Banda precursora del nü metal reaparece luego de dos años con placa desenchufada registrada en vivo para la cadena televisiva en diciembre pasado, en una sesión a la que invitaron a Amy Lee y Robert Smith.
La banda precursora del aggro o nü metal y que a fines de la década pasada destronó a Metallica como la más importante de Estados Unidos reaparece con un nuevo experimento: Korn MTV Unplugged.
Más que sorprender tras dos años de silencio, en diciembre de 2005 el colectivo californiano ya había extrañado a especialistas y fanáticos por igual con See you on the other side, el disco producido por trío The Matrix.
No sería de extrañar que Scott Spock, Lauren Christy y Graham Edwards, responsables también de la composición de la recién mencionada placa y que cuenta con trabajos para Britney Spears, Avril Lavigne y Hilary Duff haya enrielado a Korn para transformarse definitivamente en una banda apta para todo público.
Quizá sea por eso que ahora vuelve, si no con el lema reinventarse o morir, con millones de discos vendidos y otros tantos de dólares en los bolsillos reclamando, de alguna manera, el derecho que sólo una trayectoria de casi 15 años da para tocar con una sinfónica o desenchufarse, como en este caso.
En la sesión de la cadena MTV registrada en Nueva York el 9 de diciembre del año pasado laboró bajo la batuta de Richard Gibbs, con experiencia en la musicalización de series de televisión y películas y un trabajo común previo en el filme Queen of the damned.
El unplugged de Korn asombra positivamente desde el primer corte, un Blind con una españolísima guitarra, pues la fuerza que pierde al desconectarse de la electricidad la gana en intimidad, la misma que se le reprochó en su deslavada presentación en Santiago hace ya cinco años.
Las sorpresas corren por cuenta de Creep, un cover del single de la placa Pablo Honey gracias a la cual Radiohead se transformó en un grupo de fama mundial, y la presencia de la vocalista de Evanescence, Amy Lee, en Freak on a leash.
Y aunque se trate del penúltimo track, la fusión y de Make me bad e In between days, con la respectiva aparición del The Cure Robert Smith, representa el broche de oro para cerrar este larga duración probablemente incomprendido, pero completamente recomendable.
