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El fondo y los trasfondos de un diferendo magrebí (II)


II- La diplomacia marroquí y la RASD a nivel internacional:



1- La cuestión de los reconocimientos a la RASD y las relaciones internacionales de Marruecos




Mantener buenas relaciones con todos los países basadas sobre el respeto mutuo, la solidaridad, la cooperación fructífera para todos y el apego al derecho internacional constituyen la esencia misma de la concepción marroquí de las relaciones interestatales, es decir entre Estados legalmente constituidos y, por ello, reconocidos por las Naciones Unidas e internacionalmente responsables gracias a su adhesión como estructuras estatales a las convenciones e instrumentos del derecho internacional en todas sus ramas.



Es de subrayar que además del hecho de que mantener relaciones diplomáticas con otros países es un dato que no se puede ocultar, y que la base misma de las relaciones diplomáticas es la publicidad, es conocido que los que ocultan son los que le temen a la verdad. Son los que no quieren que sean puestos al desnudo sus poco éticos métodos y sus dudosos y cínicos argumentos que se esgrimen y se ajustan conforme a la situación y al momento.



Manipulación baja es difundir, de manera falaz y mentirosa, en Lima o en Montevideo, que Santiago o Buenos Aires, estarían a punto de establecer relaciones diplomáticas con la «rasd», y utilizar, sin vergüenza, la misma propaganda engañadora, en Chile o en Brasil, especulando sobre las decisiones soberanas de los Estados y sembrando rumores, que no tienen ninguna base, para dar la falsa impresión de la existencia de una carrera entre los países de América del Sur, hacia el reconocimiento de un presunto y virtual Estado.

Sería oportuno poner el acento sobre el hecho de que mantener relaciones diplomáticas con todos los países, incluso con los que en un momento dado, procedieron a reconocer la rasd, es lo que permitió a Marruecos achicar cada vez más la lista de estos países. Países que se dieron cuenta del error monumental que cometieron y del peligro que puede representar, para la estabilidad y la seguridad internacional, el reconocimiento de nuevos mini- estados que aparecen ex nihilo, sin ninguna base jurídica o histórica.



Es esta presencia diplomática la que, además de ensanchar los horizontes de cooperación en las más distintas áreas, de entendimiento mutuo y de diálogo sincero, constructivo y objetivo con todos nuestros socios sobre todos los temas de interés mutuo, permitió a nuestra diplomacia convencer de la rectitud de nuestra posición sobre la cuestión del Sahara marroquí y del engaño, la mentira y la manipulación que marcaron el discurso de este grupo de secesionistas creado y manipulado por Argelia.



2- Estado actual de los reconocimientos a la seudo RASD


En las Américas, además de los países miembros de la OEA que nunca reconocieron la «RASD» como Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, Haití y Uruguay, muchos otros países le retiraron su reconocimiento. Se trata de Colombia, Costa Rica, Dominica, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y Santa Lucía.



Ahora 20 países de la OEA, sobre 34, no reconocen esta seudo entidad estatal, y muchos otros, que han visto el peligro que el precedente de tal reconocimiento, podría representar para su propia unidad nacional, están caminando hacia la adopción de una posición similar a la de la gran mayoría de los miembros de la comunidad internacional y de la ONU.

A nivel del continente europeo, es de subrayar que ningún país reconoce dicha entidad.

En el continente asiático, mantener óptimas relaciones diplomáticas, basadas sobre la cooperación, el respeto mutuo y la transparencia, con muchos países de esta zona geográfica le permitió a nuestro país convencer a la democracia más grande del mundo, la India, de retirar su reconocimiento de la «rasd». Lo mismo se puede decir de Afganistán, India, Irán, Kiribati, Laos, Nauru, Tuvalu, Vanuatu y Vietnam.
Actualmente, excepto Timor Oriental y Papoa Nueva Guinea, ningún país asiático reconoce dicha entidad.



En el continente africano, además de los países miembros de la Unión Africana que nunca reconocieron la seudo RASD, como Camerún, Comores, Cí´te D’ivoire, Djibuti, Egipto, Eritrea, Níger, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Senegal, Somalia, Sudán, Túnez, varios países africanos procedieron a retirar su reconocimiento. Se trata de Benin, Burkinafaso, Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Liberia, Libia, Madagascar, Malawi, Mauritania, Santo tomé y Príncipe, Sierra Leone, Swazilandia y Togo.

