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Con más espectáculos de ballet intentarán subsanar fin de temporada de ópera

Aún cuando la ministra de Cultura ofreció mediar en el conflicto, la suspensión de los espectáculos de ópera y conciertos es un hecho. Los músicos aclaran que el escenario no les sorprende, y que es una maniobra para modificar unilateralmente los contratos de trabajo.


El teatro municipal tendrá, por ahora, únicamente ballet. Los conciertos y la ópera, sorpresivamente suspendidos a raíz de los conflictos entre los músicos externos de la Orquesta Filarmónica y la Corporación Cultural de Santiago, han sido exiliados del recinto. La situación, inédita en la historia del recinto, marca un punto de quiebre, y demuestra hasta qué punto están deterioradas las relaciones entre ambas partes, en un año en el que el teatro cuenta con más recursos que nunca.



En la tarde del lunes y tras la cancelación del espectáculo internacional «Otello», la semana pasada, los ejecutivos de la corporación, encabezados por el alcalde de Santiago, Raúl Alcaíno -quien la preside-, resolvieron una medida extrema: suspender los espectáculos programados en estas áreas. ¿La justificación? La actitud de los trabajadores -que califican de ‘intransigente’- y la rigidez del reglamento de los trabajadores, que encarecería la programación artística.



Para los trabajadores, esto no constituye una completa sorpresa, y estaba dentro de las alternativas que barajaban, desde que decidieron hacer presión por el no pago de sus salarios e impuestos. Esta medida, suponen, forma parte de una estrategia de fuerza de la Corporación, para modificar unilateralmente las condiciones de trabajo de los artistas.



Aunque la decisión está tomada, Alcaíno ha dicho que la voluntad de diálogo está, de modo que la última palabra no está dicha todavía. "No hay decisiones irreversibles; tenemos la mejor disposición al diálogo, pero necesitamos garantías para que no esté toda la gente en el teatro sentada y se suspenda un espectáculo. Si tenemos todos la mejor voluntad, creo que podemos reprogramar la temporada de ópera y conciertos, pero en este estado no tenemos garantías, y no quisiéramos arriesgarnos a programar una ópera y que mañana, con el público en el teatro, tengamos que volver a suspender", expresa el edil.



La reestructuración del teatro



Mucho se habló a fines del año pasado -cuando el Gobierno debió desembolsar 800 millones de pesos- de la "reingeniería" a la que sería sometido el Teatro Municipal, para terminar con su endeudamiento crónica y sus cíclicas crisis financieras.



Con el proyecto de Ley de Rentas II, que favorece la llegada de recursos frescos, provenientes de las municipalidades de Vitacura y Las Condes, más el aumento en el dinero que al recinto otorga el Consejo de la Cultura, se pensó que los problemas estaban definitivamente subsanados. A comienzos de este año, sin embargo, una ola de despidos afectó a la Orquesta Filarmónica y el Coro, además de personal administrativo. En ese momento, se dijo que se trataba de ajustes necesarios para reducir costos fijos.



Con una orquesta incompleta, la administración debió contratar los servicios a honorarios de una veintena de músicos, quienes el miércoles pasado, y tras denunciar el no pago de sus rentas desde octubre del 2005 (y la no declaración de sus impuestos frente al Servicio de Impuestos Internos), paralizaron sus actividades y se negaron a tocar en "Otello". El jueves, una larga reunión entre ambas partes buscó una solución, lo que no se produjo, y nuevamente, pasadas las 19:00 horas, fue suspendida la función.



Hoy en el Municipal se habla de una reestructuración a fondo, que modifique el reglamento de los trabajadores, que no otorgue tantos ‘privilegios’ a los músicos contratados y que permita que el recinto pueda prescindir de las contrataciones externas. "El actual reglamento permite que los miembros de la Orquesta Filarmónica tengan 42 días de vacaciones al año, más 60 días adicionales cada uno, en lo que se llama ‘turno de vacaciones’. Reciben 13 sueldos y trabajan entre 18 y 24 horas a la semana. Con un reglamento tan rígido, que sólo nos permite contar con la orquesta un poco más de 145 días del año, es difícil cumplir con nuestras programaciones", acusa Alcaíno, responsabilizando a estas regulaciones del encarecimiento de las temporadas de ópera y conciertos.



Los músicos, en cambio, creen que se trata de desviar la atención de lo realmente central: una mala gestión. "Nosotros ya estábamos hablando con la corporación de modificar los reglamentos, tuvimos más de 17 reuniones con ellos. Lo que sucede es que ellos quieren cambiar unilateralmente los contratos de trabajo de los artistas", denuncia Patricio Rocco, dirigente sindical de la Orquesta Filarmónica.



Ballet desfederado



Frente a la cancelación de óperas y orquestas, será el ballet el encargado de cubrir esos vacíos, según ha adelantado el alcalde de Santiago. Entre los cambios que se baraja para reconstruir la programación de este año, está la inclusión de mayor número de espectáculos de ballet.



Hasta ahora, el cuerpo de ballet pertenecía a la Federación de Artistas del Teatro Municipal (Fedarte). Sin embargo, el viernes, a través de una declaración pública, el ballet informó que se salía de la organización gremial, de modo que hoy los músicos de la orquesta no cuentan con el respaldo de esa área para oponerse al plan de la corporación.



Los músicos aventuran que se trata de una política proveniente de la administración, que ha terminado por acallar a los dirigentes de la danza. "El ballet está siendo dirigido verticalmente -opina Rocco-; es la corporación la que los dirige».



Ministra mediadora



Durante la tarde del lunes, y antes de que se anunciara la suspensión de la temporada 2006 de ópera y conciertos, los trabajadores del teatro municipal se reunieron con la ministra de Cultura, Paulina Urrutia, a quien le plantearon sus inquietudes respecto de la gestión del Teatro Municipal. La secretaria de Estado accedió a operar como mediadora entre los artistas y la administración, y habló con Alcaíno inmediatamente después de la resolución de la entidad a cargo del recinto.



Paulina Urrutia habría pedido un nuevo encuentro entre las partes al edil, quien accedió al diálogo, pero exigiendo "garantías" de que no volverá a ocurrir lo del miércoles anterior.



Asimismo, el alcalde aseguró que le parece bien que la ministra facilite el diálogo entre partes, pero aclaró que le parece que no corresponde que un problema puntual, perteneciente a la municipalidad de Santiago, se resuelva de ese modo. "Este es un problema entre nosotros: el teatro es una corporación privada. La ropa sucia se lava en casa; no le pidamos a la ministra que nos resuelva los problemas", pidió.



En este momento, Andrés Rodríguez, director ejecutivo de la Corporación Cultural, está en Europa, cancelando los contratos ya asumidos para esta temporada.



Acerca de la situación de los 23 músicos a honorarios de la orquesta, ahora que la temporada está suspendida, Alcaíno expresó escuetamente: "Los trabajadores del teatro tienen sus remuneraciones aseguradas; el resto no pertenece al teatro."





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