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Un enano se encierra y se exhibe por plata

Miti Mota se llama la muestra en que Roberto Avendaño permanece recluido a voluntad durante ocho horas diarias, los siete días de la semana. »A veces me siento discriminado», dice. Observadores admiten: »pasé a verlo por simple morbo».


"En esta vida, cualquier cosa se hace por dinero", afirma Roberto Avendaño, el enano que da vida a la muestra Miti Mota. En la exposición, él es exhibido dentro de un espacio reducido, donde sólo existe un pequeño televisor y una radio. Ahí está recluido a voluntad durante ocho horas diarias, los siete días de la semana.



La obra se enmarca dentro de la exposición Metro Cúbico, realizada en el nuevo centro de arte experimental creado por la galerista Cecilia Palma, ubicado en el Boulevard del Parque Arauco.



Durante algunas horas del día, la exposición congrega a un importante número de personas. Algunas reconocen estar ahí sólo por un interés mal sano. "Claramente, esto no tiene nada de artístico. Tener a un enano sentado todo el día en una silla no es creación. Pasé a verlo por simple curiosidad o por morbo, si se quiere ver se esa forma", dice Laura Mena, quien asistió a la muestra la semana pasada.



Muchos de quienes curiosean a Avendaño, fijo en su metro cuadrado pero que de vez en cuando emigra de él para interactuar con sus observadores, reclaman contra la exposición:
"Esto es absolutamente ridículo. Es una nueva especie de casa de vidrio pero ahora discriminatoria. Tener una persona de baja estatura como si fuera un mono en exhibición me parece espantoso y habla muy mal de nosotros como chilenos", comenta Julia Pardo.



El protagonista de la muestra Miti Mota defiende el proyecto. "Todo es arte. La creación es un arte, de lo más infinito a lo más mínimo", son sus primeros comentarios. Con el transcurso de la entrevista, sin embargo, va deslizando su angustia por estar en exposición. Primero, reconoce: "En todo caso, no entiendo mucho de esto, porque primera vez que estoy en una galería".



"Soy una persona que ha tenido paciencia en la vida. He trabajado en el Apumanque junto al viejo pascuero durante un mes, con seis personas más haciendo de gnomos. Después estuvimos en el Alto Las Condes realizando lo mismo. Ahí era de las 10 de la mañana hasta las 9 de la noche y había mucha gente".
Reconoce que los lugares en que ha debido trabajar no son lo que a él le gustaría. "A veces me siento discriminado, pero la vida te enseña a aceptar todas las condiciones en que nos toca vivir".



Sobre la exposición en la cual hoy él es el objeto, cree que el público "viene a presenciar un evento artístico" pero, reconoce, "por curiosidad y algo de morbo". Aprecia que existe inquietud ante la situación de cualquier persona con una cierta diferencia. "Este experimento también funcionaría con un homosexual, porque el morbo de la gente es muy fuerte. Todos tenemos curiosidad de ver qué haría un gay durante el día. No tendría gracia ver a un tipo normal sentado leyendo el diario".



Su tema, sin embargo, es el dinero. "Para mi, la plata vale estar aquí todo el día siendo observado".



Economicismo o dignidad



La exhibición fue lanzada con el apoyo de distintas personas ligadas al arte. Una de ellas fue el director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), Francisco Brugnoli. Según él, Miti Mota viene a metaforizar el actual momento mercantilizado que vive la sociedad chilena, donde quien está dispuesto a recibir una paga, debe realizar cualquier tipo de acción con tal de justificar su dinero.



"Esta exposición tiene esa lectura del uso de un ser que está sometido a la condición del pago diario para hacer algo. Eso que de pronto nos violenta tanto, es la condición real de montones de personas que tienen que arrendar su cuerpo, su vida para poder subsistir y poder alimentar a su familia".



"Creo que la metáfora de este trabajo apunta a eso y un poco a esta obsesión morbosa por mirar lo extraño. Se está poniendo en evidencia un proceso de discriminación natural. Cuando yo miro a un fenómeno, lo hago evidente", señala.



Para Brugnoli la exposición viene a retratar el difícil momento que estamos viviendo y el mundo que se avecina para quienes lucran con su cuerpo. "A esto nos han ido conduciendo una serie de criterios economicistas que pretenden regular toda nuestra vida. Esta exposición es una metáfora de quien se vende al mercado".



En cambio, para la directora del Fonadis, Andrea Sondek, la exposición es un acto indigno. "Me parece perverso. Creo que contradice todo lo hemos estado trabajando en materia de discapacidad y diferencias, que tiene que ver con cómo incluimos a las personas en el diario vivir y no cómo destacamos la diferencias. En este caso, aparentemente, él está siendo segregado para sacar un provecho particular".



"También me parece poco adecuado. No me parece correcta la forma de llamar la atención para dar a conocer como viven las personas de talla pequeña, como se les llama realmente. Ellos tienen muchas dificultades en esta sociedad, como por ejemplo para prender la luz, subirse a una micro o sentarse en una silla", agrega.



Según Sondek, Miti Mota se aleja bastante de lo que se espera de una muestra artística y la utilización de un personaje de talla pequeña tan sólo cumple una función abusiva. "Si el tema era dar a conocer cómo se maneja una persona de estas características en el diario vivir, no creo que esta exposición sea la forma más correcta. Los llamados de atención tienen que ser desde la dignidad de la persona y no desde el enano de circo. Hay otras formas más apropiadas de dar a conocer lo que significa vivir con una talla pequeña".



El Fonadis lleva años trabajando con estas personas, incluidos como discapacitados por las dificultades que tienen para afrontar la cotidianeidad, en proyectos que ayuden en su aceptación social. "La exhibición me parece muy poco artística. Ver cómo se desenvuelve una persona no requiere de una muestra de esa naturaleza. Creo que se está jugando con su dignidad como persona", señala Sondek.



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