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Le Bert: «Santiago del Nuevo Extremo no necesita renovarse»

El conjunto no tiene un solo testimonio que incluya el sabor de los recitales del tiempo en que cantaban Simplemente y A mi ciudad. El primer registro en vivo lo grabarán los recitales de hoy y mañana.


Tiempo atrás Santiago del Nuevo Extremo protagonizó el folclore urbano. Fueron los hacedores de canciones y habitantes de la bohemia citadina ochentera que incluían el ruido de la cuidad en la música, pero nunca hicieron un disco con los cálidos aplausos de los rituales colectivos. Ese asunto quedará resuelto en el reencuentro de hoy (viernes), en Sala Estudio Master de la Universidad de Chile, donde comenzará el concierto y a la vez correrá la cinta que registrará una futura placa en vivo.




«La diferencia en vivo y en estudio es notable. Tenemos una vocación por echar a perder las cosas en estudio. Nosotros somos músicos de tocar y se supone que tenemos fama de buenos», dijo Luis Le Bert.



– ¿El disco en vivo trae repertorio nuevo?
– No. Es el disco que resume la historia del Santiago del Nuevo Extremo, donde vamos a mostrar varias etapas.



Post-locura



Pedro Villagra, Luis Le Bert y Jorge Campos fundaron Santiago del Nuevo Extremo en 1978, y al poco tiempo arrasaron en cuanta peña y festival había, desplegando melodías en una lengua nueva, bastante innovadora para la época.



En esos años no imaginaron que más tarde serían ellos mismos lo mejorcito en intérpretes populares en cuanto música criolla. Aunque esos avances se notaban ya en el segundo y tercer disco, Hasta Encontrarnos (1983) y Barricadas (1985), los registros eran cada vez más próximos al jazz y al rock. Así Santiago ahondaba en lo experimental hasta que esa locura llegó a su extremo y vino el consecuente receso.



"Es típico que cuando uno se pone más rockero o jazzero la gente ya no compra los discos y no se aprende las canciones. Después de Barricadas paramos, porque ya estábamos locos. Ahí cada uno pedía cancha para hacer sus cosas".



– ¿Y ahora no quieren cancha?
– Bueno, se supone que ahora somos mayores y hemos regresado con la calma que dan los años. Apostamos a que podemos hacer canciones con un sonido elaborado, que viene saturado de la fuerza de muchas partes.



La pausa duró más de diez años, hasta que en 1999 Santiago del Nuevo Extremo volvió a las calles. Llegaron con Salvo tú y yo, un nuevo registro, varios recitales y el regreso al escenario de la Quinta Vergara, en Viña del Mar, tal como lo habían hecho cuando presentaron Linda la minga, en 1981.

Regresaron para reafirmar la propuesta que desarrolla la canción como género, y casualmente este año también se reagrupan otros de la misma constelación, como Los Blops y Congreso.



"Ahora hay una explosión de ganas de expresarse. Es algo muy parecido a lo pasó cuando estábamos en la universidad, pero en ese tiempo la explosión fue silenciosa. Había una necesidad de expresare con algo que nos ayudara a entendernos y ahora, también es así».

«Yo crecí escuchando canciones que no estaban en la radio pero de grupos y autores que uno seguía. Ahora escucho la radio y nada me interpreta. Hay un mundo infinito en la calle que tiene ganas de expresarse. Todos los músicos se han dado cuenta", contó el vocalista.



– ¿Hay muchos cambios en el Santiago de antes y el de ahora?

– Nosotros siempre hemos estado en la misma sintonía. Lo que pasa es que después de que llegó la democracia quedamos todos enfermos.



– ¿Quedaron enfermos de qué?
– Lo que pasó fue una cuestión cultural. Tenemos que reconocer que tratamos muy mal a nuestros músicos, pintores y poetas durante todo el advenimiento de la democracia. En alguna época nos hicimos desagradables. A nosotros nunca se nos acaba el tema, pero de repente nos decían: «Ya vas a cantar esa cuestión terrible». Esa fue la causa por la que nos fuimos para la casa y la gente dejó de ir a los conciertos. Pero eso fue lo que nos tocó vivir y lo pusimos en evidencia, hablamos y cantamos. Era lo que hacíamos y lo que hacemos ahora, también.



– ¿Pagaron el precio por ser tan críticos?
– Claro que sí, por ejemplo, la última vez que fui a cantar a Televisión Nacional como invitado fue en la época de la dictadura. Entonces, cuando vino la democracia nunca más fuimos ni Santiago ni Luis Le Bert ni ninguno de los que realmente cantábamos en esa época, en el ambiente cultural contestatario. Conozco pocos casos en el mundo donde la gente no tenga sus cantores regalones. Acá siempre los hubo y cuando vino la democracia ya no fue así.



– ¿Se vinculan con músicos más jóvenes?
– Mucho más de lo que se dice. Los de mí generación tienen como costumbre y vocación el tocar con otros músicos. En el Santiago cada uno de los integrantes ha tocado en otros grupos, por ejemplo, Jorge tiene su cuento con Congreso y Fulano, y lo mismo sucede con Pedro, que volvió de Alemania con el Inti Illlimani e hizo algo como Pedro Band.




-¿Tú qué hiciste durante el receso de Santiago?
– Grabé un disco solo, pero fue solo hasta por ahí nomás porque fue con el Jorge y el Tilo González. Somos siempre los mismos. Hay una banda que se llama así, Los Mismos, que es como una mezcla entre Fulano, Santiago del Nuevo Extremo y Congreso.



– ¿De qué manera van a reinstalar las canciones que fueron de una época social en otro tiempo?
– Cuando hicimos Simplemente el lenguaje era nuevo, desconocido y raro. No nos tocaban nunca en la radio. Todos era raro, desde las armonizaciones hasta la manera de tocar los instrumentos. Hoy nos pasa lo mismo.



– ¿Van muy adelante?

– No. Vamos por el camino de al lado. Congreso también es raro para el mercado. Así son los sonidos de ese camino de tierra por donde vamos. Siempre estamos inventando.



-¿Cómo se traduce musicalmente esa creación?
– Estamos en una etapa entretenida. Se ha reconciliado la canción con el desarrollo musical. Hubo un momento en que se disoció. Ahora estamos aplicando lo que aprendimos en este viaje.



– ¿Mantienen el estilo urbano?
– Siempre fuimos un grupo de mucha mezcla y canciones. Tal vez por esa definición tenemos un ámbito un poco más fácil que el de Congreso o de otros grupos.



– ¿Se han renovado?
– Santiago del Nuevo Extremo no necesitó renovarse. Somos una corriente viva de la música. Nunca hemos repetido un esquema. Hacemos nuestras propias canciones. Antes todos pensábamos que había un proyecto común y hoy, no sólo no lo pensamos sino que vemos que el único proyecto que existe es el individuo, si es que eso es un proyecto. Todo esto es una temática infinita para los textos y ahora que tenemos mucho que decir.



– ¿Estás conforme con la situación cultural de hoy?

– No para nada. Nosotros desde el origen somos un grupo de denuncia y testimonio y jamás nos quitaríamos ese orgulloso letrero que tenemos.




– ¿En qué aristas te sientes desconforme?
– En todas. Somos rebeldes eternos. Nada de lo que hay me conforma. Eso no tiene nada que ver con andar amargado por la vida, sino que todo lo contrario. Hoy la crítica al sistema heredado del mundo es una crítica fácil. Hoy día el daño se está haciendo evidente y las acusaciones son más fáciles.

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