Actualmente, 28 países africanos no reconocen la RASD. Es decir la mayoría.



¿Cómo se explicaría en este caso el hecho de la admisión de la rasd en la Unión Africana?

Es necesario para explicar este rompecabezas jurídico-político-ético subrayar que después de la recuperación, por Marruecos de sus territorios saharianos, la Organización de la Unión Africana se rehusó a considerar al polisario como Movimiento de Liberación Nacional, a pesar de las múltiples y persistentes tentativas de sus tutores. Fue así como en su Consejo de Ministros reunidos en Adis Abeba en febrero de 1976, la OUA reafirmó:

ŤEs imposible reconocer al polisario como Movimiento de Liberación Nacional del Sahara Occidental, porque no hay Movimiento de Liberación Nacional dentro de un Estado independiente y soberanoÅ¥



El no-reconocimiento del polisario como MLN llevó a este último y a sus tutores a la proclamación de la rasd y a su admisión, más tarde, en la OUA en violación de todas las reglas en la materia. Esa admisión tuvo lugar en una reunión ordinaria del Consejo de Ministros de la OUA, cuyo orden del día no comportaba ni siquiera un punto relativo a la admisión de un nuevo Estado. En lo que se refiere al fondo, para que haya admisión conforme al artículo 28, debe haber un Estado: es decir una población, un territorio y una autoridad ejerciéndose efectivamente sobre el conjunto de la población del territorio, cosa que hasta los partidarios de un estado saharauí no han podido hasta el momento y no podrán válida y legítimamente probar.



En el caso de la rasd, dicha entidad, con no disponer de ninguno de esos tres elementos, y en vez de ser admitida por una mayoría de los 2/3 de los miembros en la Conferencia de los Jefes de Estado tal como lo estipula el artículo 4 de la Carta de la OUA, ingresó a esta Organización Regional con una simple mayoría ratificada por una decisión del Secretario General Administrativo, quien debía normalmente acudir a los Jefes de Estado. Además de ello, los Estados miembros ya habían dejado los trabajos de la 38 Sesión de la OUA, lo que, según los estatutos, deja sin efecto todas las decisiones tomadas en dicha sesión y las deja como nulas y sin valor.



El mismísimo Edem Kodjo, ex-Secretario General de la OUA y actual Primer Ministro de Togo, reconocerá después, que era un error proceder de tal forma, y ha declarado recién, en Lomé, que «hay que poner fin a esta hipocresía de la admisión de la» RASD», añadiendo que» los jefes de estados africanos se deben de tomar sus responsabilidades en este asunto»



Sería atinado recordar también que las delegaciones participantes en la reunión de la Internacional Socialista, del 29 al 31 de marzo de 1999 en Malí, aprobaron una resolución que concluyó que la admisión de la «rasd» en la Organización africana constituía una:



«paradoja jurídica contraria a las leyes internacionales y a la Carta de la Organización de la Unión Africana».



Marruecos podía fácilmente plantear a los países africanos esta violación flagrante al derecho y a la legalidad en términos de «conmigo» o «contra mí», con la seguridad de que sus amigos africanos, que comparten con él los mismos valores de justicia y de legalidad internacional y que creen en la confianza mutua erigida en pilar fundamental de sus relaciones con él, le hubieran acompañado mayoritariamente en esa toma de posición.



Pero Marruecos, país fundador de la Organización de la Unidad Africana, fiel a sus principios y creyente ferviente en la posibilidad de un continente africano unido, fuerte y solidario, decidió de forma soberana y convencida, abandonar una Organización que ya no representaba los ideales para los cuales ha sido creada, en 1961 en Casablanca, por los padres espirituales del continente africano, de los cuales Mohamed V, dedicado compañero de lucha de todos los pueblos africanos, constituye un modelo de sacrificio a favor de su país, de su continente y de todos los pueblos que sufrieron del yugo de la colonización.



