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Eduardo Aninat, ex ministro de Hacienda, lanza su primera novela sobre los desamparados El lanzamiento del libro será este jueves a las 19:30 en Casas de Lo Matta, Vitacura

Eduardo Aninat, ex ministro de Hacienda, lanza su primera novela sobre los desamparados

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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El economista, académico, ex embajador y consejero internacional desembarca en el mundo de la literatura con Economía de desamparados, una novela que no encuentra la clave en la gestión de recursos, sino en los conflictos personales entre dos personas completamente distintas, una banquera de Nueva York y un agricultor de Perú, que expuestos ante la abismante intensidad existencial, sus vidas coinciden en el desamparo y la soledad que a ambos invade.


Foto: Javier Liaño

Foto: Javier Liaño

Eduardo Aninat, economista, ex ministro de Hacienda de Frei Ruiz-Tagle y ex asesor del Fondo Monetario Internacional, entre otros altos cargos, ha sucumbido a una de sus grandes pasiones, esas que mantienen una presencia latente, que asaltan donde sea y a la hora que sea,  y cuya naturaleza es muy distinta a la de sus oficios: la literatura.

Definiéndose como un lector voraz, que ha releído cinco veces La guerra y la paz, la monumental obra de Tolstói, y con especial debilidad por la hermética poesía japonesa y china contemporánea, Aninat decidió en este último tiempo alternar su trabajo como académico universitario para concentrarse en escribir la historia de dos personajes, cuyas vidas no pueden estar más separadas desde su historia personal, pero tampoco más unidas en la esencia de sus conflictos, ya que «despojados de ropajes y roles, a fin de cuentas los seres humanos pasamos por disyuntivas y crisis muy similares».

En Economía de desamparados (Uqbar Editores, 2013), la primera novela de Aninat, los personajes son Liz Smith, aguda ejecutiva de negocios de la banca neoyorquina que trabaja en la frontera del desarrollo financiero, y Juan Chosehuanca, laborioso y pequeño agricultor de la sierra cuzqueña. Ambos viven en mundos que responden a modos de producción tan distintos como pueden serlo un rascacielos y las sierras altas de Cuzco. Aninat, en este libro, contrasta las experiencias de vida y desarrollo de cada uno que, paradojalmente, resultan tan parecidas en sus afanes de progreso, es­fuerzos y lealtades, que siempre se encuentran al límite del triunfo y a un tris de la derrota feroz.

PORTADA ANINAT«Esa es la ironía que persigo. La idea central que mueve al libro tiene un eje de convergencia: Son dos seres humanos que no pueden ser mas diferentes en sus pasados, sus hábitats, sus trabajos, etc.  Sin embargo, Juan, el miniagricultor serrano, debe rajarse y luchar por progresar y surgir, y Liz, la banquera, debe hacer lo mismo con una intensidad abismante. Llevados a enfrentar ciertas opciones y disyuntivas éticas los dos quedan igual de solitarios y desamparados», describe el novato novelista.

Aunque el libro se titula Economía de desamparados, Aninat explica que el libro no es un tratado de economía ni de cómo manejan sus recursos los personajes ni de las diferencias entre los mercados en que aquellos se desenvuelven, sino que trata de sus dilemas y conflictos personales que, expuestos ante la encrucijada de no contar con apoyo y protección, «deben echar raíces a lo más profundo que cada uno tiene y piensa, sin que el medio o los recursos sean lo central».

«Las economías pueden ser muy distintas, pero el desamparo es al final igualito de duro y crucial», reflexiona el autor, para quien la novela es su segundo emprendimiento literario. El primero fue un libro de poesía que escribió hace cinco años, pero que no llegó hasta las librerías, pues tuvo una distribución privada y reducida.

Inserto ahora con esta novela en el mundo de los libros, ¿compartes la idea de que el impuesto al libro es el principal inhibidor de la lectura?

Creo que hoy por hoy el nivel de los impuestos que recaen sobre libros de literatura es un tema discutible y opinable. Se creó el Fondo del Libro, pero no es muy ambicioso y tiene limitaciones variadas. Sin embargo, creo que el desafío central está en otra parte: estamos invadidos de una señalética visual/medial impresionante con las redes sociales, el chat, y la televisión abierta. En Alemania y Francia existe el canal ARTE HD que es de una cultura, sapiencia y atractivo de calidad. Ayuda a saciar hambres culturales.

¿Y en Chile?

En Chile tenemos la predominancia de reality shows en el espectáculo e incluso en la política. Son de una pobreza y chatura casi avergonzantes. El país debe hacer algo al respecto. No podemos pasar por tantos desiertos a la vez….

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