Publicidad

Traficantes pagan para que los inmortalicen en «narcocorridos»

El polémico género musical que hace furor en el norte de México desde hace varios años recoge en la música las andanzas de los capos de la droga, en medio del activo comercio ilícito a través de la frontera con Estados Unidos.


Los narcotraficantes mexicanos están dispuestos a pagar cifras que van entre 450 y hasta mil 500 dólares (300 mil a 1 millón de pesos) a quien componga un buen corrido en su honor, según un informe de la investigadora estadounidense Helena Simonett al diario Reforma.



Una vez terminado el tema, bandas de música norteña interpretan el narcocorrido ante el interesado, quien si queda satisfecho financia la grabación y se queda con unos cuantos cientos de copias para repartir entre sus amigos.



La estructura de los narcocorridos se repite: hablan del pueblo natal del sujeto, su vida, sus mujeres y sus avatares con la policía.



Los maestros del género son sin duda Los Tigres del Norte, quienes estrenaron este estilo a finales de los años ’70 con Contrabando y traición, un corrido sobre las aventuras de un par de contrabandistas que viajan con las ruedas de su auto repletas de marihuana.



Los temas de Los Tigres hablan de la corrupción de la policía, de capos del narcotráfico e incluso, veladamente, de la gestión turbia de presidentes y gobernadores.



El Recodo, Los Tucanes de Tijuana y El Grupo Exterminador son algunas de las bandas que se han sumado al género, prohibido por los gobiernos más conservadores de algunos estados mexicanos por considerar que estas canciones hacen apología del crimen.



Osama-corrido



Pese a las persecuciones, la imaginación popular y sobre todo las sabrosas aportaciones de los narcos mantienen vivo el género. Este ha empezado a ampliarse a una suerte de terror-corrido al incorporar a personajes como Osama Bin Laden, protagonista del tema El error de la CIA.



«Osama te andan buscando, Bin Laden el terrorista, la CIA te ha preparado, ese fue el error más grande del gobierno americano», dice el corrido.



Recientemente, la supuesta muerte de Ramón Arellano Félix y la detención de su hermano Benjamín, cabezas del cártel de Tijuana, han desbordado la inspiración de los compositores que, recelosos de las versiones oficiales, difunden su propia historia sobre quienes hasta hace un mes fueron los capos más poderosos del país.



EFE

Publicidad

Tendencias