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Maipú entregará leche de burra y cabra: ¿solución definitiva para los alérgicos? Destacado

Maipú entregará leche de burra y cabra: ¿solución definitiva para los alérgicos?

El número de alérgicos alimentarios aumenta año a año y, aunque el costo de productos especiales es altísimo, no existe un subsidio estatal que beneficie a los afectados. Por eso, en la municipalidad que dirige Kathy Barriga inaugurarán en dos meses una granja alimentaria para beneficiar a quienes tienen alergia a la caceína, la proteína de la leche de vaca.


Seguramente muchos chilenos recordarán que hasta hace apenas un par de décadas, cada cierto tiempo pasaba por los barrios una persona con un cacho pequeño y una burra, vendiendo vasitos de la leche de ese animal. Decían que hacía bien para la salud. Esa costumbre, como muchas, fue desapareciendo lentamente. Pero también, como tantas otras, hoy está volviendo. En algunos países le dicen el elixir de la vida y en otros, como Italia, es la alternativa para muchas personas con alergia a la caceína, la proteína de la leche de vaca. En nuestro país, ha comenzado a usarse por iniciativas personales, personas que pagan mucho o que pueden tener una burra en su casa. Sin embargo, estamos a punto de presenciar una iniciativa pública, en este caso, del Municipio de Maipú.

Pero partamos por los números.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, del total mundial de la población, entre el 1 y el 3% de los adultos y el 4 al 6% de los niños tiene prevalencia a sufrir algún tipo de alergia alimentaria. En Chile, el 5.5% de los escolares sufre de alergia alimentaria de tipo hipersensibilidad inmediata, según una investigación realizada por el Dr. Arturo Borzutzky del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia.

Los pequeños que nacen con esta alergia, rechazan la leche de vaca, y sus padres pueden llegar a gastar alrededor de 300 mil pesos o más mensuales sólo en las leches especiales para estos niños. Por ahora sólo hay organizaciones ciudadanas que venden estos productos un poco más baratos. El estado, nada.

Por eso cayó tan bien el anuncio que hizo la Municipalidad de Maipú el pasado 11 de abril: la creación de una granja alimentaria en el Parque Municipal de la comuna para beneficiar aquellas personas que sufran de alergia a la proteína de leche de vaca. La granja contará con burras y cabras para poder producir leche y así entregar a quienes la necesiten, especialmente niños. Además, Maipú desarrollará clases de repostería para complementar la iniciativa.

La granja de Maipú está en fase de organización y en dos meses debería ser su inauguración. La idea de la municipalidad es contar con la ayuda de fundaciones de alérgicos alimentarios, pero aún no se sabe con exactitud cuáles serán, puesto que están en conversaciones. Además de contar con leche lista para el consumo, la granja tendrá derivados de leche de cabra y burra, como queso y manjar que serán vendidos a bajo costo, lo que permitirá que no sólo puedan optar los habitantes de la comuna, sino que quienes deseen ir a comprar.

La fundadora y presidenta de la Fundación Creciendo con Alergias, Patricia Carmelo, declaró que, aunque el proyecto es una buena opción para quienes no pueden optar a comprar fórmulas lácteas especiales, la leche de burra y cabra no es apta para las personas que sufren de alergia alimentaria más severa, puesto que también suelen ser alérgicos a esta leche, por lo que necesitan proteínas de leche hidrolizadas, es decir, con sus componentes separados.

La nutricionista colaboradora del Colegio de Nutricionistas de Chile, Cecilia Espinoza, explicó que si quienes consumen la leche son alérgicos a la proteína de leche de vaca, existe la posibilidad de alergia cruzada debido a la similitud entre las proteínas y recomendó la utilización de fórmulas especiales, especialmente en niños.

“Por consenso nacional e internacional, no se recomienda la leche de ningún otro mamífero por el riesgo de producir una reacción alérgica”, señaló la profesional y agregó que si la leche de burra y cabra está destinada a personas con otros tipos de alergia, por ejemplo al gluten, no habría problema mientras no exista contaminación cruzada en su producción.

En Chile, a pesar de que la granja de Maipú será la primera iniciativa pública para producir leche para alérgicos alimentarios, hay otras alternativas privadas. En Melipilla existe Asinolat, una granja especializada en producir leche de burra lista para su consumo, que fue la primera empresa del país en obtener la autorización según los estándares por el Servicio de Salud de Chile.

En el mercado existen múltiples bebidas vegetales como opción a la leche de vaca. Estas pueden funcionar bien en adultos, pero una sola no contiene los niveles de nutrientes necesarios para niños en crecimiento. Por esto, se recomienda consultar a profesionales antes de realizar cambios en la alimentación de alérgicos alimentarios.

Elixir de la vida

A pesar de los comentarios de los expertos chilenos, en Italia, país donde hay alrededor de 9 especies autóctonas de asnos, la leche de burra fue redescubierta a partir de los 90. Hoy hay 200 haciendas que producen esta leche y la usan madres de niños con alergia alimentaria, mujeres que no producen leche suficiente y personas ancianas o debilitadas que necesitan reforzar las defensas inmunitarias.

Según publicó revista Paula en diciembre del año pasado, en Chile hay mamás que han comprado burras y las mantienen en sus casas. Como Camila Miralles, quien vivió las semanas más angustiantes de su vida cuando su hija Manuela soltó el pecho y rechazaba todos los tipos de leche. Alergia severa y desnutrición fueron los diagnósticos. Probaron todo, hasta estuvieron a punto de operar a la bebé del corazón. Afortunadamente un gastroenterólogo les recomendó probar con leche de burra. El resultado fue sorprendente.

Entonces, el problema ahora fue cómo encontrarla. El doctor los contactó con otra paciente que tenía leche, y ese mismo día la pudieron conseguir, la vaciaron en la mamadera y se la dieron a Manuela. “No lo podíamos creer. Jamás habíamos visto a nuestra hija tomar una mamadera entera en pocos minutos. Se la devoró”, contó Manuela a Paula. En tres días ya no había reflujo, ni ahogos, ni sangre en el pañal.

Hoy el papá de Camila ya tiene 18 asnos en su fundo en San Fernando. Y en el sur de nuestro país, varios doctores han encontrado en estos nobles animales la solución para bebés con alergias severas. En un par de meses, en Maipú, muchos papás y niños ven como una luz de esperanza esta granja alimentaria.

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