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Mena fue sindicado por ex CNI de encabezar la desaparición de víctimas de la dictadura


El general (r) de Ejército y ex director de la Central Nacional de Informaciones (CNI), Odlanier Mena Salinas, condenado por el homicidio de tres militantes socialistas en Arica, en una acción de la Caravana de la Muerte fallecido esta mañana por un disparo que se habría propinado a sí mismo, también fue acusado de encabezar episodios claves de la «Operación Retiro de Televisores» plan que la dictadura implementó desde 1978 para encubrir los crímenes de sus primeros años y hacer desaparecer definitivamente a sus víctimas.

Mena cumplía condena de seis años en el clausurado penal Cordillera, donde compartía cabaña con Pedro Espinoza, y el presidio junto a otros ocho ex militares criminales de lesa humanidad, incluido el ex general Manuel Contreras, con quien se ha señalado que mantenía una pugna desde los primeros años de la dictadura.

En el libro «Los crímenes que estremecieron a Chile. Memorias de La Nación para no olvidar», de los periodistas Jorge «Gato» Escalante, Javier Rebolledo; Nancy Guzmán, y Pedro Vega, se señala que conoció la operación para exhumar restos de ejecutados desde el mismo día en que el dictador Augusto Pinochet le comunicó su designación como director de la CNI y que habría coordinado la acción de efectivos en la operación que la dictadura implementó para encubrir crímenes haciendo desaparecer miles de cuerpos de personas asesinadas y torturadas.

El trabajo periodístico revela que desde 1978, cuando se generó el cierre de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), y se aparta a Manuel «Mamo» Contreras del organismo de represión, fundándose la Central Nacional de Informaciones (CNI), con Odlanier Mena a la cabeza, se fraguó el destino de los miles de detenidos desaparecidos, y que eso es indicio de que Pinochet debió estar enterado de los crímenes, puesto que nadie se habría tomado tantas molestias para ocultarlos si no hubiese sabido.

En el libro se hace referencia al testimonio judicial del entonces teniente, Enrique Sandoval Arancibia, conocido como ‘Pete El Negro’, quien habría recibido la orden directa del subdirector de la CNI, Jerónimo Pantoja, de hacer desaparecer los veinte cuerpos encontrados en el pique de una mina abandonada en la Cuesta Barriga, pero que no usara dinamita, sino ácido.

Sandoval señala en su testimonio, que ante la falta de experticia en el uso de químicos, habría llamado directamente a su máximo superior, Odlanier Mena, quien estaba de vacaciones, y éste habría suspendido su descanso para ponerse al frente de la operación, ordenando a su subalterno meter los cuerpos en 50 sacos de papas. Luego de trasladarlos «los llevaron hasta la parcela de Malloco que había pertenecido a la Comisión Política del MIR. Finalmente, los restos fueron trasladados hasta Peldehue y posiblemente lanzados al mar», detalla el trabajo investigativo de los profesionales.

El periodista Javier Rebolledo, señala que la responsabilidad del primer director de la CNI está consignada también en el libro «La danza de los Cuervos», de su autoría, donde el agente y suboficial en retiro del Ejército, Eduardo Reyes Lagos, también condenado por crímenes de lesa humanidad, expresó que la «Operación Retiro de Televisores» fue dirigida y coordinada por ese organismo, y que a él le dieron la orden de ir a buscar huesos para traer a Santiago, cuando el fallecido ex militar estaba al frente del organismo.

Reyes Lagos, también conocido como Mario Primero, señala en otro testimonio, correspondiente a la causa de «Calle Conferencia», que como miembro de la CNI (dirigida por el fallecido Mena), fue asignado a una unidad en calle Santa Victoria, donde el jefe era Osvaldo Pinchetti, más conocido como ‘Doctor Tormento’, y dice que parte de sus funciones era «recibir osamentas humanas y llevarlas al cuartel».

En una ocasión les dieron la orden de ir al aeropuerto y les «entregaron unas dos o cuatro bolsas negras, la persona que nos entregó los restos, nos dijo que eran restos humanos, los que llevamos a la casa de Santa Victoria. Pinchetti nos señaló con posterioridad que esos huesos antiguos, nos servirían para cambiarlos por otros huesos», declaró el ex agente de la CNI, en fechas coincidentes con la mayor operación de encubrimiento y desaparición de cuerpos, que resultó en que «hasta ahora, haya miles de familias que aún no saben dónde están los cuerpos de sus seres queridos», señaló Rebolledo.

En mayo de este año, el ministro en visita Leopoldo Llanos dictó procesamiento contra Mena y otros siete ex agentes de la CNI, entre ellos Enrique Sandoval Arancibia, por el homicidio calificado del periodista Augusto Carmona, ocurrido en diciembre de 1977. En junio pasado el juez Mario Carroza también lo sometió a proceso por el homicidio calificado del profesor Luis Álvarez Santibáñez, cometido en agosto de 1979.

En el penal Cordillera el retirado oficial de 87 años ocupaba la cabaña 4 y estaba condenado desde el 3 de diciembre de 2008 a 6 años de cárcel por tres homicidios calificados en un caso que fue investigado como el episodio Arica de la Caravana de la Muerte, dado que la fecha del crimen coincide con la estadía en Iquique, Pisagua y Arica del general Sergio Arellano Stark y su comitiva. En la indagatoria Mena fue responsabilizado por una operación de encubrimiento tras la muerte de los militantes socialistas Óscar Ripoll, Manuel Donoso y Julio Valenzuela, quienes fueron secuestrados el 9 de octubre de 1973 y fallecieron el 20 de ese mismo mes, cuando era el comandante del regimiento de Rancagua, en un hecho que fue informado como un accidente de un vehículo militar. A contar del 10 de junio del 2011 tenía el beneficio de salida los fines de semana.

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