Esta violación al derecho internacional nunca ocurrió en la ONU, que sólo acepta en su seno a los Estados legalmente constituidos, y por lo tanto, esa entidad no es miembro de la ONU, y ninguna otra Organización Internacional le reconoce el estatuto de Estado.



En lo que se refiere al mundo árabe, ¿Cómo se explicaría, el hecho de que, sabiendo el fervor histórico del nacionalismo árabe?, ningún país árabe (excepto Argelia) y ningún país musulmán (como Malasia, Indonesia, Pakistan, Iran, Turquía, etc) ha reconocido esta supuesta «república árabe saharaui democrática».



¿Porqué dicha entidad no es reconocida ni por la Liga árabe, ni por la Organización de la Conferencia Islámica, ni por ninguna ONG árabe o musulmana?



De eso se trata, de mostrar los hechos, de desvelar el engaño, de denunciar a los que alimentan la confusión, de contrarrestar las campañas de propaganda, de despertar los que han sucumbido a la manipulación, que puede más bien temprano que tarde ser utilizada contra ellos mismos.



Estos hechos son datos verdaderos, verídicos y averiguables. Aquí no se le pide a nadie que nos crea bajo palabra tal como parecen pedirnos el polisario y sus tutores.



III- Responsabilidad de Argelia en el conflicto



Es bien conocido que desde la independencia de Argelia en 1962, las relaciones argelino-marroquíes se volvieron conflictivas, a pesar del apoyo constante que Marruecos ha siempre aportado al movimiento FLN argelino durante su lucha contra el colonialismo y su rechazo de entrar en cualquier negociación con Francia para fijar las fronteras en los confines argelino -marroquíes. El conflicto alrededor del ex -Sahara español constituye la expresión más destacada de la rivalidad que enfrenta a Argelia y Marruecos. La creación del Polisario por parte de Argelia y su instrumentalización representan una clara conspiración para asfixiar Marruecos geográfica, política y económicamente. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

El propio General Khalid Nezzar, ex-Ministro argelino de Defensa durante muchos años ha declarado en una entrevista al diario argelino «La Nouvelle République» que » este teatro de operaciones que enfrenta Argelia y Marruecos, a través saharauis, ha escondido durante largo tiempo antiguas querellas, más amplias, más estratégicas» añadiendo que «algunos pueden sorprenderse de las aparentes incoherencias de la posición argelina con su vocación unitaria que paradójicamente toma partido de división y de desunión». En este tema continua el General Nezzar «Argelia respaldada por una guerra de liberación abolida, de una ideología generosa que sé ha beneficiado de la solidaridad de sus vecinos, se convierte de repente en olvidadora, ingrata, cínica y egoísta, y se encuentra en una situación de escandalosa contradicción con lo que deseaba: la unidad del Magreb» porque añadió, «la ayuda que ha aportado Argelia a los saharaui era la mejor forma de impedir la construcción de la UMA».
La Señora Luisa Hanun del Partido de los trabajadores argelinos ha declarado que «el PTA es para la preservación de las naciones y contra toda forma de isolación de territorios dentro de las naciones del Magreb. Hoy es el Sahara y ¿que seguirá mañana? Nosotros somos para la soberanía de las naciones.»



El líder islamista argelino Abbassi Madani ha recientemente declarado que el territorio disputado ha sido «históricamente marroquí». Destacados responsables castrenses argelinos, líderes de partidos políticos argelinos, y incluso ex -miembros de la Directiva Política del Polisario reconocen Argelia como la madre del conflicto.



El Señor Mustafa Bouh, ex -miembro del Polisario declaró recién que este conflicto es «una lucha de supremacía regional empeñada por Argelia, y en la cual los saharauis han sido instrumentalizados o tomados como rehenes.»



Todo el mundo recuerda la batalla de Amgala en 1976, entre el ejército argelino y el ejército marroquí, durante la cual centenares de militares argelinos fueron tomados prisioneros por Marruecos. Fue en este periodo que Argelia, ha empujado el Polisario a la creación de la rasd, en su propio territorio, Tindúf. Si hay otro protagonista que reconocer en este diferendo es más bien Argelia que cualquier otra entidad.



