En el programa Foro Liderazgo que conduce Max Raide, el subsecretario de Salud reconoció que para algunos se trata del paso siguiente a la Ley de Etiquetado y su reglamento que entra oficialmente en vigencia el 27 de junio, y cuyo objetivo es frenar las alarmantes cifras que sitúan a Chile como uno de los países con mayor obesidad infantil.
La necesidad de poner freno al aumento de la obesidad infantil que amenaza con afectar dentro de los próximos 10 años al 70 por ciento de los escolares de primer año de enseñanza básica, es uno de los objetivos del nuevo sistema de etiquetado de alimentos que entra oficialmente en vigencia el próximo 27 de junio, dijo el subsecretario de Salud, Jaime Burrows, durante su participación en el programa Foro Liderazgo que conduce Max Raide de El Mostrador.
En la oportunidad, la autoridad explicó las razones que llevaron a que se optara por los discos pare de color negro que alertan sobre productos que son altos en azúcares, grasas saturadas, calorías y sodio, y también a las propuestas que ha recibido el Minsal para que se avance más allá y se aplique un impuesto específico a los alimentos y bebidas que aparecen más dañinos para la salud.
Sobre este último punto, Burrows se apuró en aclarar que es una propuesta que “no es parte de la voluntad ni el plan del gobierno” y que “no tenemos la voluntad de hacer innovaciones” dentro del tiempo que le resta a la administración de la Presidenta Michelle Bachelet. Sin embargo, afirmó que es una idea que igualmente se ha tomado en cuenta, considerando los buenos resultados que ha conseguido en el exterior. Y recordó que el tema ya se abordó durante la discusión de la Reforma Tributaria.
“No es parte de una estrategia, pero sé que hay gente que lo ha propuesto. En México, el aumento significativo del impuesto a las bebidas azucaradas bajó importantemente su consumo y en el país eso lo replicamos, solamente en un menor porcentaje, porque cuando se hizo la Reforma Tributaria, también se le puso un impuesto específico a las bebidas azucaradas, pero no tan alto como se había propuesto originalmente”.
“Obviamente esto fue en el contexto de una discusión mucho mayor, pero hay cada vez más acúmulos de evidencia científica de que el aumento del impuesto a los alimentos sólidos, por ejemplo, que tengan un alto contenido de azúcar o de otros nutrientes críticos, también serviría como un desincentivo”.
El subsecretario recalcó que el nuevo reglamento de etiquetados obedece a la “estrategia decisiva” para revertir una situación inquietante donde Chile aparece con las mayores tasas de obesidad a nivel mundial.
“La ley de etiquetados y el reglamento que entra en vigencia el próximo 27 de junio, probablemente sea una de las más rigurosas en el sentido que impone las restricciones más claras al consumo de ciertos alimentos que contienen altos contenidos de nutrientes que pueden ser dañinos para la salud. Pero ese daño se representa a través de la obesidad, el sobrepeso, la hipertensión arterial, la diabetes y que lamentablemente nuestro país sufre en una mayor tasa que la mayoría de los países”.
Y enfatizó: “Si nosotros seguíamos con este aumento, de aquí a entre cinco y diez años más podíamos llegar al 70 por ciento de sobrepeso en los niños de primero básico. Por lo tanto había que tomar medidas decisivas que involucren claramente, identifiquen y comuniquen a la sociedad lo que se está queriendo hacer”.
[cita tipo=»destaque»] De aquí a entre cinco y diez años más podíamos llegar al 70 por ciento de sobrepeso en los niños de primero básico. Por lo tanto había que tomar medidas decisivas que involucren claramente, identifiquen y comuniquen a la sociedad lo que se está queriendo hacer”.[/cita]
Asimismo, dijo que se optó por los vistosos discos negros en los envases de alimentos después de analizar otros sistemas, como el de semáforos, que fue descartado porque se confuden los colores y “es muy fácil hacer distracción dentro del envase para que pasaran desapercibidos. Además, los límites se difuminan, porque ¿cuándo tienen color rojo, cuándo tiene color amarillo, cuándo tiene verde?”.
También se mostró satisfecho por la efectividad que ya estaría demostrando el sistema al momento que las personas toman la decisión de adquirir uno u otro producto en un supermercado. “Además, el impacto que va a tener este etiquetado ya ha sido percibido por la industria, de tal forma que un 20% de los productos que hace un año atrás iban a tener el etiquetado, ya no lo van a tener porque han modificado sus procesos industriales para nivelarse”.
Y consultado sobre por qué no se optó por el sistema de porcentaje como el que utiliza la FDA en Estados Unidos, para que no queden en igualdad de condiciones, por ejemplo, un producto que tiene 200 calorías con otro que sobrepase las mil, Burrows dijo que éste podía generar confusión e inducir al engaño a los consumidores.
“Hay productos que sugieren una dosis diaria, por ejemplo, de dos mil calorías. Dos mil calorías es para una persona de 70 kilos. Entonces produce un efecto de promedio que es absolutamente falso, porque si un niño se come aunque sean las tres galletas, que se supone que podría ser la unidad de ración, (…) ese niño no necesita dos mil calorías, porque necesita mil o menos”.
En tanto, el subsecretario de Salud se refirió a la situación en el país de las personas con discapacidad, que de acuerdo a cifras oficiales suman 2.800.000 a lo largo del país. En este ámbito destacó que si bien el actual gobierno ha demostrado su “voluntad de hacerse cargo” del tema, al convocar a una Comisión Presidencial para abordarlo y al traspasar las ayudas técnicas desde el Servicio Nacional de la Discapaciad (Senadis) al Ministerio de Salud, “estructuralmente nos hemos encontrado con algunas dificultades para poder implementarlo”.
Sobre este punto precisó que “teníamos un bajísimo número de personas con las competencias técnicas para hacer la certificación de discapacidad en las Compines y ese ha sido uno de los temas prioritarios para el aumento de cargos para recursos humanos de la subsecretaría de Salud Pública durante los últimos dos años. Cuando elaboramos el presupuesto de 2015 para 2016, prácticamente había unos 60 cargos distribuidos a lo largo del país para contratar profesionales médicos que certificaran en las Compines la discapacidad”.
“Entonces ahí ya tenías un cuello de botella importante, porque si tienes muy pocos diagnosticados ¿cómo los que no están diagnosticados reciben sus ayudas y beneficios? Entonces en múltiples pasos del sistema hay cosas que hay que modificar. Esto requiere una política de Estado. Nosotros estamos esperando los resultados de la comisión presidencial. Estamos trabajando paralelamente con el aterrizaje dentro del Minsal pero evidentemente es una cosa donde falta mucho por hacer”, manifestó.
