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Susan Sontag se adujicó el premió Príncipe de Asturias

La escritora estadounidense, quien ha sido una fuerte opositora al régimen de Bush, fue distinguida por su visión de la actualidad desde una perspectiva «complementaria en el diálogo de las culturas».


La novelista, ensayista y directora de cine estadounidense Susan Sontag, fue galardonada ayer con el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003, reconocimiento que compartió junto a la escritora y socióloga marroquí Fátima Mernissi, una activa defensora de los derechos de la mujer en el Islám.



«Es algo bonito y quizás refleja que otras voces y otras opiniones también son bienvenidas en España», declaró Sontag durante una rueda de prensa en el Consulado de España en Nueva York.



«No puedo decir que estoy sorprendida, pero tomo nota del hecho de que estoy recibiendo un premio que tiene un carácter oficial, que en cierto sentido representa o está conectado con el gobierno español», que apoyó a EEUU en la guerra contra Irak, agregó.



Sontag, nacida en Nueva York en 1933, fue escogida ya que aborda «cuestiones esenciales» en la actualidad desde una perspectiva «complementaria en el diálogo de las culturas», según el jurado.



La autora de «En América», una novela por la que recibió el premio National Book de EEUU en el 2000, entre otros galardones, señaló que anhelaba conocer la región norteña española de Asturias, donde no ha estado nunca, y que espera asistir a la gala de entrega de premios el próximo mes de octubre.



Con el pelo teñido de negro y, por tanto, sin el característico mechón blanco que durante décadas la ha acompañado, Sontag pidió disculpas por su voz quebrada a causa de una laringitis, lo que no le impidió responder extensamente a todas las preguntas.



Sontag reiteró sus críticas al gobierno del presidente George W. Bush y subrayó que «estaba y estoy» en contra de la guerra en Irak y de la política exterior del gobierno actual, «de hegemonía estadounidense en todo el mundo».



Reconoció que no se sentía optimista por la situación actual que se vive en EEUU, donde es difícil para los escritores y otros profesionales de la cultura expresar posturas de oposición a la política gubernamental.



Comportamiento americano



Sontag resaltó que se considera una ciudadana del mundo y dijo que por eso le gustaba vivir en Nueva York, «porque es una ciudad mundial» y por tanto un buen lugar desde el que observar lo que pasa en el resto del planeta.



«Los estadounidenses no entienden o no les importa cómo son percibidos en otros países», recalcó Sontag, que ya desde la década de los sesenta ha analizado y criticado en ensayos, artículos periodísticas y películas determinados comportamientos del poder y de la política estadounidense.



Asimismo, reconoció que no corren vientos favorables para continuar en esa labor y resaltó que «es muy difícil ahora estar en la oposición en EEUU».



«Si le dices a la gente que han sido atacados, que están en peligro, amenazados por un gran enemigo, que deben defenderse y que oponerse a esto no es patriótico, creo que vas a persuadir a la mayoría de apoyar al gobierno en lo que quiera. Esa es la situación presente en EEUU», indicó.



Añadió que las voces disidentes con la actual política son calificados de inmediato de «antipatriotas» y agregó que «virtualmente no tenemos un partido de oposición en EEUU».



Señaló, sin embargo, que hay un debate real entre los ciudadanos de este país, que «no se refleja al nivel de los representantes políticos».



Aludió al alto nivel de censura y de autocensura que existe en estos momentos en medios de comunicación y en universidades, donde algunos individuos críticos con la actual política estadounidense han perdido sus trabajos o recibido amenazas.



«Yo estoy en una posición afortunada, porque no tengo trabajo y nadie puede despedirme», señaló con cierto humor.



EFE

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