La posibilidad de que asuma la defensa de Natalia Compagnon se ha escuchado con fuerza en los últimos días, aunque no se ha confirmado. Sí se sabe –según publicó el vespertino La Segunda– que Jessica Norambuena, la actual abogada de Compagnon que la acompañó a la Fiscalía de Rancagua a declarar la semana pasada, es la pareja de Felipe Polanco, abogado criminalista que trabaja precisamente en la oficina de Solís.
Es conocido su vínculo con la familia de la Presidenta Michelle Bachelet, que va mucho más allá de haber sido su ministro de Justicia durante su primer Gobierno. Hay una relación de amistad especialmente con la madre de la Mandataria, Ángela Jeria, lo que alimenta la versión de que el abogado Isidro Solis pueda asumir en plenitud la defensa de Natalia Compagnon, nuera de la Presidenta, en el marco del caso Caval.
La posibilidad se ha escuchado con fuerza en los últimos días, aunque no se ha confirmado. Sí se sabe –según publicó el vespertino La Segunda– que Jessica Norambuena, la actual abogada de Compagnon que la acompañó a la Fiscalía de Rancagua a declarar la semana pasada, es la pareja de Felipe Polanco, abogado criminalista que trabaja precisamente en la oficina de Solís.
Entendidos en el entramado del mundo judicial, cercanos a Solís y en el oficialismo ven difícil que el ex ministro asuma las riendas de la defensa de Compagnon en este momento, antes que se concrete una posible formalización de la nuera de la Presidenta.
Explican que esa “batalla judicial puntual” no es el fuerte de Solís y, por tato, que asuma las riendas de la defensa de Compagnon significaría –recalcan– que por anticipado dieron por perdido ese round, y se concentrarán en la Corte Suprema. La razón: el abogado radical es famoso por su capacidad de “lobby” y redes en el máximo tribunal del país.
En el pasado, Solís ha representado a la familia Bachelet en las dos instancias judiciales en que lo han necesitado. Una, el año 2005, cuando la hija de la Presidenta, Francisca Dávalos, chocó con un taxi en plena avenida Irarrázaval, sin que nadie resultara herido, y tras un juicio simplificado, se le multó con 190 mil pesos y se le suspendió la licencia de conducir por seis meses.
La segunda vez, fue en la querella que la Presidenta Bachelet y su madre presentaron por las torturas que sufrió el general de FACH, Alberto Bachelet, tras su detención en 1973 y que le provocaron su muerte.
En esa causa, que llevó adelante el juez Mario Carroza, se condenó en noviembre del 2014 al oficial ( r ) de la FACH, Edgar Ceballos Jones, y a Ramón Cáceres Jorquera, por el delito reiterado de aplicación de tormentos contra el padre de la Presidenta, general Bachelet, sentencia ante la cual Solís destacó a nombre de la familia que «lo más importante de esta resolución es que finalmente se establece la verdad en esta causa».
