Publicidad

El liderazgo de Carolina

Por: Daniel Romero Espinoza. Licenciado en Educación, Universidad Católica de la Santísima Concepción


Señor Director:

La política chilena sigue viviendo tiempos complejos, es la crisis de confianza más grande desde el retorno a la democracia en nuestro país y pocos son los caminos –o bien, los políticos- que nos conduzcan a superarla.

Las pasadas encuestas CEP y Adimark de principios de año, dejaron entrever algunos liderazgos emergentes que generan mayor confianza en la ciudadanía y que eventualmente, pueden ser un bastión para liderar los procesos de reestructuración en el mundo político de cara a la ciudadanía.

Uno de estos liderazgos es la Senadora y Presidenta de la DC, Carolina Goic, quién ha logrado ubicarse dentro de los políticos que más confianza generan en los chilenos. Hecho que la ha llevado a ser una de las mejores cartas que tienen en la falange, en la eventualidad de un ballotage dentro de la Nueva Mayoría, para definir la opción presidencial del conglomerado.

Hay un hecho que marca fuertemente el tipo de liderazgo de la senadora Goic, el que tuvo como escenario el funeral de Estado del expresidente Patricio Aylwin, donde en su intervención, logró plasmar las palabras que los chilenos esperaban tras la desencadenada ola de sucesos de corrupción que se suscitaban a diario: El perdón. Perdón por los errores en los que incurrió el mundo político. Un perdón sincero y lleno de mística por el momento en que se encontraba y que sin duda le ha contribuido a generar confianza hacia los chilenos.

La triada de candidatos presidenciales que hoy suenan con más fuerza dentro de la Nueva Mayoría son Alejandro Guillier, Ricardo Lagos y Carolina Goic. Y es en este escenario, donde la senadora por Magallanes corre con ventaja considerando dos atributos que no tienen en común los otros dos presidenciables: Goic, al igual que Lagos y a diferencia de Guillier, da garantías de institucionalidad en el mundo político, no es partícipe de las improvisaciones, muestra de ello es el trabajo que ha desarrollado el partido para levantar sus propuestas programáticas, antes de definir un nombre que las encabece. El otro aspecto que la senadora comparte, esta vez con Guillier, es la confianza que genera en los chilenos, elemento clave a la hora de definir una carta presidencial.

Hoy la gran debilidad con la que deberá lidiar la presidenta del PDC, es el desconocimiento de su figura política, más allá de su trabajo como parlamentaria, la loable lucha que dio contra el cáncer y el rol que desde mediados de 2016 ejerce en la falange, su figura no ha logrado traspasar la frontera del conocimiento en un porcentaje de ciudadanos. No obstante, producto de su contundente apoyo en las elecciones internas del partido, el auge en la ya desatada carrera presidencial y obviamente, sus virtudes políticas, asoman como una crucial oportunidad para que la senadora logre revertir en este concepto.

No cabe duda que el liderazgo de Carolina Goic genera una amplia adhesión dentro del partido del oficialismo, hecho que se ratificó el pasado 8 de enero en las elecciones internas del conglomerado, que le dieron más del 66% de adhesión a su lista, teniendo al frente a otras dos listas muy potentes dentro del partido.

Pero más allá de cada corriente existente en la colectividad, el norte del PDC debiera ser no repetir con Goic los errores del pasado, que producto de la división interna, provocaron el cese de la precandidatura presidencial de Soledad Alvear en 2005 y el magro resultado de Claudio Orrego en la primaria presidencial de 2013, todo esto debido a falta de unidad dentro del partido, tras la figura de unos de sus militantes, malogrando sus cartas presidenciales.

Publicidad

Tendencias