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La revolución es generosa, incluso con el público de Cannes

Cada parte de la película dura unas 2 horas y 15 minutos. La primera trata de los años de la lucha en la Sierra Maestra para alcanzar el poder, y la segunda de la campaña en Bolivia, cuyo fracaso llevó finalmente a la muerte del CHE. Ambas se ubican como la continuación natural de Diarios de Motocicleta, de Walter Salles, donde vimos el despertar del luchador social en el joven argentino durante su periplo regional con Roberto Granado.


Con memoria de veterano en el festival de Cannes, nadie se acordaba de haber pasado casi 5 horas en una sala de cine (incluyendo 15 minutos de descanso en el medio). No obstante, el 21 de mayo, las tres principales salas del palacio de los festivales se llenaron a tope con el público que quería ver las dos partes del CHE, obra del director norteamericano Steven Soderbergh (Traffic, Erin Brockovich, Sexo, Mentiras y Videos, etc.)



Cada parte de la película dura unas 2 horas y 15 minutos. Está hablada en castellano, con un elenco internacional que incluye al chileno Santiago Cabrera en el papel de Camilo Cienfuegos. El protagonista principal es interpretado por Benicio del Toro, mientras el mexicano Demián Bichir es Fidel y el cubano Jorge Perugorría esta en el rol de Joaquín, unos de los compañeros de lucha. Aleida, esposa de Guevara, es interpretada por la colombiana Catalina Sandino ("María llena eres de gracia"). El resultado es una película de gran calidad, como corresponde a su director, que ha ganado tanto el Oscar (Traffic, 2000) como la palma de Oro (Sexo, mentiras y videos).



La primera parte trata de los años de la lucha en la Sierra Maestra para alcanzar el poder, y la segunda de la campaña en Bolivia, cuyo fracaso llevó finalmente a la muerte del CHE. De cierta forma, las dos partes se ubican como la continuación natural de Diarios de Motocicleta, de Walter Salles, donde vimos el despertar del luchador social en el joven argentino durante su periplo regional con Roberto Granado. Esto lo admite sin reserva el director, durante una animada conferencia de prensa al día siguiente de la premiere. Insiste que las realidades sociales que dieron vida a los ideales de Guevara siguen vigentes. "Finalmente un Evo Morales llega al poder en Bolivia. Quizás el CHE estaba 40 años adelantado sobre los hechos".



Pregunta El Mostrador si el resurgimiento de regimenes de izquierda en América latina hace la película oportuna. Soderbergh dice que si, aunque es coincidencia. Sea como figura en camisetas o ejemplo de revolucionario idealista, que en dos ocasiones dejó todo lo que tenía para luchar en pro de lo que pregonaba, Guevara sigue siendo uno de los pocos personajes "rescatables de la Guerra Fría. Nadie tiene a Honnecker en su camiseta", bromea.



La famosa biografía de John Lee Anderson (quien estuvo presente durante la conferencia de prensa) fue la base del guión. Al director no le interesa inflar o desinflar el personaje. Quiere hacer una película que trata de explicar quien era y que quería hacer. No piensa que tanto el tema como el idioma castellano serán un impedimento en el mercado de EE.UU. aunque sabe que los anti Guevara rabiosos no van a cambiar de opinión, aunque vean la película. Debería ser un éxito en América Latina y en Europa.



Hubo una modesta manifestación anti-CHE en Cannes la noche del estreno. No obstante, a pesar de las expectativas, casi todos que entraron al principio se quedaron hasta el final, ni siquiera aprovechando el descanso de 15 minutos que hubo entre las dos partes. En este momento, se ofreció un cocaví a los espectadores (sandwich, barra de chocolate y agua). Como lo hizo notar un periodista, hubo que recordar una frase en la película: "La revolución es generosa". Incluso lo es con los periodistas en Cannes.


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