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Ser feliz en el frío: el secreto de la felicidad danesa para aplicar todo el año Bienestar

Ser feliz en el frío: el secreto de la felicidad danesa para aplicar todo el año

Le llaman Hygge y se basa en vivir y disfrutar la vida evocando el «calor de hogar».


Dinamarca es uno de los países más felices del mundo según el Reporte Mundial de Felicidad 2017. Y para muchos expertos, uno de sus secretos es el hygge, movimiento que relaciona la felicidad en las pequeñas cosas de la vida.

El clima es uno de los factores determinantes en el estilo de vida danés. Acostumbrados en pleno invierno a tener sólo cuatro horas de sol al día y a temperaturas promedio que rondan los cero grados, la gente pasa más tiempo en sus casas. De allí la importancia del “calor de hogar” y la familia.

La idea del hygge es relajarse y sentirse «en casa», dejando las preocupaciones de la vida. Al tratarse de algo tan personal, la manera de practicarlo depende de cada individuo, pero se basa en ser amable, consentirse y pasar un rato agradable tanto con uno mismo como con la familia o los amigos cercanos. Es decir, el bienestar que te produce una cena familiar, leer un libro en intimidad o disfrutar el momento en que te tomas un café.

Según Marie Tourell Søderberg, autora de Hygge, La Receta de la Felicidad,  aunque “forma parte intrínseca del carácter nacional danés, su esencia no es danesa, sino universal”.

Eso sí, la autora resalta que Dinamarca es famosa por su sistema de bienestar, y está considerada como una de las sociedades más igualitarias del mundo, debido a que la redistribución de los recursos subsana el desnivel entre ricos y pobres. La gratuidad de la educación, la sanidad y las prestaciones de desempleo dan a los daneses una sensación de seguridad económica. Así se explica que, “una vez satisfechas las necesidades básicas, quede más margen para profundizar en los elementos sociales, creativos y personales de la vida, y sea más fácil que prospere el hygge”.

Meik Wiking es otro de los representantes de este movimiento, al escribir el libro Hygge. La Felicidad de las Pequeñas Cosas. Para él, practicar el hygge es “sencillo, barato y se puede aplicar a cualquier aspecto de la vida cotidiana: la luz, la ropa, la comida, la bebida, el hogar, las relaciones sociales y los viajes”.

Wiking detalla puntos clave para convertir cada hogar en una “casa hyggeling”:

  • Tener un hyggekrog: así denomina al lugar de la casa “donde acurrucarse con una manta, un libro y una taza de té”.
  • Una chimenea: según él, ésta es la pieza más “hyggelig” del hogar.
  • Velas: se trata de un elemento esencial para el hygge.
  • Elementos hechos de madera; por su calidez y vínculo directo con la naturaleza.
  • Naturaleza: Wiking ejemplifica con “hojas, nueces y ramitas”, pero la lista podría ser casi infinita.
  • Libros: la lectura como símbolo de descanso y relajación, es fundamental.
  • Porcelana: teteras, jarrones y una taza que se convierta en “la preferida”.
  • Destacar los elementos que beneficien el aspecto táctil: el autor destaca que no es lo mismo “el contacto con algo de acero, vidrio o plástico” que con “porcelana caliente o madera”.
  • Lo vintage: aquí se ponen en juego “la nostalgia, el valor sentimental y la historia”.
  • Mantas: no se trata sólo de estar abrigado en el duro invierno danés sino de sentirse seguro.
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