El músico argentino presentará algo de su nuevo disco Entonces y parte del repertorio clásico en el ciclo de recitales que efectuará a partir del 10 de octubre en Santiago, para seguir con actuaciones en provincias.
Después de la creación esos temas de siempre, la infaltable Razón de Vivir y Coraje, Víctor Heredia continúa nutriendo de música al corazón latinoamericano. Un poco de eso y de algo más habrá en el ciclo de recitales que efectuará en Chile, el que se inicia el 10 de octubre en el Teatro Oriente.
Hace poco lanzó junto a un amplio abanico de creadores el tributo a Atahualpa Yupanqui Yo tengo tantos hermanos y pronto dará a conocer su último disco, Entonces. Además, remata con un proyecto de investigación la etnia mapuche que lo tiene muy animado.
Entonces es un registro en solitario en que Heredia comparte con Chico Buarque Du Hollanda como el único invitado, en un solo tema. El disco se dará a conocer en el Luna Park en noviembre y tal vez se lance en forma simultánea en Chile y Argentina.
Heredia es de ese tipo de soñadores de largo aliento. Provisto de paciencia y perseverancia suma ideas para el futuro. Hay que recordar que tardó tres años en concretar el homenaje a Yupanqui y antes de eso estuvo cuatro años inspirado en Taki Ongoy. El desafio actual lo vincula a su declarada solidaridad con los pueblos originarios de América Latina, en ese estudio que iniciará y espera traducir a nuevas melodías.
"Tengo un contacto muy fuerte con el pueblo mapuche. En este momento estoy haciendo algo con ellos. Hemos convenido con el grupo de educación mapuche que voy a comenzar a hacer un trabajo muy serio que se va a traducir en composiciones, no quiero hacer esta música sin antes investigar. De ellos me llama la atención la rítmica y la relación que tienen con el mundo. Poseen una inmensa capacidad de observación del entorno. Eso es lo que quiero tratar de recuperar", comentó.
Desde hace años colabora con el pueblo mapuche a través de conciertos que le permiten recaudar fondos para cubrir las necesidades básicas de ellos. Ha estado en festejos del año nuevo, en oraciones y ha sido padrino en el Katan kawi, una ceremonia de iniciación de mujeres.
"Es duro descubrir cuánto nos falta todavía para llegar a rescatar la identidad perdida. Esta sociedad siempre ha mirado con sesgo paternalista a los pueblos y naciones originarios de América, apostando a su inserción social y utilizando solamente la idea de ‘integración’ antes que la de convivencia. No alcanzamos a comprender la enorme importancia que tiene la salvación de nuestras culturas atávicas. En ellas reside la nuestra. Preservar esas identidades significaría tener una posibilidad de reconocernos en el verdadero océano policultural de donde venimos. Sólo con la propuesta euro céntrica no conseguiríamos nada más que una pequeña parte, el todo se completaría únicamente con aquella sabiduría que ellos expresan sobre este territorio en el que viven sufridamente mucho antes que los colonizadores", dijo en una declaración.
La anterior gran tarea estuvo dedicada a Yupanqui, el padre del folclore argentino, a quien le unió una amistad cultivada en conversaciones de cafés. Ese disco demoró tanto porque recopiló material inédito del cantor de Los ejes de mi carreta, lo que incluía los 70 poemas que su hijo Roberto Chavero le confió para que entregara a varios artistas. Y Heredia tuvo que esperar que los involucrados terminaran sus grabaciones. Como dato, versionaron temas Fito Páez con una canción que Yupanqui le había escrito a Marilyn Monroe, Pedro Aznar hizo una zamba, el Negro Jairo, y León Gieco musicalizó La guitarra, un milongón.
– Algunos se enojaron con ese homenaje, porque decían que le robó el repertorio a Yupanqui
– Sí, bueno. Me da la impresión que fueron los que estaban fuera del disco.
– ¿Yupanqui fue el paradigma de una época?
– Exactamente. Fue un maestro. Se puede hacer una analogía con Víctor Jara de Chile y con George Brassens de Francia. Actuaban solos con su guitarra, era impresionante, especialmente si se piensa que ahora vamos todos con luces. Salvando las distancias, La pobrecita o Los Ejes de mi carreta se hacían escuchar en todo el mundo sólo con una guitarra.
