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En la mira: Juventud y Sexualidad


En la actualidad la supuesta promiscuidad de los jóvenes, el embarazo adolescente, la transmisión de infecciones sexuales y el Sida, son el foco de toda conversación que argumenta en contra de la sexualidad irresponsable entre los jóvenes.



Otras opiniones infieren que el tema no parte desde ese punto, sino que, lo primero es partir por la educación y promoción de comportamientos sexuales saludables. Si bien este problema ha ido mejorando con la introducción de los temas de sexualidad en colegios, universidades y medios de comunicación, el problema persiste debido a que el sector salud no difunde políticas públicas específicas para que este grupo de la población conozca más sobre el tema.



La Universidad de Santiago de Chile, en conjunto con el Ministerio de Salud, encuestó a una muestra de alumnos sobre enfermedades de transmisión sexual y control de la natalidad. Este trabajo mostró una realidad: el 57 por ciento de los encuestados reveló tener vida sexual activa, entre los cuales un 54.3 por ciento no utilizaba métodos de control de la fecundidad en sus encuentros sexuales. El 26.5 por ciento no había utilizado nunca un método anticonceptivo.



En otro estudio reciente ITS-SIDA discursos y conductas sexuales de las chilenas y chilenos, realizados por Eduk y auspiciado por Conasida, el 24 por ciento de las encuestas efectuadas corresponden a adolescentes entre 15 y 19 años. El 58 por ciento de éstos jóvenes reconoce tener vida sexual. Esta cifra es menor en el nivel socioeconómico alto (31 por ciento para los hombres y el 20 por ciento de las mujeres) y mayor en el nivel bajo (61 por ciento de los hombres y el 87 por ciento de las mujeres). Se determinó que la actividad sexual en las mujeres comienza a una edad promedio de 19 años y en los hombres a los 17. El 13 por ciento de los encuestados señaló tener hijos.



Por esta razón, el óptimo sería que a los adolescentes se les diera la oportunidad de una educación adecuada, en que se hable libremente sobre sexo, aconsejando que quienes tienen relaciones sexuales esporádicas adopten principalmente métodos de barrera, mientras que aquellos que las tienen en forma frecuente y con pareja estable adopten otros métodos seguros.



La combinación ideal en el caso de los encuentros casuales son la píldora y el preservativo, ya que previenen las infecciones de transmisión sexual (ITS), incluyendo el VIH, y los embarazos no deseados. Con una eficacia de aproximadamente 85-95 por ciento, el preservativo complementa a la píldora en la prevención de ITS, mientras que esta última es altamente eficaz (99 por ciento) en la prevención de embarazos.



Beneficios que brindan la píldora y el condón



– Prevención de ITS.



– Hace posible la determinación del tamaño de la familia, teniendo en cuenta: salud, situación socio-económica y aspiraciones.



– Permite establecer intervalos entre los nacimientos para promover la salud de la madre, así como el bienestar familiar.



– Da a la mujer la oportunidad de tener hijos en la edad en que el embarazo presenta menos riesgos para la madre y su hijo.



– Madre e hijo sanos.



– Mayor y mejor atención, cuidado y afecto para tus hijos.



– Mayor tiempo para disfrutar.



– Mejora calidad de vida individual y la de la familia.







Manuel Parra es miembro de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, de la Sociedad Chilena de Climaterio, de la International Menopause Society y de la European Menopause and Andropause Society.


















  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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