El Señor Sidati Ghallaoui, ex -representante del Polisario en Italia, basándose sobre las responsabilidades que asumió dentro de la cúpula del Polisario y de la experiencia que ha adquirido en sus contactos con algunos responsables argelinos ha afirmado recién que «..el Polisario, como organización independiente no existe, todo el contrario. Es solamente una herramienta creada, organizada, dirigida, financiada y coordinada en todas sus estructuras por Argelia. Toda actividad y todo contacto del Polisario en el mundo, cualquiera sea su naturaleza se hacen sobre la base de las instrucciones dadas por el responsable de la seguridad militar argelina, o por el Embajador argelino acreditado ante el país concernido».



Como decía Mario Vargas Llosa en un artículo publicado en la Sección Reportajes de la Tercera el 4 de Agosto de 2002 :» Argelia, el más resuelto valedor del Polisario, su fuente de aprovisionamiento y de armas, no es un aliado comprometido con esta causa por razones principistas y ad honorem»



Toda la comunidad internacional, todos los analistas y cientistas políticos imparciales y avisados de los verdaderos trasfondos de este tema, y de la historia de la región, así como la ONU, la UE y todos los otros países europeos , los EEUU, Rusia, todos los países asiáticos (excepto Papua Nueva Guinea, y Timor Leste, todos los países árabes y musulmanes (excepto Argelia), la mayoría de los países de América y de África son cada vez más convencidos de que el actor más importante en este diferendo es Argelia, y que la base más sólida para resolver este problema es hacer sentar los dos actores principales Argelia y Marruecos a la mesa de negociaciones.



En una intervención ante la Cuarta Comisión de Naciones Unidas el 11 de octubre de 2005, el ex ministro de Justicia de la rasd, SR Hammati Rabbani, quien acaba hace menos de dos meses de volver a la madre patria, afirmó que «el Polisario no puede ser considerado como parte en el conflicto», porque según él, «Â…constituye un instrumento entre las manos de Argelia, quien fue al origen de la idea de partición del Sahara, lo que demuestra que ése país no defiende el principio de la autodeterminación sino que lo utiliza para realizar sus objetivos hegemónicos», subrayando que «Argelia instrumentaliza los sufrimientos de los detenidos marroquíes como moneda de cambio, se opone al censo de los secuestrados en los campos de Tindúf (Suroeste de Argelia) y aísla a cualquier responsable del polisario que intente ser independiente en sus decisiones o opte por una solución política al diferendo.»



Sr. Rabbani invitó además a preguntarse sobre las causas de la rebelión «Intifada» de 1988 en los campos de Tinduf, en territorio argelino, así como sobre las razones de la vuelta masiva a Marruecos de muchos de los dirigentes y altos responsables del polisario, incluyendo algunos de sus miembros fundadores que tuvieron la suerte de escapar.



En este mismo orden de ideas, el Senador americano Sr. Richard Green Lugar, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado americano, quien supervisó la operación de liberación y de transferencia de los 404 más antiguos prisioneros de guerra en el mundo, desde Tinduf en Argelia a la Ciudad de Agadir en el sur de Marruecos, ha subrayado que «La mediación americana fue crucial en la liberación de los últimos prisioneros marroquíes detenidos por el Polisario, en un conflicto viejo de 30 años que, desgraciadamente, ha dividido a dos aliados claves de los Estados Unidos en el Norte de África, Marruecos y Argelia».



Por su parte, el Embajador americano en Rabat, Thomas Riley mencionó al diario «l’Economiste» (en su edición del 08-09-2005 www.leconomiste.com): «Creemos que es un problema regional entre Marruecos y Argelia y que estos dos países deben hallar la solución juntosÂ…. Para ser preciso y concreto, el mensaje para el Sahara es el siguiente: Alentamos y exhortamos a las partes a desarrollar su visión y a trabajar juntos. La iniciativa puede ser propuesta por Francia, por Estados Unidos, por Perú o cualquier otro paísÂ… pero el trabajo debe ser hecho desde aquí en la región.»





