Han pasado 250 años desde la muerte del Juan Sebastián Bach y, para conmemorar al compositor y músico del barroco alemán, se presentaron ayer, en Berlín, sus primeras partituras originales manuscritas, restauradas gracias a una novedosa técnica especial.
«Es el mayor operativo de restauración que hemos encarado», explicó Antonius Jammers, director general de la Biblioteca del Estado en Berlín, al presentar los históricos documentos. Sin embargo, agregó, «esta es sólo la punta del iceberg».
Hasta ahora fueron rescatadas 300 de las 1.500 partituras más afectadas del compositor, corroídas por la tinta al paso del tiempo.
Aproximadamente el 80 por ciento de la obra de Bach se conserva en la Biblioteca del Estado, entre ellas los originales de la Misa en Si Menor, del Oratorio de Navidad, los conciertos de Brandenburgo, como así también de las Pasiones de San Juan y San Mateo. Estos manuscritos, carcomidos parcialmente y que presentan agujeros del tamaño de una moneda, han sido dañados todos por la corrosión provocada por la tinta.
Muchos otros escritos originales, entre los que se cuentan obras de los compositores Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, y de los escritores Theodor Fontane y Wolfgang von Goethe, corren igual peligro de destrucción.
Pero el proceso de corrosión, se ha manifestado de manera especialmente grave en la obra de Bach, ya que el compositor utilizaba tinta y papel baratos, y escribía en ambos lados de la hoja.
La técnica utilizada para la recuperación del valioso material es el procedimiento de separación del papel, a través del cual se divide la hoja por el medio. A continuación se procede a superponer una lámina de celulosa sobre los huecos del original y pegarlo cuidadosamente a mano con una sustancia gelatinosa.
El proyecto de rescate de la obra de Bach es financiado gracias a la colaboración del Patronato de Bach del Club de Amigos de la Biblioteca Municipal, que ya ha recaudado un millón y medio de marcos (unos 720.000 dólares).
Hasta el año 2002 durará el proceso de restauración de los manuscritos dañados, para lo que se necesitarán 2,5 millones de marcos (1,2 millones de dólares).
