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Lincoyán Berríos estrena musical en homenaje a su padre desaparecido

En la obra, que surgió luego que se encontraran los restos del dirigente comunista en la Cuesta Barriga, participaron -entre otros- la ex vocalista de Fulano, Arlette Jecquier, y el escritor Alejandro Cabrera. "Es un reconocimiento a los valores de mi viejo, que cobran ahora aún más sentido para su familia y la sociedad, que deben tener claro que nadie tiene derecho a asesinar a alguien sólo porque piensa diferente", señaló Berríos.


A casi un año de encontrar los restos de Lincoyán Berríos Cataldo, su hijo -del mismo nombre- se apresta para estrenar el musical "La canción del roble blanco" y lanzar el disco compacto que recoge la música y los textos de esta obra, que refleja desde su particular punto de vista uno de los más terribles legados del régimen militar: los detenidos desaparecidos.



Impresionado por el grado de involucramiento de uno de los paleros que trabajó bajo un intenso sol en la Cuesta Barriga -lugar donde, según los informes emanados de la Mesa de Diálogo entre civiles y militares, se encontraban los cuerpos de quienes conformaban en 1976 la cúpula clandestina del Partido Comunista- Lincoyán Berríos González decidió homenajear a su padre desde lo que sabe hacer: la música.



Presentó un proyecto a Fondart y obtuvo 4 millones 500 mil pesos para llevar a cabo este musical y su registro, que se podrá ver hoy miércoles a las 20:30 horas en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, ubicado en José Arrieta 8.200, en la comuna de Peñalolén.



"La obra está dedicada a mi papá, pero está contada desde mi perspectiva, a partir de lo que ha pasado en mi vida. Es como una terapia para sacar esos dolores", señaló Lincoyán Berríos a El Mostrador.cl.



"Es una obra musical en la que participan cerca de doce personas. Tiene personajes y una estructura dramática. En ella se conjugan varios estilos musicales (incluida la cueca), pero se podría enmarcar en el rock fusión. La música está en función al texto, hay una lectura muy interesante respecto de lo que está pasando con la historia y lo que ha pasado conmigo", agrega.



Toda la música, que se interpreta en vivo durante la obra, fue compuesta por Berríos, mientras que los textos, basados en escritos suyos, fueron creados por Alejandro Cabrera (en la foto). Las interpretaciones están a cargo de Rodrigo Miranda, el palero; Lorena Gormaz, Lincoyán; la ex vocalista de Fulano Arlette Jecquier, como la madre; Pancho Valdivia Taucán, el padre; y Leonardo Santana, quien interpreta al torturador.



Es imposible sustraerse a las potentes letras, columna vertebral de la obra, que retratan la vida de Lincoyán hijo desde su infancia, adolescencia y adultez, siempre ligado al recuerdo de su padre que, desde que tenía 8 años, no volvió a ver y no logra explicar su ausencia.



…Se cuela el frío, el viento, la noche
por esa puerta,
se cuela todo, menos el hombre
que el niño espera.
Se cuela el frío, el viento, la noche
por esa puerta



El niño espera, ay sí, con su lápiz,
mudo de pena,
manda una carta sin estampilla
Y su mejor letra.
(Extracto de "Cueca del palero").



Hay impotencia y frustración en el Lincoyán adolescente, que cuestiona la posición de su padre, su rebeldía, que finalmente lo privó a él de su presencia y compañía.



I

"Voy cargando por las calles
una lápida vacía;
tanto peso, por la rabia,
va aumentando con los días.
La enterré en supermercados,
catedrales y oficinas,
te negaron los gusanos,
se hizo cal tu rebeldía.



¿De qué sirvió haber llegado al sol
si los pies se te quemaron…?




II

Voy cargando por las calles
una lápida vacía;
tanto peso, por el odio,
va aumentando con los días.
Las paredes de los baños
las rayé con mi saliva,
vomité en la Plaza de Armas
tu memoria, sangre mía.



¿De qué sirvió haber llegado al sol
si los pies se te quemaron…?




III

Voy cargando por las calles
una lápida vacía;
tanto peso, por tu culpa,
va aumentando con los días.
Te olvidaste de nosotros,
nos dejaste a la deriva,
hoy me parten en pedazos,
son tu herencia estas heridas.



¿De qué sirvió haber llegado al sol
si los pies se te quemaron…?
(Extracto de "Lápida").



Lincoyán adulto finalmente asume la muerte del padre al reencontrarse con él, una vez que "en la vida real" se hallaron sus osamentas en Cuesta Barriga, y rescatar su memoria y legado.



Lincoyán adulto:
El silencio de tu voz,
el silencio de tu voz
en mis venas fue el aullido,
el grito claro y feroz
que me trajo hasta tu nido,




El Padre:
No confundas con un nido,
no confundas con un nido
esta negra y vil guarida;
en los nidos hay latidos,
y aquí no late la vida.




Lincoyán adulto:
No confundo, ni pretendo,
no confundo, ni pretendo
a la muerte ser esquivo,
sólo digo lo que entiendo:
para mí, tu sigues vivo.
(Extracto de "Payas").



Incluso se incorporó un monólogo del asesino, la cruda "Porfia’o como mula", pero Lincoyán aclara que "todo es ficticio. No me interesa hablar de la dictadura ni nada de eso. Es obvio que se trata de algo que efectivamente ocurrió, pero no tiene una connotación política, todo tiene un punto de vista artístico".



El final fue titulado "La herencia del Roble Blanco", en alusión al significado de Lincoyán en mapudungún: "Es un reconocimiento a los valores de mi viejo, que cobran ahora aún más sentido para su familia y la sociedad, que deben tener claro que nadie tiene derecho a asesinar a alguien sólo porque piensa diferente".

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