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Lo que hay detrás de la cremallera

La cremallera no sólo nos permitió confeccionar trajes espaciales sino que se ha convertido en símbolo de modernidad, apertura y una de las tecnologías más utilizadas de nuestro tiempo.


¿Cuántas cremalleras tiene su vestuario? Aunque esta obviedad tecnológica ya nos pasa desapercibida, cabe decir que este mecanismo no sólo revolucionó la industria textil sino que nos permitió, entre otras cosas, viajar a la luna.

No es extraño pues que Google, uno de los mayores referentes tecnológicos de nuestra era, haya dedicado el martes un Doodle al aniversario de aquél que en 1917 patentara en Estados Unidos la cremallera tal y como hoy la conocemos.

Guideon Soundback, sueco emigrado al Nuevo Mundo, fue el precursor de un sistema que sigue liderando su área: mantener unidos, de forma rápida y (casi siempre) de forma eficiente dos piezas de tejido.

El separador rápido

Una de las cosas que nos hacen adoptar nuevas tecnologías es que sean fáciles de usar y sobre todo que nos ahorren tiempo, y en esos principios se basó una invención a la que le llevó casi dos décadas remontar vuelo.

Google dedicó su Doodle del martes al creador de una de las tecnologías más utilizados en el mundo.

Google dedicó su Doodle del martes al creador de una de las tecnologías más utilizados en el mundo.

Dicen que el origen de la idea fue de alguien que estaba cansado de cerrar tanto botón al vestirse o para ayudar a un amigo del inventor original que estaba inválido por lo que le era difícil agacharse a anudar sus cordones.

Lo que se sabe a ciencia cierta es que la cremallera fue inventada a finales del s.XIX de la mano de Elias Howe, Max Wolff y Whitcomb Judson, pero no fue hasta Sundback que el mecanismo se perfeccionó, se patentó y empezó a tener un uso comercial, en un principio en botas y paquetes para portar tabaco.

El portento empezó a ganar popularidad cuando un fabricante de ropa empezó a utilizarlo en diseños de ropa para niños.

El invento prometía una mayor independencia de los niños a la hora de vestirse, aunque pronto se le hallaron muchas otras aplicaciones prácticas.

Uso militar

Según el National Inventors Hall of Fame, organización que reconoce el mérito de los inventores más destacados de nuestro tiempo, y que incluye por supuesto a Soundback, el mayor impacto del zipper (como fuera bautizada en inglés la cremallera en 1923) fue en el terreno militar.

Las cremalleras permitieron confeccionar los primeros trajes espaciales.

Las cremalleras permitieron confeccionar los primeros trajes espaciales.

«El ejército estadounidense utilizó cremalleras en sus ropas y equipamiento durante la I Guerra Mundial. A finales de 1920 podían hallarse en todo tipo de prendas, calzado y bolsos».

Pero algunos añadirían que uno de los principales logros de la cremallera fue que facilitó la confección de trajes para la exploración tanto espacial como submarina.

Trajes espaciales

La NASA perfeccionó este cierre dando lugar a las primeras cremalleras herméticas, que se usaron en el diseño de trajes capaces de retener la presión del aire en su interior al estar en el espacio, que ejerce una especie de efecto aspiradora.

Este mismo tipo de cremalleras se aplicó posteriormente en la confección de trajes para bucear o trajes de protección contra sustancias tóxicas o virus presentes en un entorno de riesgo.

En algún punto del camino, el invento pasó de ser algo práctico a convertirse en todo un símbolo de la cultura moderna, de la apertura de ideas, de la libertad sexual.

Los pantalones jeans, los trajes sadomasoquistas, las chaquetas de los amantes del Heavy Metal. Ávila, un pueblo en España incluso erigió en una de sus plazas la escultura de una enorme cremallera, que entre otras cosas quiere dar al visitante una sensación de bienvenida, modernidad y apertura.

La capital del mundo de los cierres

Hoy en día se fabrican miles de millones de cremalleras al día y aunque el monopolio de esta industria clave estuvo en su día en manos japonesas, actualmente lo tiene una antigua localidad rural china llamada Qiaotou, en la provincia de Zhejiang.

Según un reporte el diario británico The Guardian publicado en 2005, ese año Qiaotou pasó a producir el 80% de las cremalleras que se utilizan en el mundo, siendo también la capital mundial en producción de botones.

Se estima que esta localidad produce al año unos 200 millones de metros de cremallera al año, más de dos millones de cremalleras al día, transformando por completo una pequeña aldea rural en un centro de producción mundial realmente clave para el mundo.

Llegados a este punto de aparente triunfo del que puede considerarse uno de los artilugios más utilizados de nuestros tiempos ¿Qué será del futuro de esta tecnología?

Algunos quizás dirían: la invención de un sistema que no se atasque o termine atrapando partes insospechadas de nuestro cuerpo.

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