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Indemnizaciones por abusos sexuales: el tsunami de demandas que podría enfrentar la Iglesia católica PAÍS

Indemnizaciones por abusos sexuales: el tsunami de demandas que podría enfrentar la Iglesia católica

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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Muchas de las víctimas que se entrevistaron con los enviados papales, Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, ya se están preparando para presentar demandas civiles una vez que terminen los procesos penales. El Arzobispado de Santiago es uno de los blancos para solicitar reparaciones económicas, pero también colegios que taparon delitos, como asimismo congregaciones y hasta el Estado Vaticano.


No es un plan, pero sí una aspiración que se repite con más fuerza que nunca entre las víctimas abusadas por sacerdotes y que, ante los enviados especiales del Papa, Jordi Bertomeu y Charles Scicluna –en su último paso por Chile–, expusieron los delitos que sufrieron: lograr compensaciones económicas después de largos procesos judiciales que se ocultaron y tardaron años en salir a la luz. “La gente que ha sido abusada cuando niña, después de 30 o más años, son personas que ven deteriorada su vida, hay una carga muy grande, un peso enorme que enferma”, relata una de las víctimas que ya prepara con su abogado una estrategia para pedir reparación económica a la Iglesia.

Aunque en Chile sería un hecho inédito, el resto del mundo ya se acostumbró a que, después del reconocimiento de estos delitos, las indemnizaciones sean un paso obvio. En Vermont, Estados Unidos, la institución pagó cerca de 18 millones de dólares a 26 ex monaguillos que denunciaron haber sido víctimas de abusos sexuales, y la Oficina de Coordinación de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) se ha hecho cargo de miles de solicitudes de demanda por casos de abuso sexual.

A fines de mayo y días después de que el arzobispo de Adelaida, Australia, Philip Wilson, fuera encontrado culpable de encubrimiento a un cura que cometió abusos hace cinco décadas, la Iglesia católica de ese país anunció que se sumará al plan nacional de víctimas de pederastia. El programa entregará cerca de 200 mil dólares a cada persona afectada y es uno de los ejemplos que son observados desde Chile. “Creo que la experiencia australiana es digna de imitar y es lo que hemos estado diciendo nosotros hace tiempo. El informe australiano propuso una cierta compensación económica y nosotros hemos pensado en cerca de 200 millones de pesos por víctima en Chile”, dice Jaime Concha, uno de los afectados por el llamado “caso Maristas”.

Para quienes han atendido casos de pederastia relacionados con el clero, debiera existir un camino común en la reparación de los afectados: después del ataque sexual, la manipulación de conciencia, el sometimiento en silencio y secreto, pueden pasar entre 20 y 70 años para la divulgación, tiempo en que la vida de una persona se hace trizas. “La reparación es una etapa ineludible de estos procesos de denuncia, y están estrechamente relacionados con la sanación”, comenta otro afectado.

Las víctimas analizan apuntar las indemnizaciones no solo al Arzobispado, sino también a todos quienes permitieron, encubrieron y ocultaron los abusos por tantos años. En este sentido, se evalúa presentar demandas civiles contra el Estado Vaticano, colegios donde se cometieron abusos, congregaciones religiosas que los ampararon y también obispados.

En el viaje realizado anteriormente por Bertomeu y Scicluna, este tema fue profusamente abordado con las víctimas. De hecho, en una de las reuniones que sostuvo con los afectados que estudiaron con los Hermanos Maristas, el obispo de Malta les recordó a los denunciantes que podían acudir a la justicia civil y denunciar los hechos, además de pedir compensaciones económicas.

En el acta de reunión que se registró en febrero, Scicluna incluso instó a denunciar civilmente los hechos y apuntó al Código de Derecho Canónico y algunos de sus artículos. “El canon 128 CIC permite solicitar la compensación económica. También como apoyo, canon 1399 CIC, no obstante su prescripción de 3 años y no permitir una pena perpetua, aunque se puede pedir a la Santa Sede que sean derogados ad casum”, publicó en ese momento Radio Bío Bío.

[cita tipo=»destaque»]Una de las víctimas que se reunió en esta visita con los enviados del Papa precisa que “claramente hay una diferencia entre Scicluna y Bertomeu”. Y eso quedó claro en las declaraciones que realizaron ambos sobre este tema. En una entrevista, Bertomeu dijo abiertamente que debería existir una reparación para las víctimas: «La Iglesia, siempre que se solicita un proceso canónico, evidentemente tiene que haber una reparación».[/cita]

Una de las demandas civiles que se han presentado hasta el momento es la de las víctimas de Fernando Karadima: James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz pidieron $450 millones y disculpas públicas por los actos de encubrimiento de la Iglesia católica y, aunque esa demanda fue rechazada por la justicia, el tema podría entrar a tabla en cualquier momento en la Corte de Apelaciones. “Lo que se va a resolver es esa demanda contra el Arzobispado de Santiago y su responsabilidad en los abusos de Karadima. No hay demanda contra el Vaticano. En su momento evaluamos el tema, pero optamos por demandar al Arzobispado”, aclara Juan Pablo Hermosilla, abogado de los demandantes.

Scicluna vs. Bertomeu

Al interior de la Iglesia el tema está siendo cada vez más verbalizado. No solo porque los ejemplos, como el de Australia, pueden empujar a un tsunami de petición de indemnizaciones, sino porque, en su paso por Chile, el tema debió ser abordado públicamente por los enviados del Papa.

En la primera conferencia de prensa ofrecida por Scicluna y Bertomeu, el director de Comunicaciones del Arzobispado, Cristián Amaya, señaló que «si hay que pagar indemnizaciones se hará. Vamos a prestar toda la ayuda necesaria para esclarecer si hay delitos”. Sin embargo, al interior de la Iglesia no es completamente compartida la fórmula que debiera usarse para responder a esas demandas.

Una de las víctimas que se reunió en esta visita con los enviados del Papa precisa que “claramente hay una diferencia entre Scicluna y Bertomeu”. Y eso quedó claro en las declaraciones que realizaron ambos sobre este tema. En una entrevista, Bertomeu dijo abiertamente que debería existir una reparación para las víctimas: «La Iglesia, siempre que se solicita un proceso canónico, evidentemente tiene que haber una reparación».

Pero Scicluna fue más cauto en eso e insistió en el mismo argumento que ha esgrimido la Iglesia católica chilena hasta el momento, es decir, que el culpable sea quien pague. “El principio es de la responsabilidad personal de un delito. Quien es culpable de un delito debe hacer resarcimientos, no es la comunidad eclesial”, sentenció, cerrando así la puerta a la posibilidad de que sea el propio Estado Vaticano el que se haga cargo de la reparación económica de las víctimas.

Una de las últimas medidas que tomaron los enviados papales en Chile fue establecer un servicio de escucha, sobre todo para aquellos casos que ellos no pudieron abordar. Se trata de un servicio en el que participarán casi todos los miembros actuales del Consejo para la Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal, a excepción del obispo de San Bernardo, Ignacio González, quien fuera duramente rechazado en ese cargo por la víctimas.

Respecto a plantear reparaciones económicas en ese nivel del proceso, la coordinadora de esa instancia, Pilar Ramírez, indicó que ellos no podrían, como servicio, señalar si es necesario reparar y cuál podría ser el monto, pero aseguró que, cuando sea necesario, «se tendrá que hacer».

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