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Airosos cincuenta años

La canción de Chabuca Granda, asimilada como himno nacional por los peruanos y embajadora de su música por todo el mundo, cumplió cincuenta años desde que la cantautora terminó de recolectar las fragmentos que darían vida a su más famosa creación.


El célebre valsecito compuesto por Chabuca -nacida María Isabel Granda, el 3 de septiembre de 1920, en una mina de Cotabamaba a cuatro mil 800 metros de altura- tiene varias referencias pero una sola musa: doña Victoria Angulo Castillo de Loyola, la mujer morena y graciosa que cuidaba a la niña María Isabel y que no dejó de visitarla hasta que un buen día, a los 27 años de su protegida, anunció que regresaba a su tierra natal, cerca del Rímac. Porque Chabuca no era una flor de la canela, como muchos admiradores pudieron pensar: era blanca, de pelo castaño y ojos azulados.



Doña Victoria se fue a despedir de Chabuca, que era demostradora de los productos de belleza Rubinstein en la Botica Francesa situada en el casco viejo de Lima, y le dijo "niña, me voy hasta mi casa a pie". La futura cantante (debutaría en la música sólo trece años después) la vio girar lentamente hacia la puerta y caminar con su paso largo y elegante. Esa imagen le serviría, un año después, para componer la frase "del puente a la alameda menudo pie la lleva por la vereda que se estremece al ritmo de su cadera."Las canas de su vieja amiga fueron traducidas por "jazmines en el pelo"y el rubor que ese día le coloreaba las mejillas se transformó en "rosas en la cara".



La musa murió el 20 de diciembre de 1981 y no dejó de ser recordada en su sepelio con los famosos versos que inspiró, mientras a Chabuca se le caían las lágrimas. "Yo soy la popular, tú eres la importante", había alcanzado a decirle, en enero de 1976, mientras recibía el diploma de honor que la Municipalidad de Lima le entregó por el vals que ya había dado la vuelta al mundo. Chabuca murió a principios de marzo de 1983, después de una infructuosa implantación de un by-pass en el Florida Medical Center. La crónica popular relata que en aquella semana de su muerte nunca fueron tan baratas las flores en Perú, que de hecho bajaron sus precios en un 20 por ciento.



Sin embargo, el airoso andar de doña Victoria no fue la única pieza en el puzzle de La Flor de la Canela.La canción empezó a darle vueltas a Chabuca después de escuchar una conferencia del historiador y diplomático Raúl Porras Barrenechea en la que pedía "piedad para el río, el puente y la alameda". En 1949, la visita de su cuidadora de la infancia agrega otro ingrediente, tal vez el más sustancioso. Y en 1950, en el cumpleaños que José Moreno Alarcón celebraba en un caluroso departamentito colonial, abre la ventana del balcón y exclama al cielo, con los brazos extendidos: "¡Déjame que te cuente, limeño!".Acto seguido, se emociona hasta las lágrimas y confiesa: "¡Esta es la frase que le faltaba a mi vals!".



La Flor de la Canela fue grabado por 164 voces diferentes, entre ellas las de Plácido Domingo, Mercedes Sosa, Julio Iglesias, Raphael y Caetano Veloso, y es considerado un himno por los peruanos, así como lo es Si vas para Chile, Guantanameraen Cuba y Alma Llanerapara los venezolanos. Para la autora, fue una bonita canción de protesta en la que, sin buscarlo, protestó a favor de su gente, de los más relegados. La Flor… -una de las 145 obras de Chabuca, entre valsecitos y marineras- fue cantado públicamente en 1954 por el trío peruano Los Chamas. Al año siguiente, otro grupo local, Los Morochucos, lo insertó en un disco. La canción debutó primero en Chile, después en Argentina y de ahí al mundo, con su mezcla de mujer hermosa y nostalgia por el río, el puente y la alameda.

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