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Alemania en la encrucijada


Este verano (boreal) los medios germanos no se preocupan por los temas porque tienen suficientes. Hablo de los sucesos políticos de las últimas semanas. El Canciller Gerhard Schröder llamó a nuevas elecciones para el próximo otoño debido a los catastróficos resultados para su partido, el socialdemócrata (SPD), en las recientes elecciones celebradas en Renania del Norte-Westfalia.



La Unión Democrática Cristiana (CDU) ya tiene su candidata para el puesto de Canciller. Es una mujer venida del este, de la ex RDA, Angela Merkel, la que aspira a ocupar el puesto que alguna vez ejerció su correligionario Helmut Kohl. Se la puede ver en todos los periódicos y su imagen pública ha cambiado mucho. Hasta ahora, los alemanes la identificábamos con una cara bastante seria y nada de belleza o de glamour. Pero, actualmente, sonríe en todas las revistas y periódicos luciendo trajes de colores muy alegres y bien areglada. Se puede pensar que los medios ya han elegido a su candidato.



En las encuestas, su partido tiene casi el 50 por ciento y, no hay dudas, de que -salvo algún acontecimiento de última hora- ella logrará su propósito. En cambio, Schröder empieza a preparar todo para una salida más o menos elegante y el SPD, en el fondo, quiere reformarse con gente más joven. Lo cierto es que a algunos no les gusta el camino neoliberal que adoptó su partido, en la línea del laborismo británico de Tony Blair y la llamada «tercera vía».



Pero es seguro que, si gana la alianza CDU-CSU, se va a notar el cambio en todos los ámbitos, sobre todo en la políticia exterior. Tenemos presente lo que ha hecho Schröder hasta ahora. Tiene buenas relaciones con Rusia y también con Francia. En lo que se refiere a Estados Unidos, todavía hay algunas dificultades de comunicación. Además, quiere tener una plaza fija en el Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania está bien vista en los estados árabes por su «No» contra la guerra en Irak. En cambio, Merkel se fue a Washington antes de la guerra para aclarar que no todos los alemanes piensan así. Tal vez no ha notado las crecientes manifestaciones contra la guerra en su propio país. Pero está claro que con ella las relaciones se van a estabilizar. Quizás Merkel también dice «No» en el caso de Irán, pero con menos ruido.



En E.E.U.U., en todo caso, se recuerda con mucho gusto a la «niña de Kohl», que ya no es tímida y sin experiencia. Las relaciones con Francia serían menos estrechas, sin duda, bajo su mando por la férrea alianza de Chirac con Schröder. Entonces, lo más probable es que no seguiría adelante con el eje París-Berlín-Moscú. El partido de Merkel querrá intervenir en la Unión Europea, pero también entre Europa y Estados Unidos para volver a ocupar la posición de mediador.



De cualquier manera, y con perspectiva de futuro, muy importante sería seguir desarrollando el prestigio de Alemania en los estados árabes porque allí se encontrarían muchos recursos naturales, no sólo el petróleo sino también el poder del sol cuando ya se piensa en empezar a utilizar al desierto como una gran célula solar.



No se sabe si Angela Merkel mira o no en ese sentido. Por mi parte, creo que ella va a buscar su futuro a lado del «hermano atlántico», los Estados Unidos. Aunque se nota en todo el mundo que China desarrolla un nuevo poder, que combinado con el de Rusia e India unidos, la convertiría sin duda en un factor digno de tener en cuenta en el mundo, y tal vez en un contrapeso para el poder de E.E.U.U. Por lo pronto, tanto Schröder como Merkel hacen alusión a la necesidad de lograr para Alemania una plaza fija en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero todavía el camino es bastante largo porque China ya dijo que no quiere ampliar por ahora el número de integrantes del Consejo.












  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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