Según los informes médicos evacuados por peritos del Servicio Médico Legal (SML), como por parte del perito adjunto de los querellantes, el ex uniformado está capacitado desde el punto de vista psiquiátrico y psicológico para afrontar un juicio de reproche, aunque las pericias neurológicas establecieron un avanzado deterioro cerebral.
Los profesionales del Servicio Médico Legal (SML) que le practicaron los exámenes psiquiátricos y psicológicos al general (r) Augusto Pinochet Ugarte coincidieron en que el ex uniformado es un sujeto "competente" para enfrenar un posible juicio de reproche en el marco del caso denominado Operación Colombo.
Esa fue la principal conclusión contenida en los informes médicos que ayer martes recibió el ministro de fuero que instruye el proceso, Víctor Montiglio, los cuales -además de las entrevistas y test de rigor- también incluyeron los datos sobre la vida cotidiana del otrora gobernante de facto contenidos en un cuaderno reservado del proceso por las millonarias cuentas del Riggs.
Estos antecedentes fueron recopilados mediante las declaraciones de cerca de 60 funcionarios que trabajan en labores domésticas en la casa de Pinochet, las cuales darían cuenta de una rutina diaria que realiza, la cual incluye la lectura de a lo menos cuatro matutinos impresos, la realización de ejercicios y el manejo de sus finanzas personales, al menos hasta fines de 2004.
Según fuentes allegadas al proceso, lo más determinante para arribar a este diagnóstico fueron precisamente esos antecedentes, ya que "no existe ningún test psiquiátrico ni psicológico más valedero que la vida cotidiana". Asimismo, se estableció que tiene una buena capacidad de lenguaje, coherencia en las ideas, memoria sobre hechos puntuales, etc.
Estas conclusiones fueron parte de las que se dejaron estampadas en los informes de los psiquiatras Jaime Valenzuela e Inge Onetto, junto a los sicólogos Álvaro Aliaga y Omar Gutiérrez, todos del SML.
Asimismo, trascendió que a similares resultados habría arribado el perito adjunto de los querellantes en el caso, el psiquiatra Martín Cordero, quien tras entregar su pericia al juez Montiglio dijo que el desaforado ex militar «no se ha deteriorado en el último tiempo», e incluso, está «un poco mejor», precisó.
«Las cosas no fueron tan distintas, incluso yo podría decir que encontré al señor Pinochet mejor que en sus peritajes anteriores», dijo el psiquiatra, que el año pasado también participó en los exámenes al jubilado general, dentro del proceso por la «Operación Cóndor».
El experto se excusó de proporcionar más detalles de sus conclusiones porque antes deben de ser revisadas por el juez Montiglio, al igual que las de los otros peritos, con el objeto de pronunciarse sobre la condición mental del imputado.
Deterioro neurológico
Sin embargo, los neurólogos del SML Hugo Aguirre y Shirley Aguilar estimaron que el cerebro de Pinochet está seriamente deteriorado por la serie de microinfartos cerebrales que le han afectado en el último tiempo.
Este diagnóstico es el que podría complicar un posible procesamiento del retirado general, ya que el soporte fisiológico del ex comandante en jefe del Ejército está "muy deteriorado", aunque ello no influya en sus capacidades mentales directamente.
En una línea similar sería el pronunciamiento del forense nombrado en el caso por parte de la defensa de Pinochet, el psiquiatra Sergio Peña y Lillo, quien según versiones de prensa opinó que "no está en condiciones de enfrentar un proceso y, además, ha empeorado", desde los últimos exámenes que se le practicaron hace algunos meses en la denominada Operación Cóndor, los cuales arrojaron que no estaba con sus facultades mentales aptas para enfrentar un juicio criminal.
Ahora, corresponde que el juez Montiglio, con estos antecedentes a la mano, resuelva seguir adelante con la investigación en contra de Pinochet o lo sobresea por incapacidad, como lo ha solicitado su abogado Pablo Rodríguez.
La Operación Coolombo fue un montaje de la DINA, la policía secreta de la dictadura, para hacer desaparecer 119 opositores al régimen de Poinochet en 1975.
La maniobra incluyó la publicación, por única vez, de las revistas «Lea», en Argentina y «O Novo Dia», en Brasil, que difundieron los nombres de las víctimas y afirmaron que habían muerto en purgas internas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), organización que combatió con las armas a Pinochet.
En realidad los 119 habían sido detenidos por la DINA en los meses anteriores y sus familias habían presentado recursos de amparo que fueron rechazados por los tribunales.
Augusto Pinochet fue desaforado en este juicio por su presunta responsabilidad en 15 de los casos.
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