Opinión
La obesidad se ha convertido en un epidemia global que alcanza especial gravedad en nuestro país. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud, cerca del 35% de los chilenos son obesos. Pero hay un dato tanto o más grave: la obesidad mórbida pasó de un 2,3% a un 3,2% de los chilenos, lo que significa que cerca de 500 mil chilenos hoy sufren de obesidad mórbida. Es decir, medio millón de compatriotas están en un riesgo grave de salud que puede derivar incluso, en la muerte.
Las campañas preventivas que los distintos gobiernos han implementado, son necesarias y deben profundizarse. Es el caso de “Elige vivir sano” o la ley de etiquetado de alimentos.
Pero claramente han sido insuficientes para frenar la epidemia y sobre todo, para evitar la urgencia de miles de chilenos. Especialistas señalan que en el caso de la obesidad mórbida, los tratamientos centrados en un cambio de hábitos alimenticios tienen una tasa de éxito menor, y que deben acompañarse necesariamente de una terapia más agresiva de cirugía bariátrica. Lo que para el conjunto de la población vale como prevención, en este caso, de los obesos mórbidos, vale como intervención inmediata y urgente. No es posible, no se entiende que el Estado no considere la situación grave de cientos de miles de chilenos como una prioridad.
Nuestro deber, en consecuencia, es despejar los mitos y recoger una demanda urgente.
Desarmar el mito popular de que la solución de la obesidad mórbida es que “cierren la boca”. Esto no es así, ellos están enfermos, muy enfermos y requieren de cirugía. Y recoger la demanda de garantía GES para la obesidad mórbida y en particular para el
tratamiento de cirugía bariátrica.
En esta línea, apoyamos la propuesta surgida consensuadamente en el Senado de incorporar la obesidad mórbida y la cirugía bariátrica al GES y espero que podamos también consensuar en la Cámara de Diputados una propuesta similar. Pero particularmente, es crucial que el Gobierno instale este tema con prioridad y lo sume de manera urgente a su agenda como una adición necesaria a las políticas de prevención.
