«Aserejé, ja deje tejebe tude jebere seiunoba majabi an de bugui an de buididipí» no es ningún virus informático senegalés ni un tipeo erróneo. Es la fiebre bailonga y festivalera de tres andaluzas que arrasa en televisión y radio. Axé Bahía tiene los días contados como preferidos de niños y adolescentes. La mancha del Ketchup se extiende demasiado rápido.
Son tres: Lucia, Lola y Pilar y van a revolucionar Chile como ya lo han hecho con España y centroamérica. Con una simpatía arrolladora y un olfato musical fuera de toda duda, estas tres guapas andaluzas prometen contagiar a todo el mundo con su trabalenguas «Aserejé».
Tomaron el relevo de los superventas de «Operación Triunfo» y se plantaron en una semana en el número uno de las listas, superando a los nuevos álbumes Eminem y Mike Oldfield. Gran parte de su éxito se esconde tras el nombre de su primer disco Hijas del Tomate.
Y es que las tres Ketchup tenían el don del ritmo incorporado a la cadena genética. Su padre, José Fernández Torres, «Tomatito» es uno de los más famosos guitarristas del panorama flamenco español. Lugarteniente de Camarón de la Isla, formaron uno de los dúos que más noches de gloria ha dado a los tablaos ibéricos.
La inclusión de su nombre en el cartel de un festival o concierto es garantía de lleno absoluto, zapateo frenético y calor «sentío». Probablemente por eso, las Ketchup decidieron saltar al ruedo musical reivindicando sus orígenes y sin miedo a ser consideradas «hijas de», todo lo contrario.
Desembarcaron en el panorama musical de la mano de Shaketown music, una nueva filial de Sony Music que apostó seguro.
Exito seguro
Los productores veían claro el éxito tras esa particular versión del «Rapper’s Delight» de Sugarhill Gang.
El «Aserejé» no es otra cosa que una adaptación del estribillo más repetido en la historia del hip-hop:
I said a hip hop the hippie the hippie
to the hip hip hop, a you dont stop
the rock it to the bang bang boogie say up jumped the boogie
to the rhythm of the boogie, the beat.
La extraña letra en «asereñol» y la divertida coreografía «oficial», explican la continua sonrisa del joven trio.
Sólo un éxito previsto de antemano podía explicar que la fiebre del «Aserejé», canción del verano en España, haya llegado de forma inmediata a Chile. Normalmente las discográficas esperan al verano austral para exportar fórmulas cuyo éxito ya está certificado.
El riesgo de traerla casi simultáneamente a su lanzamiento en Europa hace sospechar que quizás se convierta en algo más que una canción de verano y llegue a ser un fenómeno, como en su tiempo los Axé Bahía.
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