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La cápsula de Nintendo

Su producto estrella del año, el Nintendo 3DS, está lejos de alcanzar el objetivo de ventas que la empresa se impuso y en el mercado hay serias dudas de que su consola WiiU -que se espera el próximo año- pueda replicar el éxito de su hermana mayor.


En unos cuantos meses la suerte de Nintendo parece haber cambiado de rumbo.

El viento del este, que suele estar de su lado, cambió de dirección y los pocos nubarrones que se veían en su horizonte invadieron su panorama.

Su producto estrella del año, el Nintendo 3DS, está lejos de alcanzar el objetivo de ventas que la empresa se impuso y en el mercado hay serias dudas de que su consola WiiU -que se espera el próximo año- pueda replicar el éxito de su hermana mayor.

Cuando la compañía anunció el lanzamiento de una consola portátil de videojuegos capaz de producir imágenes en tres dimensiones sin la necesidad de gafas, el sector tecnológico se maravilló en asombro, pero el entusiasmo no parece haber sido compartido por los consumidores.

Tras la excitación inicial, que logró poco más de 3 millones de unidades vendidas en el primer mes tras su lanzamiento, la gente sólo compró 700.000 consolas en el siguiente mes.

La meta de vender 16 millones de aparatos, de pronto se ve como una tarea ardua.

El mercado financiero parece pensar lo mismo.

Tras una conferencia con inversionistas en la que la empresa anunció el lanzamiento de una larga lista de nuevos juegos para revivir su plataforma móvil, sus acciones cayeron 5%.

En lo que va del año han perdido casi el 50% de su valor y los pronósticos sobre su futuro son reservados.

Varios analistas creen que su WiiU tendrá problemas para encontrar un lugar en un mercado que ya parece saturado. El éxito de la primera Wii se basó en que logró captar la atención de quienes no eran jugadores, principalmente familias y mujeres.

El problema es que ahora ese segmento del mercado está siendo acaparado por tres nuevos jugadores: teléfonos inteligentes, tabletas y redes sociales.

Además la estrategia de la empresa podría no estar yendo en la dirección correcta. Hay quienes consideran que la compañía se está condenando a sí misma al mantener su catálogo de juegos fuera de competidores como Apple o Google, cuando podrían aumentar sus ganancias si sus títulos estuvieran disponibles en sus dispositivos.

El modelo estilo «cápsula» de la empresa japonesa les está dañando más que ayudando, argumentan algunos.

Nintendo, sin embargo, ya ha pasado por una que otra tormenta y ha sabido solventarla.

De la mano de Shigeru Miyamoto, su diseñador estrella, han logrado revolucionar el mercado (Wii es un claro ejemplo) en momentos en que su suerte parecía echada, como con las pésimas ventas de su consola GameCube.

Pero si sus ejecutivos tienen o no la misma energía que Mario, su principal estrella, para resolver problemas y saltar obstáculos, aún está por verse.

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