reservas en cobre. Se trataría de utilizar en torno al 10 por ciento de las reservas. Esto permitiría comprar en torno a un millón de toneladas a los precios actuales. En el mundo existen en otros productos experiencias exitosas.



Todas estas acciones podrían provocar en el transcurso de algunos meses un incremento del precio del cobre, como sucedió con la experiencia del año pasado, a pesar que fue una disminución pequeña y que no resolvió los problemas de sobreproducción. Por cada centavo de aumento en el promedio anual, Chile recibe 100 millones de dólares, de los cuales el Estado podría captar 40 millones de dólares.



Si los especialistas han concluido en un precio de equilibrio a largo plazo en torno a un dólar, entonces no está fuera de lugar plantear que el precio podría ubicarse en torno a 90 centavos de dólar o más. Es decir, 20 centavos adicionales a los actuales. Chile tendría entonces dos millones de dólares adicionales como ingreso por exportación y el Estado chileno 800 millones de dólares en términos anuales. A ese nivel, aún el precio del cobre sería proporcionalmente más bajo que las disminuciones de precio que han tenido otros metales, el aluminio, por ejemplo, que es su sustituto más cercano.



Adicionalmente, Chile podría ir liquidando las reservas internacionales en cobre cuando los precios mejoren sustancialmente. Esto podría constituirse en una operación financiera muy exitosa. Actualmente, mantener las reservas en dólares tiene un costo para Chile. Este esfuerzo del país beneficiaría a Codelco, podría ser la solución definitiva para Enami, que tuvo pérdidas sólo en los dos o tres últimos años, y sería una gran ayuda para la pequeña minería y para los pueblos mineros.



Las empresas extranjeras también se beneficiarían, y en los estudios se podrían contemplar compensaciones porque el financiamiento de la operación lo haría la nación chilena. También se podría constituir a nivel de las empresas un stock regulador.



Junto con estas medidas, habría que enfrentar las causas que explican la sobreproducción: la apropiación de la renta minera y el no pago de impuestos, que son temas de una próxima nota.



(*) Economista de Cetes y del Grupo de Economía Internacional de Clacso y de la REDEM.



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Vea la serie completa de artículos:



Primera Parte



Segunda Parte



Tercera Parte



Cuarta Parte



Quinta Parte

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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