Filosofía y la vida
Heredia nació en Monserrat el 24 de enero de 1947, creció vinculado al campo y a la guitarra. En los primeros años de carrera compuso para la radio y la televisión. Luego mantuvo una firme actividad en festivales y pronto ingresó a estudiar Letras en la Facultad de Filosofía. En esos años realizó la serie de recitales Gritando Esperanzas en el teatro IFT y en el Payró, conocidos espacios en la vecina cuidad.
Entre sus canciones pioneras destaca El viejo Matías, un suceso discográfico que superó las 50 mil copias. Después se presentó con Joan Manuel Serrat y en 1972 participó en el festival internacional de Agua Dulce, Perú, ante Geraldo Vandré, Isabel Parra, Patricio Manns, Alfredo Zitarrosa y Daniel Viglietti. Ahí ganó el premio al mejor intérprete compartido con la venezolana Soledad Bravo por su interpretación de un tema que nunca grabó Un muchacho campesino.
Luego estuvo en la OTI en España donde representa a la Argentina con el tema Sabes que aquí estamos, América. En 1972, durante el gobierno de la Unidad Popular, participó en el Festival de Viña del Mar como único invitado internacional junto a Peter Yarrow, integrante del famoso trío Peter, Paul & Mary, de los Estados Unidos, y Miriam Makeba de Sudáfrica. En esa oportunidad, compartió un almuerzo con Salvador Allende. Después de esa visita brotó la inspiración para que en 1972 y 1973 compusiera la música para los poemas de Pablo Neruda, otra de sus obras de gran envergadura.
Durante la dictadura en Argentina se presenta en pequeños escenarios. Padece la marginación y el desconsuelo por la desaparición de su única hermana y su cuñado, además de la muerte de su padre. Decide viajar a España donde junto a Joan Manuel Serrat edita dos discos de larga duración. Pero la nostalgia pronto lo trae de regreso a Latinoamérica.
En abril de 1984 entonó Todavía cantamos junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en Buenos Aires y luego participó en Canto a la poesía con el cuarteto Zupay y César Isella en el Estadio Luna Park. A lo que sigue su disco Coraje.
En 1986 termina Taki Ongoy, obra dedicada a contar la historia de la conquista desde la óptica de los pueblos originarios de América, disco aceptado por el público pero que fue muy poco difundido.
En su relación con Chile, Heredia regresó a Viña del Mar como invitado de Mercedes Sosa donde fue ovacionado por el auditorio en la interpretación a dúo que hizo con ella del tema Razón de vivir.
Heredia no sólo es reconocido, sino que su música es parte del repertorio popular callejero, sus temas son divulgados como pocos y forman parte del pan nuestro de cada día de los cantores de la locomoción colectiva, en especial aquella melodía que cantó con La Negra.
El año pasado estuvo por segunda vez en el Festival de Viña del Mar y eligió para representarlo al argentino Larry Barrinueva, que con un estilo directo y fuera de toda clase de frivolidades, impuso la música en una tribuna sobrepoblada de efectos. Ganó con Ayer te vi, tema que sirvió de tribuna para el primer disco del intérprete Larry Barrinueva y para ser registrada últimamente por Soledad.
Alter-Nativo
La distribución y grabación de su obra durante mucho tiempo estuvo a cargo del sello Universal, pero desistió de pertenecer a las grandes multinacionales y prefirió, como muchos otros, alistarse en las tropas de los independientes y grabar por sí mismo en el sello Alter-Nativo.
– ¿Por qué dejó Universal?
– El sello le prestaba mucha más atención a todo aquello que tenía que ver los extranjeros. Yo tenía disco de oro y miles de discos vendidos. Entonces no era porque no vendiera. Acá la actividad sigue tan fuerte como antes. En algunos casos me impresiona. Hacemos recitales en estadios han llegado a ir más de 50 mil personas, bajo de la lluvia sin camisa.
-¿Cómo se explica eso?
-Algunos se preguntan y después de Heredia ¿quién vendrá?. Los chicos están buscando a un emergente que los exprese verdaderamente.