Siendo primordial el papel de Argelia en el conflicto, desde su entallamiento hasta la actualidad, ya es tiempo, según la Presidenta de la Internacional de Mujeres de la Democracia Cristiana, Sra. Ana María Cervone, en su alocución ante la Cuarta Comisión de la ONU, el 11 de octubre de 2005, para la comunidad internacional de acentuar las presiones sobre los responsables argelinos para llevarles a sentarse a la mesa de negociación con Marruecos para encontrar una solución definitiva a ese problema.



Mientras tanto, es necesario, según Sra. Carvone «interesarse de cerca a lo que pasa realmente en la región, y más precisamente en los campos de Tinduf». Después de haber denunciado «La deportación por el polisario, con la bendición de Argelia, de los niños saharauís a Cuba y la utilización de este chantaje macabro como medio de presión para retener a los padres en los campos de Tinduf contra su voluntad», la política demócrata cristiana llamó la atención sobre la necesidad de no creer que el polisario es el único responsable en esta «affaire».



La Señora Carvone, que es también Representante de la Internacional de la Democracia ante Naciones Unidas, insistió sobre el hecho de que lo esencial de esa responsabilidad incumbe a los dirigentes cubanos y sobre todo a las autoridades argelinas, porque el polisario no puede hacer nada sin instrucciones de sus comanditarios argelinos y sin su consentimiento». Además, precisó «Para ser deportados a Cuba, los niños saharauís deben tener pasaportes argelinos, que les son confiscados a su vuelta en el aeropuerto de Argel, para que no puedan abandonar los campos de Tinduf».



«Sin Argelia, el problema del Sahara Occidental no habría existido y el destino de los pueblos del Magreb habría seguramente tenido mejor suerte» agregó Sra. Carvone, quien además de las funciones susodichas ocupa la función de Vice presidenta del Partido Cristiana Demócrata Internacional (IDC), Secretaria de la Unión Europea de Mujeres Cristianas, Secretaria General del Partido Popular Europeo de Mujeres, Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en el IDC y Representante de la Internacional de la Democracia del Centro ante la ONU.



Por su responsabilidad e implicación directa en la creación y el avivamiento permanente tanto en el plano militar, como en los planos financiero, diplomático y propagandista, Argelia no sólo es una parte en el conflicto, sino que es LA PARTE que se rehúsa a admitir que en este asunto ya no se trata de la guerra fría ni de la voluntad y la pretensión de la supremacía regional tan anhelada desde su independencia. Aquí se trata del utilización del sufrimiento de miles de familias saharaui para lograr objetivos que no tienen nada que ver ni con el sagrado principio de la autodeterminación ni con el derecho de los pueblos a disponer de si mismo y menos aún con el respeto a la legalidad internacional, a los derechos humanos y a la convivencia pacífica entre los Estados.



El conflicto del Sahara tiene otros trasfondos, más allá de lo que pretenden hacernos creer el polisario y sus tutores. El conflicto del Sahara Occidental es un «puro producto de la guerra fría y de la discrepancia ideológica de la época», según el Profesor Aymeric Chauprade, Profesor de geopolítica en Paris Sorbonne, Director de la «Revue Franí§aise de Géopolitique» y Vicepresidente de la Academia Internacional de Geopolítica.



Según este Académico, «Marruecos fue víctima de su pertenencia al campo occidental», y añade que «Marruecos es un puente entre Europa y África Subsahariana. Siempre lo ha sido, y cortarlo de su Sur es cortarlo de una parte de su identidad africana».



«La reivindicación marroquí no es solamente estratégica, sino que tiene que ver con el Ser, con la esencia misma, tal como fue el caso de la Alsacia-Lorena para Francia en un tiempo pasado. Es por eso que es tan sagrado a ojos de todo el pueblo marroquí y no sólo de sus Gobiernos».Mientras que para Argelia, disponer de un Estado satélite débil, para poder desembocar en el Atlántico, depende únicamente del área de lo estratégico, para Marruecos se trata de otra cosa totalmente distinta. Amputarlo de una parte de si mismo, de su identidad y de su papel de pasarela euroafricano que siempre fue», añade el profesor francés.



El Profesor pone también de relieve: «El error que cometen muchos de entre nosotros (analistas extranjeros) en creer que la independencia de 1956 ganada a Francia era la terminación de la descolonización. Ahora bien, fue sólo una primera etapa. En 1956, Marruecos no ha ganado sino parcialmente su independencia. La descolonización siendo no acabada con respecto a España en varias zonas de las cuales el Sahara Occidental».



