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Experto afirma que Gobierno no puede garantizar el fin de las preemergencias

El académico de la Universidad Católica y doctor en ingeniería química Héctor Jorquera reconoce que el Plan Transantiago y una normalización en el suministro de gas natural desde Argentina contribuirán a la descontaminación. Sin embargo, recuerda que el factor meteorológico es altamente imprevisible.


Como una promesa difícil de cumplir calificó el doctor en ingeniería química de la Universidad Católica Héctor Jorquera, la "promesa" del Gobierno de, ahora sí, poner fin a las preemergencias a partir del próximo año.



El viernes el ministro secretario general de la Presidencia y presidente del Consejo de Ministros de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), Eduardo Dockendorff, dijo que con el plan Transantiago operando y la normalización de suministro de gas desde Argentina, estos episodios críticos no deberían no volver a producirse.



Pese a que en 2004 las autoridades ambientales hicieron anuncios de similares características, este año la Intendencia de la Región Metropolitana ya ha decretado decretó dos preemergencias, una el domingo 17 de abril, y la otra el pasado viernes 29 de julio.



Para Jorquera, asesor de Transantiago y la Conama en temas relacionados con las emisiones de material particulado en Santiago, el optimismo del Gobierno está bien fundamentado en los dos aspectos señalados por Dockendorff. Sin embargo, advierte que el factor meteorológico es el que puede jugarle una mala pasada.



"Es una buena estimación (la del ministro), pero los episodios finalmente están controlados por la meteorología, entonces, es muy complicado comprometerse. Es como decir que el próximo año, el primer puntaje de la PSU va a ser 812,5 y resulta que al final es 812 u 813. Pero de todas formas, lo que es seguro, es que con Transantiago, las concentraciones van a seguir bajando, especialmente de las partículas finas, que son las que producen más daño a la salud", afirmó.



Según el académico, la aplicación del nuevo plan de transporte va a producir una intervención fuerte en el ordenamiento de los recorridos y, a través de las concesiones, se estimulará el cambio tecnológico.



"Pero no sólo se reordenarán los recorridos, sino que tendremos menos emisiones por bus. En consecuencia, con eso se van a bajar las emisiones en el corto plazo. El problema después es mantener esas emisiones en niveles bajos, porque la ciudad sigue creciendo, y con ello las casas, las construcciones, el comercio, cosas que no tienen que ver para nada con el transporte. Por eso creo que es una buena estimación la que se hace, pero más complicado es meterse con las preemergencias, porque son eventos más extremos y la meteorología no coopera", precisa Jorquera.



Profundizar plan de descontaminación



Los episodios ambientalmente más críticos en Santiago, se "disparan" en otoño y en invierno, cuando la inversión térmica sobre la ciudad, baja a tal punto, que no hay salida de contaminación desde la cuenca. Dicho fenómeno meteorológico es una especie de "techo" generado porque las masas de aire fría no pueden ascender normalmente a la atmósfera, debido a que se topan con una capa de aire caliente que las obliga a devolverse a la superficie.



"Este es un antecedente complicado, uno no puede saber a futuro, con mucha certidumbre cómo se va a comportar el aire a futuro. Por ejemplo, este año ha sido muy frecuente la entrada de frentes con lluvia a la Región Metropolitana, y normalmente algunas preemergencias se han generado los fines de semana, cuando baja el transporte, hecho que refleja que no todo depende de las medidas que se hayan tomado", puntualiza.



Por ello, para este profesor de la UC es necesario que se siga aplicando el Plan de Descontaminación de Santiago, como una forma de continuar con la disminución de las emisiones de material particulado. Dicho programa ha fijado metas a diversos sectores de la economía, para que contribuyan a mejorar la calidad del aire.



El especialista sostiene que si bien con el Transantiago se está cumpliendo con normar el transporte licitados, todavía falta el transporte de carga y maquinaria pesada. En la misma línea, señala que a nivel de las personas se debe regular el uso de leña para la calefacción, y promover condiciones para que los combustibles limpios sean más económicos.



"Por ejemplo, si los operadores de Transantiago quisieran seguir operando con las micros amarillas, tienen que colocarle unos tubos, que son unos filtros de partículas. Los que si se colocaran, en caso hipotético, en camiones y maquinaria, se produciría una importante disminución de emisiones en la Región Metropolitana", dijo.



Los filtros cuestan entre US$5.000 y US$10.000. Si bien Jorquera admite que es un precio no muy accesible, rescata el hecho de que en Europa ya se están comercializando vehículos con esa tecnología incorporada.



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