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Las críticas del influyente columnista del diario El País sobre la falta de apoyo del gobierno de Piñera para potenciar la gastronomía nacional Gastronomía

Las críticas del influyente columnista del diario El País sobre la falta de apoyo del gobierno de Piñera para potenciar la gastronomía nacional

Pese a haber ganado competencia latinoamericana, chilenos están fuera del mundial de repostería por no poder financiar los gastos económicos. Gobierno anterior había considerado apoyo, pero fue retirado luego de asumir la nueva administración.


El influyente columnista de gastronomía del diario español El País, Ignacio Medina, dedicó su última columna al poco apoyo a la gastronomía nacional. En su texto, Medina se refiere a la Copa del Mundo de Pastelería que se celebra cada dos años en París y donde Chile se ganó un lugar luego de una ardua competencia, pero su participación peligra por la falta de apoyo económico.

«Desde comienzos de año se han ido realizando fases previas en los cinco continentes para decidir los 22 finalistas que competirán por el título a finales de enero. Hay cinco países clasificados por ranking (Italia, USA, Japón, Gran Bretaña y Corea) y los demás han ido saliendo de los concursos locales. Los latinoamericanos se vieron las caras en abril en Ciudad de México y la noticia estuvo en la victoria del equipo chileno. Por detrás quedaron Argentina, México y Brasil, que también se ganaron el derecho a concursar en París», escribió.

El columnista hizo referencia a que a pesar de estar clasificados, no está garantizada la participación del equipo chileno, pese a ser los ganadores de Latinoamérica. «Los chilenos no lo tienen tan claro; no les da para volar hasta París, dormir en hotel, aunque sea modesto, hacer tres comidas diarias y pagar los gastos de transporte de los equipos y materiales necesarios para la competición», sostuvo.

Cada equipo ha dedicada intensas horas para ensayar y preparar tres tortas de chocolate, tres de helado, 15 postres en plato y tres esculturas, que incluyen una con chocolate, otra con azúcar y otra tallada en hielo. Pero el tiempo dedicado no fue suficiente para el equipo chileno que tuvo que buscar una propuesta de crowdfunding en Idea.me para buscar financiamiento en una campaña para recaudar fondos bajo el lema «La Roja va al Mundial».

Para Medina, las razones de esta falta de apoyo son claras: «La administración chilena nacida del último cambio de Gobierno no parece interesada en promocionar la gastronomía del país y les ha dado la espalda. La anterior se había comprometido a pagar los pasajes aéreos y hacerse cargo del traslado del equipamiento imprescindible para competir, pero los cambios de dirigentes también traen cambios de políticas. A un Gobierno que al fin se interesaba algo por el desarrollo de la cocina y todo lo que gira en torno suyo, le ha sucedido otro que vuelve a mirarla de reojo y con la ceja arqueada. Un paso adelante, dos atrás».

El crítico compara el caso con Perú, «donde la política pública desarrollada en los primeros años del siglo XXI ayudó a convertir la gastronomía en una herramienta de crecimiento. Para el desarrollo del turismo, que viene a ser la tercera industria del país, para poner en valor y posicionar la producción agraria (segunda industria) estimulando al mismo tiempo las exportaciones, y finalmente por razones culturales e identitarias».

«Los peruanos sustentaron la Marca Perú en el trabajo de sus cocineros, convirtiendo la gastronomía en parte de su bandera. Con ella en la mano se lanzaron a la conquista del mundo, proponiendo de paso una revolución que acabó prendiendo en las cocinas americanas. Su éxito estuvo en la simplicidad de los retos que planteaba: perder la vergüenza por lo propio, poner en valor la despensa local e iniciar una tímida recuperación del recetario popular. Con esas pocas cosas empezó a cambiar la cara de un país. Chile debería entenderlo mejor que nadie. Su cocina y sus restaurantes han vivido durante mucho tiempo acomplejados y casi colonizados por la influencia de sus vecinos. Tal vez estén demasiado acostumbrados a mirar hacia otro lado», explica.

Y no deja de destacar que la Copa del Mundo de Pastelería también se juega por equipos. Cada selección está integrada por tres competidores y un entrenador que trabajan durante dos años, preparando su participación. El equipo chileno está formado por Gustavo Sáez, pastelero del restaurante 99; Hans Ovando, consultor internacional a punto de abrir su propia escuela en Santiago y Alban Barta, profesor de cocina dulce y especialista en hielo. El entrenador es Franck Dieudonné, propietario de La Brasserie.

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