El Profesor Chauprade, quien intervenía ante la Cuarta Comisión de la ONU, enfatizó, en una alusión directa a la naturaleza y a los verdaderos protagonistas del conflicto del Sahara: «Ä„Abramos los ojos!, hay urgencia. Conocemos la clave del conflicto: «La cuestión del Sahara Occidental no es una cuestión colonial, y la obstinación en dejar podrir la situación es ofrecer un porvenir radiante al extremismo que prolifere en la regiónÂ…». «Argelia debe admitir el derecho de Marruecos en acabar su propia descolonización por el reconocimiento a sus derechos históricos. Marruecos debe comprender la ambición argelina de proyectarse hacia el Atlántico y aportar frente a ello respuestas compatibles con su soberanía.



Las familias saharauíes divididas por este muro de Berlín que constituyen los campos del polisario, tienen derecho a reencontrarse para obrar juntos desarrollando su provincia, en el respecto de sus especificidades identidarias. Gobernar es escoger. La comunidad internacional debe escoger. Escoger el equilibrio aportado por Estado-Naciones fuertes, estando liberados del peso de sus problemas fronterizos, para poder luchar mejor contra el terrorismo internacional y para sostener mejor el desarrollo»



El Presidente de la Asociación Sahara-Canarias de Derechos Humanos, Sr. Manuel González Diaz subraya, por su parte, el hecho de que «La internacionalización del conflicto del Sahara es debida a la intervención directa de Argelia quien, en el marco de la guerra fría, retuvo en su territorio en Tinduf, a una parte de la población saharaui, dando así lugar a un conflicto cuya expresión armada ha hecho víctimas inocentes».



Según él, la polémica alrededor del Sahara es una realidad que forma parte de un acontecimiento mayor, que es el proceso de descolonización de África del Norte, recordando que «La población saharaui tomó parte en la recuperación en 1958 y 1969 de las ciudades de Tarfaya y de Sidi Ifni, hasta aquél entonces bajo dominación española y que pertenecen al Reino de Marruecos».



IV- Concepto de la neutralidad positiva



Ante una situación como la del Sahara, se puede y se debe ser imparcial respetando todas las resoluciones de las Naciones Unidas y llamando al diálogo y manteniendo una interlocución y cooperación con Argelia y Marruecos, sin que una dañara a la otra para crear condiciones que favorezcan un Acuerdo entre las partes en torno al Sahara. Es la posición adoptada por España, país mejor posicionado (por la historia, la cultura y la geografía), para hablar de este tema y cuyo Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Ibero América, León Gross, dijo que [su gobierno] «está insistiendo con enorme intensidad en el acercamiento entre Marruecos y Argelia, fundamental para la superación de este contencioso»



Ahora bien, la soberanía sobre el territorio del Sahara, que es la esencia y la causa de este litigio regional en el Norte de África, aún no ha sido determinada ni definida y ninguna de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, ni de la Asamblea General reconoce la soberanía de una de las partes sobre el territorio en litigio.



El reconocimiento de la rasd, entidad no reconocida por la ONU como Estado significa en términos del derecho internacional definir aquella soberanía, lo que constituiría una toma de posición parcial.



Desde luego, reconocer la rasd equivaldría en reconocerle una soberanía, que además de no ejercerla en términos efectivos sobre el territorio en cuestión, está siendo el objeto de un proceso de arreglo en el seno de la ONU.



Reconocerle la soberanía a la rasd sobre el territorio conllevaría anticipar los resultados de dicho proceso y, por ende, tomar posición en un diferendo no resuelto, dando poco caso a los esfuerzos del Representante personal del Secretario General y de la Comunidad Internacional que han prácticamente reconocido la naturaleza bilateral de este conflicto entre dos Estados del Magreb, Argelia y Marruecos y abogado por una solución definitiva que debe ser lograda vía un diálogo entre los protagonistas, tomando en consideración los intereses de las poblaciones saharauis en Marruecos, en Argelia, en Mauritania, y en otros países riberanos de este desierto donde las tribus fueron siempre ligadas, de una o otra manera, a los Estados constituidos del Norte o del Sur de esta franja desértica que se extiende del Atlántico al Mar Rojo.





