Publicidad

Sonora Tommy Rey celebra los verdaderos 20 años

"Si uno quiere alegrarse y pasarlo bien en una fiesta tiene que escuchar cumbias. Mucha gente reclama que en las fondas se debiera bailar cuecas pero es que acá la gente no sabe bailar la cueca. Entonces, bailan cumbias, guarachas y boleros", dice Tommy Rey. Hoy festejará los 20 años de la Sonora que lidera, con un concierto en el marco del Ciclo Estación 2002.



Hace cincuenta años era la Huambaly, la encargada de darle sabor a las noches. Después en el itinerario de la historia tropical surgieron otros proyectos como Los Peniques, la Cubanacán (de Pachuco), Los Viking’s 5, Adrián y los Dados Negros y Giolito, entre no muchas más -que la frágil memoria impide recordar-. Esto sucedió mucho antes que en los salones y callejones descollaran los brillos tecnológicos y las sedas sintéticas de la estética y contorsión sound.



En esta ruta, algunas de las grandes orquestas fallecieron de muerte natural y otras por conflictos. Ahora, sólo dos o tres sobreviven, una es la Sonora de Tommy Rey, la misma que hizo famoso al Galeón español, Abusadora, Un año más, El Pipiripau, La Parabólica, Esa Malvada, Tonta pobre tonta, El Caminante, El negro José y los boleros Señora, En el balcón aquel, Otra Copa y La Peineta. Este año la dichosa agrupación cumple dos décadas que festejarán hoy 19 de enero, a las 22 horas, con un recital portentoso en La Estación Mapocho.



Pero más allá de la cuestión temática el asunto de la edad hay que aclararlo bien, porque hace un tiempo – y ahora si que la memoria no falla- hubo cientos de afiches, anunciando que la Sonora Tommy Rey celebraba los 25 años, y fue antes de este año. Ante tal entuerto Rey argumentó:



"Los verdaderos 20 años se cumplen en marzo, lo que pasa es que esa vez otra productora hizo una producción y le pusieron 25 años, y eran 15, se equivocaron, pero ya habían hecho los posters y no había caso para cambiarlos. Ahora realmente son los 20 años, que los cumplimos el 9 de marzo".



En el panorama cumbianchero nativo, además de la sonora de Tommy resisten Giolito y su Combo y la Sonora Palacios. Fue de un quiebre de esta última desde donde surgió el conjunto de Rey, quien por cinco años integró la Sonora mencionada pero la dejó para armar su propia historia.



Ahí las reglas son claritas para los músicos:"Qué no se les pase la mano con el traguito, que se cuiden, que toquen bien y que traten de llegar a la hora, eso nomás".



– ¿Cómo han logrado mantenerse 20 años?
– Este es nuestro trabajo y si no trabajamos no tenemos nada. Con Leo Soto siempre hemos mantenido esto como un trabajo y nos preocupamos de los detalles, de que la gente que llegue sea adecuada al grupo. Hemos tratado de estar todos los años grabando, pero no se ha podido. La última grabación que tenemos es de 1998 y ahora estamos con muchas ganas de volver a grabar.




– ¿Han tenido problemas con los sellos?
– Nosotros estábamos grabando en la Warner Music y no trabajaron bien el disco, como queríamos.



– ¿No tuvo venta?
– Si tuvo venta pero no hay una preocupación grande, ellos esperan que les llegue todo listo de afuera. El problema que existe es el pirateo, entonces, al momento de grabar les sale una millonada de pesos y los piratas venden a dos lucas; no les conviene. Es muy arriesgado meter plata en algo que te lo pueden piratear. Ahora estamos en conversaciones con algunos sellos, pero los estudios son caros y es complicado.



El pasar



Tommy hace 40 años que se debate entre los escenarios y darle alegría a las gentes. Luce impecablemente vestido con sus zapatos lustrados, se nota cómo cuida su oficio, ese que comenzó en la Orquesta Los Peniques, en esos días de gloria de la música bailable, cuando la música no traía aderezos ni suavizantes tecnológicos, cuando los músicos tocaban de verdad sobre el escenario y se regían por el pulso del corazón y no por el que impone la estandarización digital.



El asunto cambió y aunque el sound nace de la cumbia, y no es más que una tecnologización de este ritmo, es cada vez más difícil escuchar cumbias genuinas.



"La música sound es más envasada que la cumbia. Tiene mucho teclado grabado, suenan como 20 músicos, usan equipos muy poderosos, les ponen un bombo que se escucha a tres cuadras, suena muy fuerte y eso le gusta a los muchachos. Nosotros, en cambio, todo lo que tocamos es de verdad y con experiencia".



– ¿La tecnología los ha obligado a cambiar?
– En algunos locales tienen a un tecladista ni siquiera tienen un trío o un cuarteto, y ese tecladista lleva todo grabado, eso le quita trabajo a otra gente, pero no se puede luchar en contra. Los dueños de los negocios son dueños de poner lo que quieran. Por este problema muchos se han retirado de la música.




En ese escenario los más afectados han sido los integrantes de las orquestas grandes, que con docenas de músicos no pueden competir con una base o una secuencia. La Sonora de Tommy Rey aún resiste con sus nueve músicos, y según dicen logran un buen pasar.



"No somos millonarios en esto pero tocamos en forma estable. En invierno trabajamos en algún local, en eventos o fuera de Santiago».

– ¿Los jóvenes sound les quitan espacio a ustedes?
– No, al contrario. Hemos compartido con ellos y han sido respetuosos, nos tratan de maestro pa’ acá y maestro pa’ allá.



– ¿Se sienten presionados a renovarse?
– No, porque si nosotros tocamos La Peineta o El Galeón Español de otra forma, no sería igual. Las canciones tienen que sonar como les gustan a la gente. Aunque ahora le integramos otro teclado al conjunto para que uno haga las palmas y algunos efectos muy pequeños; y el otro, vaya con acompañamiento y los solos. Esto le simplificó la pega al que estaba antes en el piano que tenía que hacerlo todo. No es necesario tener tanta técnica.



Y si la Sonora de Rey mantiene su estilo, también se preocupan por compartir proyectos con la juventud. Estuvo en la colaboración en los discos de la Yein Fonda y en una grabación con los muchachos de Chancho en Piedra, próximo a salir a la venta.



Hoy en las filas además de Tommy Rey (Cantante) participan: Javier Jorquera (piano), Raúl Miranda (teclados), Jorge Flores (bajo y coro), Benito Villarroel, Alejandro López, Roberto Vidal (Trompetas), Jorge Zúñiga (tumbadoras y coro), Leo Soto (Timbales, percusión y coro). Todos son los responsables de darle sabor a las noches y de romper el mito de pueblo melancólico.



"No sé quién dijo que somos tristones, cuando nosotros vamos a las fiestas la gente baila todo lo que tocamos. El otro día en la tele el Coco Legrand habló que los chilenos éramos apagados y que los peruanos eran muy alegres. Yo he tocado para los peruanos y son más tristes que otro poco. Acá las fiestas más tristes son las medio paltonas, donde nadie quiere quebrar un huevo. Al principio no quieren salir a bailar cumbias, después que se toman el primer güisqui, olvídate, cambia la cosa".

Publicidad

Tendencias