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Concierto de McCartney reaviva llamamientos al boicot cultural a Israel

«McCartney ha cantado a la libertad, por los derechos y la dignidad humana, todos ellos nobles principios que su concierto en Israel contradice y traiciona», dice Omar Barguti, miembro fundador de la Campaña para el Boicot Cultural y Académico de Israel (PACBI).



Paul McCartney tocará este jueves en Israel desoyendo las críticas de que así apoya la ocupación de los territorios palestinos, una acusación que golpea a todas las estrellas musicales que anuncian conciertos en este país.



Ni los reproches ni las amenazas recibidas en los últimos meses han logrado echar atrás al artista de Liverpool, que se ha defendido argumentando que su voz será «un mensaje de paz» en Oriente Medio.



El espectáculo, titulado «La Amistad Primero», es el primero de McCartney en el Estado judío, que prohibió en 1965 tocar a los Beatles por considerar que podían pervertir a la juventud del país.



La comunidad palestina y grupos defensores de los derechos humanos no ven, sin embargo, ningún atisbo de paz ni amistad en la actuación del músico británico, sino una legitimación de la política israelí y una toma de postura contra la población palestina.



«McCartney ha cantado a la libertad, por los derechos y la dignidad humana, todos ellos nobles principios que su concierto en Israel contradice y traiciona», dice Omar Barguti, miembro fundador de la Campaña para el Boicot Cultural y Académico de Israel (PACBI).



Este activista recuerda que el cantante «tuvo una vez el valor de cantar ‘Devolved Irlanda a los irlandeses'», y defiende que «cantar para el apartheid implica complicidad con el apartheid».



La argentina Mercedes Sosa también ha sido objeto de la condena de PACBI, que en una carta abierta le pide que no actúe el próximo octubre en la ciudad de Haifa, en el norte de Israel.



«¿Cómo puede Mercedes Sosa, la diva por excelencia de la canción de la libertad en América Latina, cantar en Israel, un estado colonial y de apartheid (…)?», se pregunta en la misiva.



Este colectivo entiende que «Israel es un estado colonial que viola sistemáticamente la legislación internacional y los derechos humanos palestinos», por lo que los artistas deben «ejercer su responsabilidad moral» no viniendo al país «hasta que los derechos humanos de todos sean respetados».



«En los últimos dos años personalidades del mundo cultural, como Ken Loach, John Berger o Jean-Luc Godard han permanecido lejos de Israel. También muchos músicos a los que hemos apelado han anulado sus eventos sin explicar los motivos, como Bono, Björk y los Rolling Stones», explica Barguti.



No han sido pocas las cancelaciones que han sufrido aquí los espectadores a lo largo de los años y, aunque casi todas ocurren tras activarse los mecanismos del boicot, lo normal es que no transcienda el motivo real que hay detrás de la renuncia.



EFE

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