Se muestra gratis en la Casa Memoria José Domingo Cañas el jueves, viernes y sábado
Seis actores de la compañía teatral Los Amigos de Chile reviven el hecho en “Atentado: El Pueblo contraataca”.
Luego de exitosas funciones, realizadas en varios sitios de conciencia y en el marco de la conmemoración de los 40 años del golpe Estado, se inicia el cierre de la obra itinerante de la compañía teatral , “Atentado: El Pueblo contraataca”.
El montaje de 70 minutos, dirigido por Nicolás Espinoza, ya ha sido visto por más de 850 espectadores –de forma gratuita, en distintos espacios– y tres de sus últimas funciones se realizarán de manera gratuita en la Casa Memoria José Domingo Cañas (José Domingo Cañas 1367, Ñuñoa – Metro Estación Irarrázaval), siempre a las 20:30 horas, este jueves, viernes y sábado.
“La memoria jamás habita el pasado o el futuro, es siempre un acto del presente. Recordar o rememorar significa traer al presente elementos de un supuesto pasado, para re-vivirlos y re-significarlos con aspiración a mantenerlos en un futuro incierto”, señalan los autores del montaje. En esta encrucijada se mueve la representación, en un ejercicio de la memoria aplastado por el presente.
Cinco actores y una actriz (Leonel Arregui, Germán Pinilla, Francisco Viveros, Pancho Jara, Carlos Ugarte y Daniela Orrego) intentan sostener una ficción para revivir el frustrado atentado del Frente Patriótico Manuel Rodríguez contra Pinochet, ocurrido en el Cajón del Maipo el 7 de septiembre de 1986.
Frente a la imposibilidad de representar la memoria, y ante el fracaso de la ficción como dimensión estética para dar cuenta de la realidad, la puesta en escena se derrumba en fragmentos existenciales de un doliente y torturado inconsciente colectivo, hecho carne en cada uno de los actores. Es el “fracaso de la memoria que dialoga con la derrota del FPMR y su imposibilidad de cambiar el destino de Chile”, señala la compañía.
“El peso de la historia revela –entre las grietas del presente– que el rostro del dictador sigue gobernando los destinos del país, ya no como una persona de carne hueso, sino materializado en un sistema político y económico impuesto a sangre y fuego por la dictadura”, dicen los organizadores. “Lo que, finalmente, abre la interrogante de qué haremos como generación para resolver esta herencia y, al mismo tiempo, de qué forma contribuiremos a construir la memoria histórica de las futuras generaciones”.
