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Angelo Pierattini: Menos mal que nos sacamos la etiqueta de banda de culto

La voz del power trio nacional Weichafe repasó la inédita serie de tocatas de este fin de semana, el flamante cuarto disco y su relación con sus seguidores y la industria.


Ensayando a tiempo completo pasaron los últimos 15 días los integrantes de la banda nacional de rock Weichafe, el cantante Angelo Pierattini, el bajista Marcelo da Venezia y el batero Mauricio Hidalgo, repasando los temas de sus cuatro discos, que interpretarán íntegramente este fin de semana en la sala SCD Vespucio.



"El proceso ha sido como el de sacar un cover, analizando la estructura de las canciones, porque hay algunas que sólo habíamos tocado en los lanzamientos, además de darle un toque actual", relató el vocalista, explicando que la idea nació por la constante exigencia del público de cortes distintos a los tres o cuatro a los que limitan las presentaciones en vivo.



Al menos una vez al año vienen tocando los Weichafe (vocablo que en dialecto mapudungun significa "guerrero") en el escenario integrado al centro comercial de la comuna de La Florida, un lugar íntimo que permite la presencia de menores de edad y, por añadidura, la diversidad etaria de sus seguidores.



El viernes y el sábado a las 20 horas será el turno de los sonidos de Tierra oscura del sol (2000) y el homónimo o Disco rojo (2003), respectivamente, mientras que el domingo (18 horas) sonarán Pena de ti (2004) y Harto de todo, la placa registrada en agosto pasado.



De Pato Miranda a Juan Emar



El último LP refleja una vivencia experimentada por los Weichafe hace tres años, que renació en agosto pasado, cuando viajaron a registrar la música del cuarto disco encerrados en la casa de las Rocas de Santo Domingo de los Da Venezia.



Por lo que Pierattini recordó, es la historia dramática y radical de Pato Miranda, un hombre de mediana edad que conocieron viviendo encerrada en una casa empapelada de fotografías en Maullín, que "mediante su volada filosófica y poética transmitía su disgusto por el funcionamiento de la sociedad y el desapego a esta civilización".



Fue el micromundo creado en las poco más de tres semanas en el balneario de la Quinta Región, a lo largo de las cuales se acumularon más de 500 imágenes digitales, el que en algún momento creó el vínculo con el curioso personaje: "Además, nos gusta mucho Juan Emar, cuyo seudónimo deriva de la expresión francesa ‘J’en ai marre’, es decir ‘harto de todo’".



Y si bien gran parte de los 13 cortes del álbum aluden a las "fotos" y el encierro, crear un álbum conceptual pareció -además de presuntuoso- innecesario para el grupo por la necesidad de que cada uno de los temas se sostuviera por sí mismo, considerando además la inclusión de bases electrónicas e invitados como Raúl Silvestre (trombón) y Kena Tapia, la responsable de "necesito un doctor y conseguir la medicina", en el track del mismo nombre de Los Tetas.



Música y mercado



A ocho años de su formación, el power trio local – ocasional telonero de los trasandinos de La Renga y parte del cartel del Cosquín Rock en 2004- apunta a un sonido híbrido por definición personal y las características de sus adeptos, que van desde auditores de The Beatles hasta metaleros más radicales.



"Al principio decían que éramos una banda de culto… menos mal que nos sacamos esa etiqueta de encima, porque no nos interesa encasillarnos, volvernos mediocres ni pertenecer a un movimiento específico. El rock tiene contenido y hay que compartirlo. Nuestra música pertenece a la intemperie más que a un circuito cerrado", contó Pierattini.



Por lo mismo, el frontman no se cierra a la fama de agrupaciones también chilenas como Chancho en Piedra o Los Bunkers y reconoce que a su banda le interesa masificarse, pero sin arrodillarse ante la industria discográfica y radial, además de la "prensa especializada", que a su juicio suelen "echarle la culpa a la gente de lo que suena".



Y aclaró que "ya no me quejo, porque nos va bien y hacemos lo que nos gusta. La música es buena o mala y punto. Pero los sellos y las emisoras se escudan en el auditor para justificar las modas que imponen. Muchas veces nos cerraron puertas por nuestros contenidos, mientras rotaban cuatro o cinco veces al día System of a down, Metallica o Rage against the machine».

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