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Poemas electrónicos para superar al libro

Siguiendo una aspiración del filósofo Gilles Deleuze, Al Margen Editores publica un disco donde dialogan la poesía y la música electrónica. Nueve compositores musicalizan poemas de nueve vates nacionales jóvenes. Una lectura para escuchar.


La pretensión del disco Oscilación es ambiciosa. A través del cruce de poemas y música electrónica, se busca un nuevo soporte para la difusión de la poesía chilena de las últimas generaciones. Pero no sólo eso, también se espera concretar la aspiración del filósofo francés de la postmodernidad Gilles Deleuze, de evitar la condena del formato libro al mantener por éste un respeto mayor a cualquier medio de expresión masivo.



"Una buena manera de leer, hoy día, sería tratar un libro de la misma manera que se escucha un disco, que se ve una película o un programa de televisión, de la misma manera que se escoge una canción: cualquier tratamiento del libro que reclame para él un respeto, una atención especial, corresponde a otra época y condena definitivamente al libro", es la cita de Deleuze que abre Oscilación.



Editado por Al Margen Editores, Oscilación reúne a nueve poetas y nueve músicos actuales, para desarrollar lo que probablemente sea el primer disco de "poemas electrónicos". Y que según sus productores, busca "exponer al máximo de público la poesía contemporánea chilena realizada por escritores nacidos entre 1970 y 1980, entrelazada con música electrónica preparada especialmente para este disco".



Objetivo complejo el de la difusión ante el elitismo que rodea la electrónica, aunque quizá de menor importancia ante el logro artístico del disco. Por momentos en Oscilación se consigue que la música abra una nueva forma de enfrentar y decodificar a la poesía, representando a la vez un soporte fresco y un telón de fondo para la disolución de las palabras. En ese sentido puede que en general, la música termine por enviar a un segundo plano a las letras, pero estas persisten a modo de guía como en toda composición electrónica que incluya palabras.



Siguiendo a Deleuze, probablemente Oscilación logre derrotar el respeto que se suele mantener ante los libros de poesía, siendo finalmente el disco un volumen de poemas, que en vez de leer, habrá que escuchar con atención. Aunque, quizá justamente la pérdida sea no leer. Ante ese caso, se puede desplegar la carátula del disco, que además de información, incluye los textos, lo que se agradece.



Más allá, la iniciativa logra dar una barniz de la poesía chilena joven, como también de los músicos nacionales electrónicos. Se encuentran en Oscilación, el escritor Max del Solar con Gabriel Vigliensoni (Electrodomésticos); la composición de Fat Pablo con la poesía de Héctor Hernández Montecinos; Cristián Bonilla musicaliza a Lila Díaz; la palabras de Edmundo Condon corren sobre la música de Metamann; Paula Ilabaca pone la letra a la canción de Djef; el músico Mika Martín interpreta a Rodrigo Rojas; Úrsula Starke dialoga con Claudio Pérez/Usted No; el poema de Kurt Folch lo musicaliza Anamlor Smith y Gustavo Becerra se encuentra con la música de Alllendes.



En la línea de extender el círculo de exposición literaria, la experiencia de Oscilación será presentada parcialmente el miércoles 28 de abril en el Club La Feria, a un precio de 5 mil pesos que incluye también el disco.



Al Margen Editores ya trabaja en el segundo volumen de Oscilación. De hecho, ya han sido seleccionados algunos poetas y músicos para establecer el diálogo, aunque sólo se espera que el disco aparezca el próximo año.



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