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Carlos Labbé lanza en marzo en Chile «Piezas secretas contra el mundo», su nuevo libro La novela fue publicada en enero en España por editorial Periférica

Carlos Labbé lanza en marzo en Chile «Piezas secretas contra el mundo», su nuevo libro

Es la historia de una estudiante acusada de quemar la biblioteca de su universidad en Noruega que escapa a Aysén, desde donde le envía notas de desamor a su pareja. Tal como Rayuela de Cortázar, está estructurada de tal forma que el lector puede tomar distintas variantes para seguir la narración.


libro labbeLa última novela de Carlos Labbé, uno de los escritores chilenos sub 40 más respetados en el mundo literario, llega a Chile a mediados de marzo. Se trata de Piezas secretas contra el mundo (Periférica) que se publicó en enero en España, y que es otra unidad dentro de la escritura experimental de este autor y músico santiaguino.

El libro relata la historia de una estudiante acusada de quemar la biblioteca de su universidad en Noruega que escapa a Aysén, desde donde le envía notas de desamor a su pareja, y tal como Rayuela está estructurada de tal forma que el lector puede tomar distintas variantes para seguir la narración.

Piezas secretas contra el mundo es el cuarto libro publicado por la editorial madrileña Periférica y según sus editores mezcla a “Sebald con Lezama Lima, a Faulkner con Borges, a Bolaño con Beckett y a Diamela Eltit con Cormac McCarthy”.

La misma editorial antes publicó las novelas Navidad y Matanza (2007, traducida al alemán y al inglés) y Locuela (2009), además del libro de cuentos Caracteres blancos (2011), que el año previo a su aparición en España fue publicado en Chile por Sangría Editores.

Labbé se había hecho conocido en 2004 con Libro de plumas (Ediciones B). En 2010, la revista Granta lo calificó como uno de los 22 mejores narradores en lengua española menores de 35 años.

Un escritor político

Carlos Labbé

Carlos Labbé

Los libros de Labbé no son fáciles y su escritura puede ser un torbellino que arrasa con todo a su paso. Por eso es difícil decir cuál es el tema central de su último libro.

“Justamente el principal tema de Piezas secretas contra el mundo es la imposibilidad de congeniar la noción reduccionista, jerarquizante, catalogadora, científica, de ‘tema’ con la carga inmanejable, peligrosa, inesperada, inclusiva, de la novela con urgencia literaria, que es lo mismo que decir un relato complejo y abarcador cuyo asunto no caduque mañana porque no se hace completamente legible ni tampoco completamente transparente”, señala Labbé desde Estados Unidos, donde vive desde 2010 junto a su esposa, la escritora Mónica Ríos.

“Lo que propongo: imaginar y vocear los relatos que en conjunto coreen una ética que contradiga la sensación de que esa palabra -ética- es burocracia pura, demagogia, publicidad conservadora”, añade.

La palabra “ética” es clave en la literatura de Labbé, para quien un escritor sin duda debe tomar posiciones, sobre todo políticas. Así lo dijo en una entrevista reciente a propósito de este mismo libro: “No puede haber literatura que no sea política en este momento, sobre todo si se publica en España”. Y agregó: “También en Chile hay que escribir desde la política”.

“Quien se dedica al oficio de las palabras sabe que el acto de poner una al lado de la otra tiene efectos y consecuencias”, señala el autor a Cultura + Ciudad. “No existe escritor o escritora que no tenga una posición política ante cualquier discurso, y quien te diga que no la tiene inmediatamente se revela, a su pesar, como una persona de ideología conservadora de derecha”.

Aysén, un dolor

De hecho, la elección del sur de Chile, y de Aysén para ser más específico, no es casual, y sirve para denunciar desde la matanza de los indígenas por los colonos y la tala indiscriminada de sus bosques hasta la contaminación que causa la industria salmonera. Uno de los narradores lo dice en el libro.

“Aysén y no Aisén, como pretende imponer la Real Academia de la Lengua Española desde una cómoda e ignorante distancia colonial a quienes habitan tales tierras, que nada tienen que ver con las arbitrarias e inertes leyes del diptongo castellano”, señala el texto.

“Aysén, desde el principio de su etimología, contiene una interjección compasiva por el pueblo aónik’enk que acuña esa palabra para delimitar sus horizontes entre las epidemias de viruela, sarampión y gripe que terminan de extinguirlo en 1927, sólo décadas después de que españoles, chilenos y argentinos asesinan a los que entre ellos se oponen a migrar forzosamente hacia Chiloé como esclavos reemplazantes de los masacrados vecinos chonos y kawéskar”.

“Aysén es además la expresión de un quejido por las empresas forestales que llegan desde Santiago y desde otros países en 1970 para iniciar la tala indiscriminada del alerce y toda especie que no es todavía alcanzada por la quemazón ni luego sepultada por la monumental cantidad de desechos de concreto, fierro oxidado, plástico imperecedero y basura industrial que provoca la construcción de la Carretera Austral Augusto Pinochet entre 1976 y 1996; sobre todo por la instalación, desde 1991, de centenares de centros de crianza masiva del salmón atlántico en sus costas, ríos y lagos, porque cada uno de esos centros deposita en sus aguas una cantidad de deshechos equivalente a lo que produce al año un millón de personas en una ciudad, pero sin tratamiento químico alguno».

-¿Cómo describirías tu literatura? ¿Qué te parece el término “literatura experimental”?

Creo que no me corresponde a mí hacer una abstracción a partir de algo tan corporal como son mis libros. Me gustaría que todo tipo de lecturas y escrituras lo hicieran, y dejo explícita esta voluntad de comunicación como desafío a quien cree que experimentar se opone a comunicar una experiencia o, mejor: a quien cree que se debe comunicar una experiencia como sea, a cualquier costo.

Esta es tu tercer novela publicada en España, ¿a qué se debe eso? ¿Ha sido una opción intencional?

Creo firmemente en las comunidades culturales, y en literatura lo irrelevante es un editor y un autor o autora, un agente o un periodista en particular; lo que importa son los colectivos, los conjuntos, porque siempre pueden extenderse y seguir incluyendo: editoriales, bibliotecas, talleres, librerías, grupos de lectura, revistas electrónicas, páginas colaborativas, bandadas de escritores y escritoras, imprentas sindicales. En el caso de la editorial extremeña y madrileña Periférica, se trata de un colectivo que también incluye a las galerías Casa Sin Fin y a los colegas del grupo Contexto; desde Navidad y Matanza ellos me manifestaron que quieren publicar toda mi obra, paso a paso, página a página. Y los cuatro libros que he publicado con ellos expresan una confianza mutua, recíproca, progresiva, en el trabajo, en el trabajo del otro y la otra. Es una relación a largo plazo, una política de autor, como lo llaman Paca Flores y Julián Rodríguez.

Carlos Labbé sabe de esto porque además es editor de Sangría Editora junto a la escritora Mónica Ríos, el intelectual Martín Centeno y el artista Joaquín Cociña. Aquí publicará algunos de sus libros en acuerdo con sus otras comunidades, como él explica: «Así mismo espero formar parte de un colectivo en Open Letter Books de Nueva York y con la editora Bateia de Sao Paulo, por ejemplo. Soy un escritor suertudo, sí; pero esa suerte no es azar sino la consecuencia de un colectivismo».

 

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