Hay que destacar que con respeto al reconocimiento de la soberanía sobre el territorio en cuestión, se evita escrupulosamente, en todos los países respetuosos del Derecho Internacional y del papel fundamental de la ONU en este tema, que se reconozca soberanía sobre el territorio a cualquier parte. Por no gozar de los elementos constitutivos de un Estado según el Derecho Internacional, la ONU no ha otorgado el estatuto de Estado a esa entidad, como no lo ha hecho la abrumadora mayoría de los Estados miembros de este organismo.



Analizando la génesis del conflicto alrededor del Sahara, el investigador argelino Khalid Chagraui dijo «la eventual existencia de un Estado saharaui conlleva un proyecto de guerra civil «a la Somalienne» »



Conclusión



Después de haber mostrado el fondo y los trasfondos de este conflicto regional, hay que ver ahora cómo construir un escenario nuevo que permita progresar en la búsqueda de una solución definitiva.



Hay que darse cuenta, primero, que la vecindad geográfica es una realidad que no debe continuar fracturada. El potencial global de Argelia y de Marruecos es inmenso y complementario. Hace falta movilizarlo mediante un trabajo concertado para mejorar las condiciones de vida de ambos pueblos, y de todos los pueblos del Magreb. El instrumento insustituible es el dialogo. No se puede renunciar a este instrumento, por difíciles que sean las actuales circunstancias. Pero, hay que decirlo, un dialogo franco y abierto, que no discrimine temas; sin exclusiones. Ese diálogo, por las dimensiones del problema que estará destinado a resolver, debe estar abierto, no solamente a los representantes de los Gobiernos, sino que debe incluir a todas las franjas de ambas sociedades, para poder generar un clima de confianza reciproca, que permita profundizar las relaciones mutuas, resolviendo las cuestiones esenciales y superando las diferencias que han impedido una plena integración.



Es preciso vencer las barreras emocionales. Cuando se puedan remover esos límites, que están en la mente, se podrán modificar los que separan nuestros países.



Los pueblos del Magreb han perdido 30 años en la construcción de un espacio integrado. El pueblo argelino, en su diversidad, y el pueblo marroquí, en su pluralidad, no son los que determinan las vías de la confrontación. Estos pueblos, como todos los otros pueblos del Magreb, están siempre dispuestos a entenderse y a colaborar. Hay solamente que cambiar la mentalidad que impulsó las decisiones que originaron este conflicto. Las grandes obras y los acuerdos visionarios son, invariablemente, el resultado de la voluntad de los hombres, de su inteligencia y audacia. De su voluntad para interpretar las realidades presentes y darse cuenta que las naciones no se suicidan.



Marruecos, en todas sus componentes, está siempre dispuesto a buscar, con todas las partes interesadas en la paz y en la convivencia, toda solución a este conflicto artificial, dentro de la preservación de su integridad territorial, de su unidad nacional. El reencuentro entre el pueblo argelino y el pueblo marroquí es siempre posible, pero sin cerrar el pasado no se puede abrir el futuro.



Parafraseando el Rector de la Universidad de Chile, Don Luis Rivero, concluiría diciendo que Argelia y Marruecos «Â…deberían estar pensando en sus problemas frente a los retos de la globalización y de la competitividad mundial. Deberían emplear sus recursos en potenciar la movilidad social de su población y la mejor respuesta productiva que les permita alcanzar mayor desarrollo a partir de las múltiples oportunidades que se abren en el mundo. No puede ningún país en desarrollo usar sus recursos para promover la guerra, especialmente ante agendas fabricadas con esmero pero basadas en una elemental impostura. Hay que usar el Derecho Internacional, propiciar el diálogo en forma sincera y comprometida con el futuro de los más pobres, los mismos que sufrirían las mayores consecuencias negativas de posibles acciones militares. Hay que creer de verdad que solo la paz permite triunfar a la especie humana».





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Abdelhadi Boucetta. Embajador del Reino de Marruecos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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