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No hubo sorpresas: Ganaron los favoritos

Los principales triunfadores de la jornada fueron Santana y Luis Miguel, quienes impusieron su calidad musical. Shakira, quien impresionó con su melena rubia y caderas frenéticas, también estuvo entre los ganadores.


Los nombres del guitarrista y compositor Carlos Santana y del cantante Luis Miguel se impusieron durante la primera entrega de los Grammy latinos, cuya celebración llenó de glamour, polémica y música las calles de Los Angeles además de ser una muestra de bilingüismo y puente entre dos culturas.



Los premios Grammy latinos, creados por la industria estadounidense como una celebración de la música en español y portugués, se convirtieron, en su primera entrega, en un cursillo acelerado de idiomas, o como bromeó el actor Jimmy Smits, una experiencia «Con Bilingüe Sabor», aludiendo a las siglas de la cadena de televisión que retransmitió el acto, CBS.



Los saltos entre el inglés y el español de los presentadores y ganadores fueron una muestra más de lo que Antonio Banderas, primer presentador de la noche, definió como «lo que significa ser latino en este país».



Con Penélope Cruz a su lado, Banderas hizo entrega del Grammy latino al mejor intérprete de merengue, que fue a parar a manos de Juan Luis Guerra por Ni es lo mismo ni es igual.



Guerra comenzó lo que sería una costumbre durante la velada, dedicando su premio a su «querida República Dominicana», un espíritu patriótico que luego repetiría Shakira cuando dedicó su galardón como mejor intérprete pop femenina a ese país que pasa por momentos difíciles «pero nunca se olvida de sonreír, para tí Colombia».



«Le quiero dedicar este premio a toda la gente de África», fue el aporte de Santana, quien fue más allá de su México natal reconociendo la influencia e inspiración que aquel continente tiene en todos los ritmos hispanos.



Santana volvió a repetir el triunfo conseguido en febrero durante la entrega de los Grammy tradicionales, donde su último disco Supernatural se impuso en las principales categorías.



En esta ocasión, Santana consiguió los premios a la mejor interpretación instrumental por El Farola, la mejor interpretación de grupo de rock por su dúo con Maná en Corazón Espinado y mejor grabación del año por el mismo tema.



Su éxito sólo se vio equiparado por el del mexicano Luis Miguel, quien consiguió el premio al álbum del año por Amarte es un placer, que también fue elegido como mejor disco pop y que convirtió al cantante en el mejor intérprete pop masculino del año.



«Luis Miguel no está aquí para poder recoger su premio», afirmó Melanie Griffith al anunciar el galardón junto con Andy García.



Su ausencia trajo a la memoria otras ocurridas durante esta ceremonia, donde intérpretes como Los Tigres del Norte, Juan Gabriel, Vicente Fernández, Marco Antonio Solis o el argentino Gustavo Cerati se unieron a las protestas de Gilberto Moreno, director del sello discográfico Fonovisa, contra estos galardones por no reflejar a toda la música latina.



El gran crédito chileno, el grupo La Ley, se quedó con las manos vacías, pese a estar nominado en cuatro categorías. Pero, por lo menos, Beto Cuevas y compañía (léase Estela Mora) aportaron con su cuota de fashion y glamour.

«Hay que apoyar la música latina. Que se respete», gritó en español desde el escenario uno de los componentes de Maná, celebrando no sólo su galardón junto con Santana, sino su deseo de que se perpetúen estos premios en honor a la cultura hispana.



En medio de este ambiente victorioso y optimista, la nota emotiva estuvo de la mano de otro gran ausente, Tito Puente, que acabó convirtiéndose en la figura más presente de la velada, gracias a un homenaje en su honor.

«Perdimos a Tito pero su recuerdo sigue vivo», cantó Ricky Martin en una combinación de diferentes temas del rey del mambo que ganó de forma póstuma el Grammy latino a la mejor interpretación tropical tradicional por Mambo Birdland.

La canción, interpretada a dúo con Gloria Estefan, y con Celia Cruz y Andy García tocando los bongos, marcó el ritmo de una gala donde las interpretaciones musicales se sucedieron a mayor velocidad que los premios.

En cuanto a la moda, la celebración de los Grammy latinos hizo cierta la descripción dada por Jimmy Smits al comienzo de la ceremonia cuando dijo que «los hispanos no sólo hacemos buena música sino que lucimos bien».



Bajo el sol californiano, los trajes dejaron a la vista más carne que la que cubrieron, en especial en el caso de Christina Aguilera y Alejandra Guzmán, mientras que Jennifer López, que en los últimos premios escandalizó por su falta de ropa, sorprendió a sus seguidores vistiendo uno de los trajes más recatados de su carrera, que incluso cubrían su cuello con un remate de joyería.

Entre los actores se impuso el lazo amarillo en defensa de los intérpretes de anuncios, en huelga durante los últimos cinco años.



EFE

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